La retórica del odio del movimiento anti-inmigrante y las elecciones del 2008 en los Estados Unidos

AutorHugo Méndez Ramírez
Páginas1-39

...Give me your tired, your poor, your huddled masses yearning to breath free, the wretched refuse of your teeming shore. ("The New Colossus" de Emma Lazarus)

USA Donde la libertad es una estatua. (Nicanor Parra)

Con esta inscripción en su pedestal la Estatua de la Libertad en la Isla Ellis de Nueva Jersey ha dado la bienvenida a los millones y millones de inmigrantes que constituyen el mosaico multicultural de los Estados Unidos. Durante el siglo XIX y a principios del XX, en esta pequeña isla se realizaron los trámites de millones de personas y familias venidas de todos los rincones de Europa. Desde entonces ya existían grupos e individuos que consideraban a los inmigrantes como la fuente de todos los males que aquejaban a la sociedad. Se les acusaba, como hoy, del crimen, del deterioro económico, social y ambiental y de traer con ellos enfermedades, y más recientemente, se les acusa de ser una amenaza para la seguridad nacional. Si bien es cierto que si entonces el rechazo se dirigía contra irlandeses, polacos, judíos o chinos, actualmente los ataques de grupos anti- inmigrantes se centran casi exclusivamente contra la comunidad hispana, cuya mayoría se compone de mexicanos y centroamericanos. Como señala el Southern Poverty Law Center (SPLC) en su reporte del 2001: "In the eyesPage 2of these groups, immigrants (typically, non-white immigrants) are responsible for nearly all the country's ills, from poverty and inner city decay to crime, urban sprawl and environmental degradation." (SPLC, 2001 Intelligence Report).1

Efectivamente, casi todos estos grupos que se han multiplicado en los últimos años, aunque lo niegan, se oponen específicamente a la inmigración hispana. En raras ocasiones dirigen sus arengas contra inmigrantes de origen europeo o de raza blanca. La fuerte presencia en la frontera con México de combativos "vigilantes" es casi inexistente en la frontera norte con Canadá. Se trata de una absurda e irracional actitud de desprecio y rechazo contra lo hispano y lo que representan su cultura, sus creencias y su lenguaje. Sería más preciso describir a estos grupos e individuos no como anti-inmigrantes, sino como antihispanos o hispanofóbicos. En realidad son grupos etnocentristas y nacionalistas que de espaldas a la realidad histórica multicultural y multiétnica del país consideran que los EEUU debe ser monolíticamente dominado por una mayoría blanca, anglosajona y protestante. Resulta irónico, por lo tanto, que el poema inscrito en la base de la Estatua de la Libertad haya sido escrito por una mujer con raíces latinas, de origen judío-portugués que luchó con su pluma por los derechos de los migrantes judíos en el mundo.

Hay que agregar que existen también grupos pro-inmigrantes, como el SPLC, que defienden con fuertes y válidos argumentos que históricamente en su conjunto la inmigración siempre ha dejado un saldo positivo y ha servido como uno de los principales ejes o motores de la economía. El debate, sin embargo, a pesar del vasto número de estudios de sociólogos, politólogos y economistas, se ha caracterizado más por su tono subjetivo y emocional que tiene que ver más con la percepción de la realidad delPage 3fenómeno que con la realidad misma. "Perception is Reality" dice un conocido refrán inglés. En otras palabras, el verdadero problema no es tanto si la inmigración ha tenido un impacto negativo o positivo en la economía de los EEUU, sino la percepción de un amplio segmento de la población que se ha caracterizado históricamente por su xenofobia y paranoia. El problema, a fin de cuentas, no es en realidad un asunto económico o político, sino un fenómeno cultural.

Partiendo de esta premisa, me interesa capturar esa realidad intangible, no medible, más sutil y explorar bajo un enfoque culturalista los aspectos de la conciencia colectiva o imaginario cultural estadounidense que facilitan o promueven el surgimiento y desarrollo de ciertos grupos hispanofóbicos. Me interesa sobre todo analizar la retórica, el lenguaje, las imágenes y los diversos discursos o narrativas utilizadas por estos grupos que han logrado crear un clima de resentimiento y animadversión en el ciudadano común así como un ambiente político ríspido y tenso entre México y los Estados Unidos.

