Prólogo
Autor | Eduardo Ferrer Mac-Gregor |
Cargo del Autor | Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos |
Páginas | 11-12 |
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PRÓLOGO
La Constitución mexicana ha cumplido su primer centenario. Pasadas las múl-
tiples expresiones de regocijo que nos ocuparon antes y después de 2017, las
necesidades de orden cotidiano de los habitantes, los problemas institucionales
en los distintos ámbitos de competencia, y la exigencia de cumplimiento y respeto de
los derechos humanos nos mueven a la necesaria reexión sobre los contenidos del
texto supremo para la organización política de los mexicanos.
En este repaso mesurado y sereno que ahora podemos hacer sobre el signicado,
alcances y posibilidades de nuestra Carta Magna, los mexicanos tenemos la oportu-
nidad irrepetible de construir los mejores escenarios para celebrar la vigencia de todo
lo que está diseñado y prescrito en las letras de nuestra máxima expresión de libertad
y justicia; sin duda, nuestro tiempo es de reexión, pero también, representa el mo-
mento para asumir a cabalidad el reto de hacer tangibles las expresiones normativas
que siguen alimentando nuestros afanes como organización humana.
Si bien, las reivindicaciones sociales no han menguado después de cien años, el
asunto central de la defensa de los derechos humanos, signica el gran resorte que
puede materializar el ideario de la Constitución, en la mejora de las condiciones de
vida de los mexicanos, especialmente de los más pobres y vulnerables. De este modo,
la proyección constitucional sobre los derechos esenciales de los habitantes, guarda
una riqueza apenas explorada que, llevada de la mano con el desiderátum contenido
en los instrumentos jurídicos de orden internacional, bien puede servir para armar
un sistema de protección ecaz de los derechos humanos, que otorgue claridad y
certidumbre a los mexicanos de hoy y también para armar los mejores escenarios de
garantía para las próximas generaciones.
En este sentido, el texto que el lector tiene frente a sí representa un esfuerzo plau-
sible en la búsqueda de estos veneros para la vida constitucional de México. La obra
tiene el mérito de recoger en grandes expresiones generales, los contenidos esencia-
les de la Carta Magna visibles en retrospectiva. A mi juicio, su mayor claridad reside
en lo que advierte para los desarrollos futuros del orden constitucional mexicano. Su
autor, mi colega y amigo Enrique Uribe Arzate expone ante nosotros, de una manera
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