La igualdad en las aulas y en la cotidianidad: un valor fundamental
| Autor | Ricardo Coyotzin Torres |
| Cargo | Integrante de la Unidad de Difusión de la Cultura de la Codhem |
| Páginas | 10-12 |
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/LA IGUALDAD EN LAS AULAS Y EN LA COTIDIANIDAD...
Desde los primeros encuentros escolares se aprende a organizar el pen-
samiento y a reproducir discursos académicos de acuerdo con las pautas
normativas propias del contexto social, geográfico y espacial en el que
vivimos.
En términos sociales se conoce como andro-
centrismo, según comenta la académica Ampa-
ro Moreno (2006), al modelo de conocimiento
que tiene como protagonistas centrales a los
hombres en la ciencia, el arte o la cultura.
Con lo anterior, en la mayoria de las institucio-
nes educativas se observan actos de jerarquía
entre lo masculino y femenino –modelo andro-
céntrico-, dejando al primero por encima del
segundo; desigualdad que está presente en
prácticas cotidianas del aula. No obstante, esta
experiencia poco sensible a las necesidades de
los sexos y los géneros, en la mayoría de las
ocasiones, se ejecuta de manera inconsciente.
Este sistema simbólico niega tajantemente la
participación de las mujeres en el espacio público
y limita sus capacidades de aprendizaje; discurso
que se asimila desde edades tempranas y
se apropia sin importar el nivel educativo,
la alfabetización o la escolarización de las
personas. Así las niñas, niños, adolescentes
y jóvenes, se les limita a realizar actividades
consideradas propias del género masculino o
femenino —roles sociales—; por ejemplo, a las
mujeres se les atribuye ser delicadas, serviciales
y con comportamientos moderados; en tanto a
los varones se les refuerzan conductas como la
competencia, la habilidad y la fuerza.
Por este motivo, en el ámbito académico y
educativo, es importante que la perspectiva de
género se implemente como una herramienta
práctica que permita visibilizar las desigualda-
des entre los sexos, detectar cuándo éstas se
reproducen y saber qué hacer para combatir-
las (Serret, 2008). Hablar de incorporar una
perspectiva de género en el ámbito educativo,
significa cambiar la interpretación de quienes
existen alrededor del poder y la dominación.
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