Colonos y Patriotas

Uno de los discursos más poderosos que goza de amplia resonancia en la conciencia colectiva nacional está enraizado en un discurso fundacional dividido en dos líneas narrativas: la primera, invoca el espíritu de los primeros colonos europeos, los "peregrinos" que llegaron con el Mayflower a las costas de lo que es hoy Norfolk, Virginia, y que poblaron las trece colonias; y la segunda remite al valor y carácter de los personajes de la historia nacional que lucharon contra Inglaterra por la independencia en la conocida conocida como The Revolutionary War.Page 4

La narrativa de este discurso se centra en la idea de que los progenitores de este país lucharon no sólo por la independencia sino por la preservación de ciertos valores y principios sublimes de la cultura anglosajona, cuya permanencia, conservación y defensa depende de los verdaderos patriotas que están dispuestos a luchar en cualquier momento y hasta dar la vida con el fin de proteger y preservar estos valores cuya presencia actual sirve de trasfondo a lo que los estadounidenses llaman "Our Way of Life," una especie de lema cultural que se repite frecuentemente y bajo diferentes circunstancias y que se ha convertido en axioma político y militar para justificar intervenciones militares o de la CIA como en el caso de Chile con Salvador Allende o como en las actuales guerras en Irak y Afganistán.

Uno de los grupos más activos y controvertidos que han adoptado esta narrativa como su razón de ser, es el combativo grupo de los Minutemen que desde 2004 se ha dedicado a la fuerte vigilancia y monitoreo de la frontera con México. En realidad se trata de dos grupos con el mismo nombre: uno es el Minuteman Civil Defense Corps (MM), comandado por Chris Simcox, un exprofesor de primaria en California que se mudó a Arizona; y el otro, The Minuteman Project, Inc. (MMP), cuyo presidente es Jim Gilchrist, un veterano de Vietnam que dedica todo su tiempo al activismo y organización de ciudadanos para "proteger" la frontera. Aunque no hay aparentemente relación oficial entre uno y otro grupo, los une la mutua convicción de que la inmigración legal o ilegal, sobre todo ilegal, es parte de un plan de invasión del gobierno de México para reconquistar el sur de los Estados Unidos.

Estos nuevos "vigilantes" del siglo XXI, toman su nombre de la figura histórica y legendaria de los minutemen que lucharon en el siglo XVIII por laPage 5independencia de los EEUU. Los minutemen eran un grupo selecto de hombres jóvenes de entre 20 y 25 años escogidos por los jefes de las milicias locales por sus cualidades fisicas y alto sentido de compromiso por la causa. Les llamaban así debido a que estos hombres tenían la capacidad de organizarse y movilizarse rápidamente en cuestión de minutos en caso de ser necesario.

Es interesante la adopción del nombre ya que la organización fundada por Chris Simcox se llamaba inicialmente Civil Home Defense. El cambio de nombre a partir de 2005 parece adecuarse al "Patriot Movement" de otros grupos extremistas y coincide o adopta el tono y el espíritu del controvertido "Patriot Act" que autorizó la administración de George W. Bush y el Congreso estadounidense donde se aprueba, entre otras cosas, la intervención electrónica de ciudadanos sin autorización y permite controvertidas prácticas no convencionales de interrogación a "enemigos combatientes", como es el caso de Guantánamo y Abu Ghraib. Es importante señalar que aquí el término "Patriot" utilizado por estos grupos no sólo describe el común apego patriótico a la nación sino que específicamente remite al sujeto al mito fundacional de la Independencia.

Precisamente, en abril del 2005, hizo su debut el Minuteman Project, Inc., comandado por Jim Gilchrist. La selección del mes no es casual, ya que según la historia nacional, fue en la madrugada del 19 de abril de 1775 que Paul Revere, una de estas figuras legendarias de la historia, cabalgó toda la noche para dar la voz de alerta a los minutemen de que los ingleses comandados por el general Thomas Gage, planeaban atacar por mar las comunidades de Lexington y Concord con el fin de capturar a Samuel Adams y a John Hancock, dos de los líderes revolucionarios, para luego confiscar el polvorín de la insurgencia.Page 6

En abril del 2007, en un comunicado de uno de estos grupos a sus miembros, se hace un llamado a luchar por recuperar ese mítico espacio histórico:

    Patriots, Minutemen, and Red Blooded Americans are ready to fight back. We need a generation of modern-day Paul Reveres! We must rise up and shout the alert into the ears of the politically deaf! (FAXDC.com 30 abril 2007, el énfasis es mío)2

En muchas ocasiones, este sentimiento patriota fundacional aflora en un lenguaje beligerante, salpicado de nostalgia por las luchas independentistas y se habla de la presente situación en términos de una segunda guerra por la soberanía e independencia del país. "When the war is won we will be able to get back to taking our grandkids fishing again and reminisce [sic] about how we fought and won the Second Revolutionary War without firing a shot." (MMP 10 julio 2007, el énfasis es mío). Es el beatus ille de un espacio primigenio y prístino que está siendo destruido por la inmigración hispana. En este sentido, también es frecuente en sus diatribas hacer referencia a la "desacralización" de la bandera estadounidense y a la proliferación de banderas mexicanas y de...

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