El tío Bernardino

AutorAlexandra Reyes Haiducovich
Páginas61-66
61
2
*
LOS HISTORIADORES mexicanos y los biógrafos de Benito Juá-
rez coinciden en la especie según la cual Bernardino Juárez,
el tío que lo tuvo bajo su tutela cuando quedó huérfano, no
supo tratarlo como niño ni como huérfano y sobrino. Trato
poco humano, cruel, brutal, le dio, para unos. Para otros,
Juárez niño fue, como todos sus conterráneos, un pastor-
zuelo, un zagal casi desnudo y sin poesía bucólica ni en la
fisonomía, porque ni sus ojos ni sus labios reían con la per-
petuamente renovada risa de los niños; ni en la vida, porque,
muertos temprano sus padres, quedó el mísero zapotequilla
entregado a la mano casi hostil de sus parientes, que lo ex-
plotaron, lo obligaron acaso a huir. Otro escribe que el desam-
paro en que vivía como huérfano, y el trato poco paternal
que recibía en su propia casa, lo decidieron a abandonar su
pueblo y su choza a la edad de 12 años. No tenía, por cierto,
*Andrés Henestrosa, Los caminos de Juárez, México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1972, Colección Popular, pp. 39-46. Sobre las ediciones de los Apuntes para
mis hijos y su anticipación al ideario definitivo, véanse los artículos de Ernesto Mejía
Sánchez, en Novedades, México, 1o. y 8 de abril de 1971, año XXVI, núms. 10855 y
10864, p. 5 (nota de Andrés Henestrosa).

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR