Editorial

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Dentro de un marco lleno de tragedias venidas a más, en donde los huracanes Ingrid y Manuel no dieron tregua a México afectando a 371 municipios, dejando centenares de damnificados y varios muertos, el gobierno brinda un leve consuelo otorgando beneficios fiscales a los contribuyentes de las zonas afectadas por las lluvias, eximiéndolos de la presentación de los pagos provisionales del ISR y IETU de agosto a octubre así como del segundo cuatrimestre de este año, con el afán de contribuir a la reactivación de la planta productiva y a preservar las fuentes de empleo, aunque cabe destacar que no serán suficientes estos esfuerzos, pues la lenta actuación de las autoridades en las zonas de desastre y el insuficiente recurso del Fondo de Desastres Naturales pueden poner en jaque nuestra ya precaria economía.

Dentro de este caos, entre los fenómenos naturales, las constantes marchas y las reformas pendientes podemos recordar el proyecto de la Ley Federal del Trabajo la cual perseguía propiciar un mayor crecimiento económico, impulsar a la inversión interna y externa, la generación de nuevos empleos y la flexibilización de las relaciones...

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