Gestión estratégica asociada de la participación ciudadana

AutorJosé María Ramos García
Páginas35-55
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ESTE CAPÍTULO analiza el papel de la gestión local para promo-
iver la participación ciudadana bajo un enfoque de gestión
estratégica asociada. Este enfoque es una de las opciones para
promover el desarrollo local5 en un marco en donde generalmen-
te el gobierno y las organizaciones civiles mexicanas han tenido
diferencias ideológicas y sociales y, sobre todo, respecto a cómo
concebir e implementar el desarrollo local.
Este capítulo sustenta el argumento de que si bien la parti-
cipación ciudadana, a través de organizaciones civiles y la socie-
dad en general, se ha incrementado en las entidades locales y
estatales mexicanas (Bazdresch, 2003), ha tenido dificultades
para poder incidir en la gestión y en las políticas de desarrollo
local. El problema central lo atribuimos a que generalmente los
gobiernos locales en México no han adoptado e institucionaliza-
do un enfoque de gestión estratégica asociada6 porque mantie-
nen una administración tradicional, en donde predomina el
control y el énfasis en la autoridad gubernamental.
*Este capítulo con tó con el apoyo de Marcela Reyes, p rofesora de la Facultad de
Ciencias Sociales y Políticas, UABC.
5El objetivo del desarrollo local es reforzar la capacidad de una zona concreta para
buscar de forma autónoma su propia vía de desarrollo. Así, se crea un entorno favorable al
desarrollo utilizando las características y riquezas de cada territorio. Por lo tanto, la fuerza
de las iniciativas locales depende de la aplicación de un conjunto de elementos: la dimensión
económica y social, l a intervención pública y la iniciativa privada y las tecnologías más
avanzadas, entre otros.
6El enfoque plantea una alianza estratégica entre gobierno y sociedad civil u organis-
mos civiles. Su propósito central consiste en generar beneficios e impactos sociales en tér-
minos de bienestar y calidad de vida mediante la adopción de un enfoque proactivo y sus-
tentado en los consensos con distintos actores.
CAPÍTULO 2
Gestión estratégica asociada
de la participación ciudadana*
36 JOSÉ MARÍA RAMOS GARCÍA
En otros casos, cuando han adoptado elementos de la nueva
gestión pública (Cabrero, 1998 y 2003), su interpretación no es
la adecuada, provocando que la implantación del enfoque pre-
sente limitaciones para promover la participación ciudadana
local. Como consecuencia, los procesos de democratización local
que se han manifestado en México desde los años noventa7 no
necesariamente han promovido una participación ciudadana
efectiva8 en el sentido de fortalecerla para incentivar proyectos
comunitarios y en general de desarrollo local. El impacto princi-
pal del avance democrático nacional ha sido generar conciencia
de la relevancia de la participación ciudadana (Merino, 1994;
Guillén, 1996; Regalado y Ramírez, 2003).
La aseveración anterior no descarta que los gobiernos lo-
cales mexicanos –de cualquier filiación ideológica– hayan im-
plantado formas de participación ciudadana bajo una gestión
tradicional. Sin embargo, tales políticas no necesariamente han
promovido el fortalecimiento ciudadano en materia de desarro-
llo, y especialmente que hayan coadyuvado en la disminución
de los problemas de inseguridad pública, desempleo, drogadic-
ción, entre otros.
En años recientes varios gobiernos locales mexicanos han
modernizado su administración con la adopción de elementos
de la nueva gestión pública (Cabrero, 2003). Uno de los impac-
tos de esos cambios ha sido que no necesariamente se ha reformu-
lado la relación con la sociedad civil mediante la creación de
mecanismos efectivos de participación ciudadana. Esto ha suce-
dido porque, contradictoriamente, la adopción de nuevos enfo-
ques de gestión ha provocado que los procesos de democratiza-
ción local se hayan limitado (Cabrero, 2003).
7El debate académico de principios de los noventa en México fue la democratización,
pero este proceso no necesariamente ha impactado en una mayor capacidad de gobernación
y de articulación con la sociedad ci vil en p royectos de desarrollo local. Véanse Aguilar
(2000), Mizrahi (1995), Ward (1998) y Regalado y Ramírez (2003).
8Un ejemplo que se consideró exitoso en términos de promover la participación social
en proyecto s comunitarios fue el Progra ma Nacional de Solidaridad; sin embargo, en el
transcurso de los años se puso de manifiesto que tal programa no promovió el desarrollo
comunitario con una perspectiva de largo plazo, al igual que tampoco estableció las bases
para sustentar una gestión asociada en materia de desarrollo local.

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