Día Internacinal de la Mujer
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La celebración del Día Internacional de la Mujer se ha convertido año con año en una oportunidad para reflexionar sobre el avance de la equidad de género en todo el mundo. A más de 100 años de conmemorarse esta fecha, el empoderamiento de la mujer es significativo. Aunque todavía existen retos importantes, es innegable que hoy cuentan con mayores oportunidades para su desarrollo profesional y que los gobiernos realizan esfuerzos para una mayor igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad moderna.
A pesar de los grandes avances, en el ámbito laboral todavía persisten resistencias hacia el desarrollo de la mujer, quien indudablemente juega un triple roll y en condiciones de desventaja en muchas ocasiones. De ahí que la onu decidiera en este 2017 manejar el tema, Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030. Y es que de acuerdo con el organismo, la globalización y la revolución digital y tecnológica crean nuevas oportunidades para ellas, al tiempo que la creciente informalidad en el trabajo, la inestabilidad en las fuentes de ingreso, nuevas políticas fiscales y comerciales y el impacto ambiental ejercen un papel decisivo en su empoderamiento económico.
Para asegurar este alcance, es necesesario cerrar la brecha entre los salarios de hombres y mujeres, que se ubica actualmente en el 24% en el ámbito internacional; reconocer el trabajo no remunerado que supone el cuidado del hogar y de los miembros de la familia para redistribuir estas tareas de forma equitativa.
La onu propone eliminar las brechas en el liderazgo y toma de decisiones, en el emprendimiento y en el acceso a la protección social; asimismo, asegurar políticas económicas sensibles al género que produzcan empleos, reduzcan la pobreza y promuevan un crecimiento sostenible e inclusivo. Conmina a los lideres de los diferentes paises a desarrollar políticas económicas que tomen en cuenta a la mayoría abrumadora de mujeres en la economía informal, promover su acceso a las tecnologías y prácticas innovadoras, al trabajo decente y a empleos orientados a la adaptación al cambio climático, y protegerlas mujeres de la violencia en el lugar de trabajo.
En Foro Jurídico nos sumamos, como cada año, a esta conmemoración y en seguimiento a lo marcado por la onu, entrevistamos a 5 mujeres que, desde su ámbito de trabajo, enfrentan día a día la interminable labor de ser madres, profesionistas y esposas. Cada una de ellas, en el ámbito de su competencia, coincide en señalar que a pesar de los obstáculos en su desarrollo profesional, el apoyo de la familia es un factor muy importante. Aunque el camino todavía es largo para lograr una mayor equidad, reconocen los avances alcanzados como la existencia de una ley que obligue a una mayor equidad en cargos de elección popular así como el fortalecimiento de los derechos humanos.
En esta ocasión tenemos la participación de la Ministra Norma Lucia Piña Hernández, Presidenta de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; las Senadoras Angélica de la Peña Gómez y María Cristina Díaz Salazar, Presidentas de la Comisión de Derechos Humanos y de Gobernación, respectivamente, del Senado; Lorena Cruz Sánchez, Presidenta del Instituto Mexicano de las Mujeres (inmujeres) y Eva Frías Castro, miembro del Consejo de la Asociación Abogadas mx y Counsel de Ritch, Mueller, Heather y Nicolau.
Ellas nos compartieron sus comentarios respecto a 4 preguntas:
¿Cómo mujer, qué tan complicado ha sido su desarrollo profesional?
¿Qué se requiere para que México goce plenas garantías en todos los ámbitos?
¿Cómo percibe a nuestro país en temas de equidad de género, cuáles siguen siendo los retos? ¿Cuál sería su mensaje a las mujeres mexicanas?
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En mi caso, debido a las particularidades de mi historia de vida, el hecho de ser mujer no ha tenido un impacto negativo significativo en mi desarrollo profesional; entre otras causas, porque tuve la fortuna de crecer en una familia ilustrada que me prodigó el apoyo necesario para estudiar y desarrollarme profesionalmente, y posterior-mente, cuando formé una familia, he tenido el apoyo de mi esposo para construir una ardua carrera judicial y compartir, igualitariamente, las responsabilidades y cargas de criar a nuestros hijos y hacer vida en común.
No obstante, puede estimarse que mi caso, aunque no es excepcional, no constituye la regla general, porque en su mayoría, las mujeres en este país están sometidas a condiciones de desigualdades estructurales que les impiden acceder, entre otras cosas, a la educación, a las responsabilidades de formar una familia, y al desarrollo profesional, en igualdad real de condiciones que los hombres.
La igualdad formal y sustancial entre hombres y mujeres en este país sólo se logrará a través de una transformación profunda de nuestra cultura. En México, y en otros lugares del mundo, las mujeres seguimos sometidas a condiciones sistemáticas de violencia que se invisibilizan, precisamente por formar parte de nuestro entorno cotidiano. Es decir, es parte de nuestra formación situar a la mujer en condiciones de desigualdad y esto “legitima” la desventaja femenina.
En paralelo a la revolución...
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