El poder punitivo en el sistema penal mexicano (una propuesta para su análisis)

AutorRebeca Elizabeth Contreras López
CargoInvestigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana, Investigadora nacional, nivel I.
Páginas1-11

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El poder punitivo del Estado se refiere al ejercicio exclusivo, que tiene el Estado, para ejercer la violencia legítima en beneficio de los integrantes de la propia comunidad. Se trata de un monopolio instituido políticamente y legitimado en la Constitución, que debe sustentarse en una política criminal integral, pero que, fundamentalmente, cuente con la capacidad material, técnica y humana para llevarse a cabo; puesto que es irresponsable (y lo ha sido durante mucho tiempo) legislar en el papel, sin siquiera tener los elementos mínimos para llevar a cabo lo estipulado legalmente. Y no podemos dejar de lado el ejemplo del sistema penitenciario mexicano que hace poco vivió uno de sus peores momentos, con la fuga de uno de los narcotraficantes más peligrosos: "El Chapo" Guzmán, de uno de los penales de máxima seguridad con que cuenta nuestro país1.

Hay que precisar que el ejercicio punitivo que corresponde exclusivamente al Estado, ha motivado la organización de un sistema penal que no se refiere sólo a la parte legal, sino a otros elementos que formal o informalmente inciden en él. Así que, para Page 2 abordar el análisis del sistema penal mexicano es necesario repasar las variables que se articulan en torno al mismo, así tenemos: Por un lado, el sistema legal formalmente establecido: Constituciones federal y estatales, legislación penal federal y estatal, leyes especiales, leyes orgánicas, reglamentos y, en ocasiones, circulares. b). Un aparato burocrático que se encarga de la aplicación de esas normas penales en los diferentes ámbitos de gobierno, tanto a nivel preventivo, como represivo. c). La política económica y social instaurada por el Estado que, de alguna manera (o de muchas) incide en la procuración e impartición de justicia y en la prevención del delito. d). Los compromisos internacionales que el Estado mexicano asume y la imagen internacional que desea mostrar.

Otras variables que, sin duda, son independientes a la configuración del propio poder punitivo, son: a). La criminalidad en sus diferentes manifestaciones, desde la callejera y no organizada, hasta la organizada, pasando por la de cuello blanco. b). La percepción pública sobre la seguridad, el crimen y la actuación de la autoridad; aquí estamos hablando de la sociedad civil pero, respecto a un tema concreto que es el delito y los niveles de inseguridad que esa sociedad percibe, en donde resulta sustancial la participación de los medios de comunicación. c). La situación económica y social que vive la sociedad mexicana y que constituye un factor fundamental, en diversos sentidos, para la incidencia de conductas criminales.

Todas estas variables nos muestran un fenómeno complejo y difícil de analizar, por tal razón se tratará de reducir estas variables a aquellas que parecen fundamentales para un primer acercamiento que nos permita sistematizar esta perspectiva. La selección de variables responde a una visión particular que requiere discusiones subsecuentes para su análisis.

Así, en un esquema general podemos sistematizar, a grandes rasgos, al sistema penal mexicano, de la siguiente forma:

Sistema penal
I Variables dependientes:

a). Legislación penal en todos sus ámbitos: Constitucional, sustantiva, procesal, ejecutiva, etc. Page 3

b). Procuración e impartición de justicia, incluida la ejecución de las penas. Y que tiene que ver con dos aspectos sustanciales de la política criminal: prevención-represión.

c). Proyecto de Estado que se instaura a través de las políticas públicas en el tema del combate a la delincuencia y la seguridad pública, en dos ámbitos sustanciales: el nacional y el internacional.

II Variables independientes:
  1. La criminalidad, que va desde la ocasional o circunstancial, hasta la organizada e internacional.

  2. Opinión pública - medios de comunicación que conforman una percepción social de la seguridad o inseguridad, así como de la eficacia, o ineficacia, del sistema penal.

  3. La situación real en materia económica y social que vive nuestro país y que se constituye, entre otras cosas, como factor criminógeno2 pero, a la vez, representa la falta de infraestructura y capacitación para el ejercicio del ius puniendi.

Es importante señalar que este artículo es una parte de una investigación que se ha desarrollado para tratar de entender la situación actual del sistema penal mexicano, de ahí que ahora únicamente se presentarán a grandes trazos las inquietudes fundamentales. Sólo nos detendremos en algunos aspectos que llaman mi atención y que me permiten conocer ámbitos sustanciales de la problemática que encierra este análisis.

Ahora bien, existen fenómenos que permean ambos grupos de variables, el más significativo es al que llamamos corrupción que significa el desvío de los cauces que cada ámbito de variables debe seguir. Por ejemplo, el funcionario judicial que no cumple con su deber porque tiene un interés personal en la causa que ha de resolver; el comunicador que manipula la información para aumentar su raiting; el gobernante que firma acuerdos multinacionales para preservar las inversiones de su familia y protegidos; el policía que, amañado con ladrones de autos, deja de vigilar durante cierta hora del día. En fin, que son Page 4 innumerables los casos que se viven cotidianamente. Es indudable que la seguridad pública se configura "...como el conjunto de políticas y acciones coherentes y articuladas, que tienden a garantizar la paz pública a través de la prevención y represión de los delitos y contra el orden público, mediante el sistema de control penal y el de policía administrativa..."3; de ahí que la actuación legal y honesta de la autoridad sea un requisito indispensable para avanzar en el ámbito de la seguridad.

Es importante señalar que se separan las variables del sistema penal (en el que se ejerce el poder punitivo) de estos fenómenos, porque se pretende lograr un marco metodológico para realizar el análisis de dicho sistema penal y los fenómenos que aquí se mencionan (corrupción y percepción de la seguridad pública) son de tal magnitud que requieren un análisis independiente que, posteriormente se articule con el del sistema penal.

Uno de los puntos que me parece fundamental y que tiene una influencia notable, desde mi perspectiva, en esta interrelación de variables es el de la seguridad, o inseguridad pública, dependiendo del lado que se mire; ya que para la autoridad es la seguridad pública como el objetivo que se pretende lograr, mientras que para el ciudadano es la inseguridad pública que vive, día a día, en su entorno más cercano4. Razón por la cual se incluye, como variable independiente, la opinión pública y los medios de comunicación.

En México, entre 1980 y 1997, el número de delincuentes sentenciados y presuntos delincuentes aumentó en 125 por ciento. En 1980 hubo 64 mil delincuentes sentenciados y en 1997, 142 mil. En cifras de 1998, INEGI reportó que del total de delitos cometidos por delincuentes sentenciados, 84% fueron del fuero común y 16% del federal. En los primeros encontramos: robo 33%, lesiones 19%, daños 9%, homicidios 5%, otros 34%; en relación a los segundos, tenemos: Ley de armas 42% y en materia de narcóticos 34%, otros 24% 5.

Durante los últimos doce años el sistema penal mexicano, entró en una prolongada crisis cuyo resultado más visible es el desprestigio y la...

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