Un mal año

AutorAndrés Henestrosa
Páginas361-362
suerte que cuando el turista sale a la calle, sólo encuentra a las mujeres, mien-
tras el hombre descansa a esas horas.
¿Hasta cuándo van a prevalecer estos errores con respecto a los zapotecas
del Istmo? Ojalá que esta Alacena logre desvanecer de la mente de los que
todavía las padecen, las aberraciones a que han dado lugar.
1o. de enero de 1956
Un mal año
Algo que he podido observar en estos días es que este Suplemento no publica
noticias necrológicas. Cuando muere alguna persona de calidad en México, El
Nacional da la información en sus ediciones diarias, pero ninguno de los redacto-
res ha tenido hasta ahora el cuidado de hacerlo en la Revista de Cultura Mexicana
con lo cual sus tareas y propósitos se quedan en cierto modo truncos. Una nota
necrológica, acompañada de una bibliografía de los escritores desaparecidos así
como las más indispensables referencias bio-bibliográficas son siempre de gran
provecho para investigaciones futuras en torno a la historia de las letras nacio-
nales. Y eso es lo que nos proponemos no olvidar en lo futuro. Y ojalá que el año
que acaba de empezar no registre tantas defunciones como el de 1955. Haga-
mos ahora, así sea en dos líneas, una reseña de las bajas del año pasado.
Cuando todavía no nos reponíamos de la noticia de la muerte de Francisco
Castillo Nájera –20 de diciembre del 54– murió el 18 de enero Luis Enrique
Erro, hombre de ciencia y notable literato, autor de dos libros de creación: Por
aquí pasó Cortés –que es una verdadera rareza bibliográfica– y Los pies descalzos.
Alfonso Méndez Plancarte, antes de cumplir cincuenta años, pero que
no obstante esa circunstancia nos dejó una obra no sólo voluminosa, sino de
rara perfección; por su rigor de investigación, por el aparato de erudición que
la sustenta. Los trabajos sobre Díaz Mirón, sobre los poetas novohispanos y
sobre Sor Juana Inés de la Cruz, quedan como testigos de sus dones de inves-
tigador de sano juicio, de espíritu vigilante y sagaz.
El 11 de abril, tras de una dolorosa agonía que duró meses, se fue para siem-
pre José Moreno Villa, que era uno de esos españoles para quienes no se ama ni
se conoce verdaderamente a España si se la desconecta de México, a partir de la
Conquista. Guiado por esa certeza, aplicó las luces de su esclarecido intelecto a
AÑO 1956
ALACE NA DE MINUCI AS 361

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR