Las Pajaritas de Papel

AutorAndrés Henestrosa
Páginas260-261
260
ANDRÉS HEN ESTROS A
cita, hasta cierta noble afectación de purismo, y aun de modernismo, observa-
ción esta última que nadie ha vuelto a tocar y en la que se pudiera insistir.
Muy pocos son los datos que he podido reunir sobre Pedro Pablo Figue-
roa. Sabemos que fue corresponsal de El Nac ional –periódico que se publi-
caba aquí en el siglo pasado– y creemos que a través de sus columnas hizo
amistades mexicanas y le vino la consideración a nuestra patria, en la que
buscó refugio y alcanzó la protección del régimen porfirista, y que llevado de
esa gratitud dedicó a don Porfirio el folleto que motiva esta Alacen a. Escribió
Figueroa algunos libros sobre hombres y cosas de su país y de nuestra Amé-
rica, siempre dentro de la tendencia de mostrar la capacidad de los pueblos
hispanoamericanos para el goce y el disfrute de la cultura. Entre sus libros se
puede mencionar otro, tan raro o más que Un poeta indígena; es una de aquellas
antologías preparadas por hispanoamericanos para demostrar que teníamos
poetas que oponer a España, que podíamos caminar solos: Prosistas y poetas d e
América mode rna, su título.
Pedro Pablo Figueroa nació en Copiapó en 1857. Murió, quizás, en Santia-
go, en 1909. México, al que amó con lúcida frente, con noble corazón, tuvo en
él a un ferviente defensor y a un preclaro amigo.
5 de diciemb re de 1954
Las Pajaritas de Papel
Una de las piezas más curiosas de la bibliografía mexicana de nuestros días
la constituyen Las pajaritas de papel que el PEN Club de México publicó en el
año de 1925, en edición limitada a 29 ejemplares, que ése era el número de los
miembros del Club en aquella primera etapa mexicana. “Las pajaritas” que
integran la colección, también en número de 29, aparecen en el orden en que los
textos fueron escritos. A sí, el número 1 pertenece a Carlos Gutiérrez Cruz,
autor de Dichos y proverbios populares que inicia la serie, y el último a Armando
C. Amador.
A la vuelta de treinta años, muchos de los poetas, escritores y novelistas
ahí reunidos han muerto, otros han dejado de escribir, algunos han devenido
nombres los más altos de nuestra literatura. Gutiérrez Cruz, promesa enton-
ces, ahora muerto y olvidado, ya sólo es un nombre en la historia de la litera-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR