2007-2010: Entre el desánimo y la esperanza

AutorSergio Aguayo Quezada
Páginas624-659
624
XVIII. 2007-2010: ENTRE EL DESÁNIMO
Y LA ESPERANZA
Han sido, son años difíciles. En cada elección competida se reeditan los
comicios del 2006, la guerra contra el narco decretada por Felipe Calde-
rón fue como una poda para la violencia que nos tiene en la incertidum-
bre de la inseguridad, las mayorías padecen el impacto de las crisis  -
nanciera y económica y crece la desaprobación hacia los políticos y los
gobernantes.
Pese a todo, sobrevive la esperanza porque poco a poco se van con-
solidando los contrapesos institucionales o sociales. La sociedad goza
de márgenes razonables para organizarse y expresarse, un relativo acceso
a la infor mación y, de cuando en cuando, algo de justicia por medio de
una legalidad cara, lenta e impredecible.
Sería un despropósito pretender capturar en documentos los cente-
nares de historias que van tejiendo un nuevo capítulo de la transforma-
ción del país. Preferí bosquejar algunos de los grandes problemas nacio-
nales y los esfuerzos que está haciendo aquella parte de la sociedad
empeñada en refundar la democracia.
Miguel Ángel Granados Chapa inició su carrera como periodista indepen-
diente en 1964. En octubre de 2008 el Senado de la República le otorgó la
Medalla Belisario Domínguez; rescato los párrafos de su discurso en los
que plantea el dilema que enfrentamos.
No es que la sociedad mexicana carezca de experiencia ante las crisis, la ha
adquirido a fuerza de golpes, de caer y levantarse, de deplorar lo perdido y
comenzar de nuevo, pero pocas veces en la historia habían convergido ad-
versidades de tan distinta índole y semejante gravedad que hacen de las
sombrías horas que corren, horas de de nición, de las que emergerá la so-
ciedad disminuida y en riesgo de descomposición y aun de enfrentamiento
o engrandecida para superar la magnitud del desafío para que sea por una
vez madre providente de sus hijos.
[…]
2007-2010: ENTRE EL DESÁNIMO Y LA ESPERANZA
625
Los poderes fácticos, los que gobiernan sin haber sido elegidos, los que
buscan y obtienen ganancia de negocios que atentan contra el interés gene-
ral gobiernan en mayor medida que los gobiernos; la lucha de unos y otros
poderes ilegítimos contra la sociedad, su éxito en el propósito de dominarla
es favorecida por una situación económica, material cada vez más adversa,
menos propiciatoria que la prosperidad y la expansión de la potencialidad
humana.
Muchos creemos percibir la difusión de una desesperanza, de un des-
ánimo social, un desencanto con las formas democráticas, un cinismo so-
cial que como los depredadores en infortunios impuestos por la naturaleza
aprovechan la desgracia ajena para medrar.
[…]
No nos deslicemos a la desgracia, menos aún caigamos de súbito en su
abismo, cada quien desde su sitio, sin perder sus convicciones, pero sin
convertirlas en dogma que impidan el diálogo, impidamos que la sociedad
se disuelva.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Discurso íntegro de Miguel Ángel Grana-
dos Chapa al recibir la Medalla Belisario Domínguez”. Reforma, 7 de octu-
bre de 2008.
¿ESTADO FALLIDO?
La inseguridad, la debilidad del Estado y la impunidad han suscitado la
inquietante posibilidad de un Estado fallido. René Delgado da una agu-
da opinión sobre el tema.
En el exterior se comienza a percibir a México como un Estado fallido, en
el interior no.
Dentro del país, la élite política no advierte el peligro de la inestabilidad,
el crecimiento de la violencia y el descontento social, en suma, de la ingober-
nabilidad. Por lo mismo, no está dispuesta a moverse un ápice de su conduc-
ta tradicional, siendo que la circunstancia exige precisamente cambiar.
La gravedad de la situación nacional no conmueve a esa élite. Por el con-
trario, la recon rma en la idea de echar mano del socorrido recurso y dis-
curso del “aquí no pasa nada”. Y, en esa lógica, norma su movimiento a par-
tir de muy viejos principios: uno, mientras en el país no se sepa la gravedad
de lo que ocurre, la realidad no existe; dos, mientras el problema se maneje
como un asunto de imagen, muy poco importa lo que suceda; tres, mientras
¿A DÓNDE VA MÉXICO? 2006-2010
626
el crimen organizado aparezca como el origen de todos los males, nosotros
(la élite política) podemos seguir cometiendo nuestras tropelías; cuatro,
mientras se sostenga la noción de que la crisis es sólo económica, las otras
crisis no tienen impacto; y, cinco, mientras se traslade el peso de la crisis a
la sociedad, no hay por qué reducir nuestro propio ritmo de gasto ni por
qué modi car nuestra conducta.
Así, irresponsablemente, el grupo en el poder avanza en la dirección
justamente que conduce a un Estado fallido. Un Estado frágil por la pérdi-
da del dominio y el control del territorio, frágil porque ya no es suyo el mo-
nopolio de la fuerza ni el de tributo, y frágil también por la distancia que
el gobierno y los partidos ensanchan con la sociedad, poniendo en riesgo el
concepto de nación.
René Delgado, “Rumbo al Estado fallido”, Reforma, 31 de enero de 2009.
Al poco tiempo de llegar a la presidencia, Felipe Calderón le declaró la
guerra al narco. En un discurso ante la Fuerza Aérea (febrero de 2008)
bosqueja la amenaza y se muestra optimista sobre el desenlace.
Gracias a mujeres y hombres como ustedes recuperaremos la seguridad
en Guerrero, en Michoacán, en Baja California, en Sinaloa, en Chihuahua, en
Durango, en Tamaulipas, en Nuevo León, y en toda región del país que esté
amenazada por el crimen organizado, ése es el enemigo.
El Estado mexicano es más fuerte que cualquier organización criminal,
los institutos militares de la República son más fuertes que cualquier banda
de delincuentes, y vamos a utilizar toda la fuerza del Estado para responder
a quienes desafían a la autoridad y a la sociedad, para responder a quienes
retan a las instituciones y ponen en peligro el futuro del país.
Ése ha sido, por desgracia, el caso de ciudades y regiones del país don-
de la delincuencia pretende establecer su dominio, y a nosotros, quienes es-
tamos investidos de la responsabilidad de servir a los ciudadanos con el po-
der y la fuerza que los propios ciudadanos nos han conferido, nos corresponde
el evitarlo.
Pero se necesita, sí, la comprensión y el apoyo de los ciudadanos, por-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR