Por qué ingresar a un colegio de valuadores

AutorAlfredo Trujillo Betanzos
Páginas22-24

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Un tema que siempre me ha llamado la atención es la dualidad de facultades de los corredores públicos. Por una parte, la ley les delega una fe pública limitada al ámbito mercantil, con excepción de actos jurídicos sobre inmuebles, con los formalismos y la rigidez que corresponden a la fe pública notarial; y en el otro extremo se les reconoce la aptitud para ser peritos valuadores, con la particularidad que tiene esta ciencia de ser opinión técnica y basándose siempre en ese monstruo de mil voces llamado "mercado".

También me resulta interesante la manera en que se manifiestan estas dos actividades, el otorgamiento de fe pública y la valuación, en la historia y en la sociedad. Así, en la Roma primitiva, donde la riqueza y el esplendor aún no se desarrollaban, las Doce Tablas marcaban la vida romana con sus fórmulas sacramentales y dogmáticas; en cambio, en la medida en que la sociedad evolucionaba y alcanzaba su grandeza, el Derecho se fue volviendo más flexible, hasta llegar al nivel superior de los proculeyanos en la época de Augusto.

Por otra parte, en las sociedades modernas si uno observa con cuidado se dará cuenta de que parece que hay una relación inversamente proporcional entre formalidades jurídicas y valuación. Así, vemos países como Estados Unidos, Australia e Inglaterra, que se ubican a la vanguardia de la valuación, desarrollándose a través de sistemas jurídicos con soportes menores en la fe pública.

Una vez dicho lo anterior, debo afirmar que no es el momento de hablar sobre fe pública, porque de ese tema ya se ha hablado bastante, y para mi gusto, demasiado. Mejor hablemos de valuación. En tiempos de una economía de mercado, en un mundo cada vez más globalizado, y cuando se pronostica que en 2030 México será la séptima economía del mundo (sólo después de China, Estados Unidos, India, Japón, Alemania y Reino Unido), es fundamental estimar con un alto grado de confianza el valor económico del patrimonio, ya que, como dice Hernando de Soto, la propiedad más que un título es una fuente de valor.

Así, los valuadores han pasado de ser un simple instrumento de medición al servicio del Estado para la recaudación fiscal, a ser hoy en día auxiliares indispensables en todas las actividades económicas de la sociedad, con una responsabilidad que va más allá del interés particular, y han llegado a ser un pilar en el desarrollo económico de nuestro país.

Ese crecimiento de la demanda y la importancia de sus servicios viene...

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