El uso de las redes sociales y el comportamiento político en México

AutorAlejandro Moreno - Karla Yuritzi Mendizábal
Páginas293-320
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Resumen
En este artículo analizamos el perfi l, las actitudes políticas y el comportamiento político
de los usuarios de las redes sociales en México (Facebook y Twitter), así como el poten-
cial de movilización político-electoral que tienen esas nuevas tecnologías de informa-
ción entre la población mexicana. La evidencia empírica que empleamos son los datos
de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que une y divide a los mexicanos (),
realizada en noviembre de 2010 (n = 15,910) y una encuesta nacional del diario Refor-
ma realizada en noviembre de 2011 (n = 1,560). Entre nuestros hallazgos destaca que
a pesar del aún limitado uso de las redes sociales éstas tienen cierto efecto en activar el
interés y la participación política, y su uso se asocia con una actitud de cambio.
Además, la movilización política por medio de las redes sociales también refl eja
una actitud de mayor efi cacia política y de mayor diferenciación política. Estos ha-
llazgos abonan a la idea de que las redes sociales tienen un potencial importante en
el comportamiento político-electoral, aún y cuando su alcance entre la población
mexicana es limitado. Al fi nal se incluye una refl exión acerca del papel de las redes
sociales en la elección presidencial de México en 2012.
Introducción
El arribo de las nuevas tecnologías de la comunicación a la arena política ha tenido ya
varios episodios que ameritan su estudio detallado y sistemático. En el plano electoral,
la campaña de Barack Obama en 2008 fue particularmente innovadora en cuanto
a la movilización de apoyo para el candidato demócrata a través de las redes sociales.1
Ciertamente el uso de nuevas tecnologías de la comunicación en la búsqueda del voto
El uso de las redes sociales
y el comportamiento político en México
Alejandro Moreno
Karla Yuritzi Mendizábal
294 EL VOTANTE LATINOAMERICANO
despertó la imaginación de más de un consultor político en otros países acerca del
potencial que éstas pueden tener en los procesos electorales. Por otro lado, los eventos
conocidos como la “Primavera árabe” de 2010 y 2011 abonaron a la idea de que las
nuevas tecnologías, y en particular las redes sociales, son un nuevo medio de movili-
zación política, en este caso alimentando las manifestaciones de protesta en contra no
de un candidato o partido, sino de todo un régimen político. A pesar de estos eventos,
que sin duda fueron grandes sucesos mediáticos, la infl uencia y la capacidad moviliza-
dora de las redes sociales no ha sido del todo estudiada, en parte porque se trata de un
nuevo fenómeno, y en parte porque no ha habido aún mucha evidencia empírica que
permita poner a prueba ciertas hipótesis teóricas. De hecho, la teoría a este respecto
también es muy limitada y, si acaso, se encuentra en una etapa de construcción.
No obstante, el estudio de los efectos políticos de las redes sociales podría tener
un punto de partida en la literatura sobre medios y participación política, la cual
es, afortunadamente, bastante generosa. En ésta se han vertido ideas que apuntan
a que la discusión sobre asuntos públicos y el debate ciudadano puede infl uir en
la participación política de la gente (Putnam, 2000; Pattie et al., 2007), y que los
individuos que están más expuestos a conversaciones e intercambios de información
política tienen mayores probabilidades de ser políticamente más activos (Abrams et
al., 2005). Con base en esto, la información que fl uye a través de las redes sociales
podría conducir a sus usuarios a ser más proclives al debate público y la participación.
A esto se le puede añadir que buena parte de la información política que fl uye en
esos medios suele convocar a tomar posturas específi cas en ciertos temas o a parti-
cipar en algunos actos públicos de protesta. En un libro sobre los orígenes digitales
de la dictadura y la democracia, Howard argumenta que “las nuevas tecnologías de
información y comunicación, tales como internet y los teléfonos móviles, han jugado
un papel muy claro tanto en iniciar nuevos procesos democráticos en algunos países
como atrincherarlos en otros” (2009: 3). Hay quienes señalan que la introducción de
las nuevas tecnologías ha llevado los efectos de la comunicación en el ámbito político
más allá de las instancias locales o nacionales, adoptando en algunos casos patrones
globales o llegando la comunicación de manera instantánea a audiencias transnacio-
nales (Norris, 2002; Semetko, 2007).2 En general, prevalece la visión de que internet
ofrece oportunidades nuevas y variadas para la participación política (Norris, 2002).
La literatura, en este sentido, ha tomado tonalidades que apuntan a que la informa-
ción de los medios (incluidos los de las nuevas tecnologías de información) hoy en día
puede contribuir a la cultura cívica y a la participación política, o bien que ésta puede
también generar actitudes de apatía, desafección, cinismo, desconfi anza y desinterés
con la política (Norris, 2000). Como mencionan Coleman y Blumler, “Internet es
un espacio de poder que, [si bien] es vulnerable a las estrategias Estado-céntricas, está
abierto a la ocupación de ciudadanos que tienen pocos espacios alternativos disponi-
bles para expresarse en formas democráticas constructivas” (2009: 9).
Este artículo es un intento por analizar y dar respuesta a algunas preguntas rela-
cionadas con el uso, la infl uencia y el potencial movilizador de las redes sociales en
la política de América Latina. El uso de las redes sociales en la región, como en otras

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