Tratamiento legal de las holdings o empresas controladoras
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Ante las facilidades administrativas y financieras establecidas por diversos países para promover la apertura comercial en los mercados internacionales y la carencia de estímulos para ciertos sectores de la economía nacional, la creación de empresas ha disminuido, no obstante que el número de entidades fusionadas o escindidas está en aumento. Ello permite afirmar que es a través de éstas y otras figuras jurídicas bajo las cuales la asociación del capital social y humano resulta más rentable.
En nuestro país, grupos como Carso, Cifra, Nadro, Gigante, Vitro, etc., son un ejemplo de estos consorcios, pues diversificando sus actividades a tres, cuatro o más sectores de negocios han crecido notablemente.
De esta manera, en el proceso se presentaron diversas figuras jurídicas encaminadas a los fines mencionados como las sucursales, la fusión y consolidación empresarial; sin embargo, la estructura que mejor se adaptó a estas necesidades son las holdings o compañías dominatriz como en 1889 se les conocía, al surgir como una consecuencia de la creación -en Nueva Jersey- de la ley para asociaciones generales que permitió a las sociedades constituirse con el propósito de poseer las acciones de otras compañías.
A partir de ello, el ímpetu por crear empresas dominatrices se diversificó, pues tanto el control administrativo como financiero de las empresas que integran un grupo empresarial se centraliza, formando un mundo individual que conduce a la toma de decisiones del grupo.
Así, en virtud de que las condiciones actuales de la economía exigen a las empresas conocer su posición en el mercado y pensar en nuevas formas de desarrollo y diversificación para participar activamente en la globalización, la estructura de las holdings parece ser la mejor opción para enfrentar la competitividad.
La creación de las holdings surge por la necesidad de los empresarios de constituirse en nuevas y diferentes formas de sociedades mercantiles o civiles, ya sea para maximizar aspectos administrativos y financieros, diversificar actividades o, en su caso para beneficiarse con aspectos de tipo fiscal, laboral, etcétera.
De esta manera, considerando que la constitución de las entidades está limitada a las formas y características establecidas en la Ley General de Sociedades Mercantiles, el desarrollo de sociedades con estructura más flexible y acorde a las exigencias comerciales de la época parece acrecentarse, tal es el caso de las controladoras o holdings, las cuales son firmas que agrupan a varias empresas de diferentes industrias y cuyo crecimiento se basa en el aprovechamiento compartido de suministros (materias primas) y el financiamiento que se puede establecer entre subsidiarias y filiales.
En el ámbito internacional, las holdings tienen historia, un ejemplo importante es la General Motors, cuyo crecimiento y diversificación ha abarcado los extremos, ya que su producción se inició fabricando tornillos para continuar con la producción y venta de automóviles, hasta llegar a la manufactura de submarinos nucleares.
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