Lo político, la nación, el estado y el derecho: superando la crisis del marxismo (en homenaje a Bolívar Echeverría)

AutorJorge Veraza Urtuzuástegui
CargoProfesor de la licenciatura en Psicología Social de la UAM-Iztapalapa, ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2011
Páginas219-229

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LO POLÍTICO, LA NACIÓN, EL ESTADO Y EL DERECHO: SUPERANDO LA CRISIS DEL MARXISMO1(en homenaje a Bolívar Echeverría)

Jorge Veraza Urtuzuástegui2Resumen: El argumento, inaugurado por Althusser en 1977, sobre la inexistencia de una teoría del Estado en Marx, sólo puede operar a partir de una doble mistificación que, en primer lugar, considera la política como parte de una “superestructura” determinada esencialmente a partir de una “base” económica y que, en segundo lugar, confunde el contenido transhistórico de la Nación con su contenido propiamente burgués. En este análisis, se propone la recuperación del valor de uso como elemento transhistórico, que constituye la matriz analítica básica para la crítica de las formas sociales bajo el capital; con ello, se descubre la existencia de una politicidad básica que, al desarrollarse el régimen de propiedad privada, se ve reprimida y suplantada por el mercado, como forma de regulación económica del metabolismo social; dicho de otra forma, en un régimen donde el capital industrial es la relación social determinante, la asocialidad fundamental de la propiedad sólo puede ser superada instaurando la mercancía como “nuevo vínculo social”, como la forma de regulación económica del metabolismo social. En este marco, resulta necesaria una recuperación seria del plan de los seis libros, esbozado por Marx en la Introducción de 1857, que permitirá una mejor comprensión del Estado como parte de la crítica de la economía política

Palabras clave: Nación, Valor de Uso, Estado, política, superestructura, mercado, politicidad básica, regulación social.

Abstract: The argument, inaugurated by Althusser in 1977, about the existence of a theory of the State in Marx, can only operate based on a double mystification that, on the one hand, considers politics as part of a superstructure determined by an economic base and on the other, the

1 Artículo recibido: 12 de febrero de 2015; aprobado: 25 de mayo de 2015.
2 Profesor de la licenciatura en Psicología Social de la UAM-Iztapalapa, ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2011. Correo-e: jorgeveraza@yahoo.com.mx

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Revista de Derechos Humanos y Estudios Sociales

confusion of the transhistoric content of the Nation with its bourgeois content. In this analysis, we propose the concept of use-value as a transhistoric element which constirutes the basic analytic matrix for the critique of social forms under capital; with this we discover the existence of a basic politicity that, in the developing of the private property regime is repressed and substituted by the market, as a form of economic regulation of the social metabolism; in other words, in a regime where industrial capital is the determinant social relationship, property’s fundamentally asocial aspect can only be overcome by the instauration of commodities as the “new social bond”, as the new form of economic regulation of the social metabolism. In this framework, it becomes necessary to recast the six book plan sketched by Marx in the 1857 introduction, that would allow a better understanding of the State as a part of the critique of political economy.

Key words: Nation, use value, State, Politics, Superstructure, Market, Basic politicity, social regulation.

1. Inicio mi exposición en el año de 1977, en noviembre Louis Althusser3, marxista estructuralista francés, afirma, en una reunión sobre “poder y oposición en las sociedades postrevolucionarias” verificada en Venecia, que no hay una teoría del Estado en Marx. A partir de esta afirmación de Louis Althusser se suscitó evidentemente una especie de “tercera crisis del marxismo”; así lo observó y lo documentó Norberto Bobbio que participó en el conjunto de polémicas que desencadenó dicha intervención de Althusser.4De pronto la sociología marxista, la ciencia política marxista y también la teoría marxista del derecho quedaban en entredicho, porque el objeto que podía cohesionar sus afirmaciones, sus modelos, sus directrices, sus perspectivas, de pronto no existía: “Marx no tenía una teoría del Estado”. Pero es a propósito del Estado, supuestamente pensado y criticado por Marx que habría que ubicar la superestructura política y la superestructura jurídica, etcétera. Si Marx dice que hay una base económica y una superestructura jurídico-política-ideológica5, pero en realidad no tiene, como está suponiendo o afirmando Althuser, una teoría del Estado, esta afirmación acerca de la super-estructura jurídico-político-ideológica cae por su propio peso o tiene muy poco en que sostenerse. Así que, por eso se habló entonces de una “tercera crisis del marxismo”.

3 Cf. Althusser, Louis et al., Discutir el estado. Posiciones frente a una tesis de Louis Althusser, Folios ediciones, España, 1982.
4 Ídem.
5 Cf. Marx, Karl, Prólogo a la Contribución de la crítica de la Economía Política, varias ediciones.

ISSN 1889-8068 REDHES no.13, año VII, enero-junio 2015

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Y Althusser lanzó otra afirmación sobre el tema de la política. No solamente no había una teoría del Estado en Marx –y especialmente por lo que toca al tema del Estado posrevolucionario–, sino que tampoco había una teoría de la política o de lo político.6En primer lugar trataré de contextualizar la intervención de Althuser. Tiene la característica de que se muestra como una afirmación teórica, pues aparentemente él ha revisado el corpus de la obra marxiana y como especialista muy reconocido para ese entonces da su diagnostico: “aquí no hay una teoría del Estado”. Pero esta afirmación de forma teórica es en realidad fundamentalmente una intervención política.

A partir de 1974 75, dos años antes de su afirmación, había comenzado una fuerte lucha entre los partidos comunistas europeos y el partido comunista de la URSS. Los partidos comunistas europeos, fundamentalmente el italiano, el español y en poco menor medida el francés, intentan adquirir cierta independencia respecto de las directrices del partido comunista soviético y se empieza a conformar lo que se dio en llamar el eurocomunismo.7Una de las dimensiones importantes de este eurocomunismo era que necesariamente el socialismo estaba ligado a la democracia. Si íbamos a construir el socialismo, si íbamos a luchar por el socialismo, sería un socialismo democrático. Evidentemente la debilidad de la democracia o casi ausencia de la democracia en la URSS, era muy mala propaganda para los partidos comunistas europeos en un contexto de lucha democrática. Democracia burguesa, sí, pero que entonces aparecía como superior que la dictadura estaliniana y neo estaliniana que prevalecía en la URSS y en el bloque soviético en general. Así que era muy importante vincular la política socialista con la democracia en vista de que, efectivamente, pudieran tener oportunidad en la lucha de oposición dentro de Europa los distintos partidos comunistas: pero esto significaba simultáneamente hacer una crítica a la URSS, misma que luego se convirtió en una crítica abierta y con sentido por sí misma.

El tema de la dictadura del proletariado fue un tema que empezó a convertirse en incómodo para los partidos comunistas europeos que procedieron a identificar falazmente al socialismo democrático con inexistencia de la dictadura del proletariado.8No observaron a la dictadura del proletariado como la forma más desarrollada de la democracia sino como opuesta a ésta. De tal manera que ahora había, no sólo un enfrentamiento entre el eurocomunismo y el comunismo de la URSS, sino una toma de posición de los eurocomunistas frente a proposiciones que...

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