Derecho Mercantil Mexicano. Parte 2

Páginas21-40
22
JACINTO
P ALL.A.RES.
ballería,
la
monarquía constitucional,
la
república nacional.
Ni
un
gran
político,
ni
un
gran
orador,
ni
m1
·
gran
ciudadano;
nada
ele
re-
voluciones, de protestas
contra
el órcleu establecido, como no las
hay
en
un
hormiguero.
Es
p1·eciso
no olvidar, sin embargo, que estas
viejas sociedades son las que
han
trazado las primeras bases del
ed
i-
ficio humano y hecho casi todos
los
cimientos materiales. Los caldeos
y el
Egipto
(1), en particular tlieron á los griegos y á los hebreos no
ciertamente su
g·enio,
pero los elementos esenciales
ele
su
obra
ex-
traordinaria.; les inocularon
una
roultitucl de iüeas fecundas y fruc-
tuosas
para
la humanidad. Cerca
ele
dos mil años
ántes
de
J.
O.
ve-
mos aparecer
en
la
historia
un
elemento nuevo: los aryos y los se-
mitas
hacen
sentir su presencia
en
el mundo
........
los recien veni-
dos
eran
rudos
y'muy
inf
eriores á los egipcios y á
la
vieja Babilonia
anti--semíticá' por lo que
respecta
á las comodidades materiales de'
la
vida; pero
te
nian el fuego
interior
de
la
poesía, la pasion,
la
me-
lancolía,
la
necesidad de
otra
vida, el secreto del porvenir."
EGIPTO.
15.
Estas
dos razas, efectivamente
(2),
son las que á
vuelta
de los
· l
Difícil
e~
saber
en
qué
época
y
hasta
qué
punto
los
egipcios
se
mezclaron
en
la
raza
semítica;
pero en
todo
caso
el
Egipto
es
un
pueblo
que
dió
mucho
im-
pul
so
al
comercio,
como
luego
veremos.
2
Concuerdan
los
grande8
escritores
en
la
descripcion
de
los
caractéres
pro-
pios
de
cada
una
de
estas
raz
as:
"La
poesía
del
alma,
la
fe,
la
l
libertad,
la
hon-
r~dez,
la
al;megacion,
aparecen
en
el
mundo
con
l
as
dos
g
randes
ra
zas
,
que
en
cierto
sentido
han
constituido
á
la
hu::.:.anidad;
me
refiero á
la
raz¡¡,
indo-europe
a
Y á
la
raza
semítica.
Las
primeras
in
s
tituciones
de
la
raza
jndo-európea
fueron
esencialmente
naturalistas;
pero
era
u-11
naturalism
o
profundo
y
moral,
un
abra-
zo
amoroso
de
la
naturaleza
por
el
hombre,
una
poesía
deliciosa,
llena
del
senti-
miento
del
infinito,
el
principio,
en
fin,
de
todo
lo
que
el
genio
germánico
y
cél-
t
ic
o,
de
todo
lo
que
un
Shakspeare,
de
todo
lo
que
un
Grethe
debían
expresar
más
tarde.
Esto
no
era
ni
religión,
ni
moral
ra
zona
das;
era
la
melancolía,
la
ternura,
la
imaginacion;
era
lo
que
flota
sobre
todo
negocio
serio,
es
decir,
la
condicion
esencial
de
la
moral
y
de
la
religibn
......
(La
vi
e de Jesus
).
El
r
esu
lt
ado
esencial
de
la
filosofía
moderna
ha
sido
demostrar
en
la
hi
s
toria
de
la
ci
vilizacion
la
ac-
cion
de
una
doble
corriente
producida
por
dos
razas
profundamente
distintas
en
costumbres,
en
idioma
y
en
espíritu:
de
un
a
part
e
la
ra
za
indo-europ
ea
abrazan-
do
los
pueblos
nobles
de
la
India,
de
la
Persia,
del Oáucaso,
de
la
Europa
ente-
ra;
del
otro
la
raza
designada
con
el
nombre
b
asta
nte
discutible
de
se
míti
ca
,
·
comprendiendo
las
poblaciones
indígenas
del
A
sia
Occidental
y
Meridional
des-
de
el
Eufrates.
A
la
raza
indo-europea
pert
e
necen
casi
todos
los
movimientos
militares,
polític
os,
intelectuales
de
la
historia
del
mundo;
á
la
raza
semíLica los
movimientos
religiosos
..
....
r
aza
incompleta
por
su
misma
simplicidad,
no
tiene
ni
artes
plásticas,
ni
ciencia
racional,nffilosofia,
ni
vida
política,
ni.organizac10n
militar.
La
raza
semítica
jamas
ha
comprendido
la
civilizacion
en
el sentid:°
que
damos
á
esta
palabra;
no
se
encuentran
en
su
seno
ni
grandes
imperios
orgam-
DERECHO ll'IERC.A.NTIL .
i\'I.E:X:IC.A.NO.
23
sig
los
han
conquistado
al
mnnd6, y es da
raza
indo--europea l a
que
representa
e
í1
la
historia
el
más altó
gra
clo
t1e
·progreso á que
ha
lle-
gado el género humano . . Los chinos y los egipcios llegaron, á formar
imperios ó nacionalidades
,astísimas,
pero estacionarias
en
casi to-
das
las esferas
de
la
actividad
humana,
sin ·
que.
por esto debamo_s
creer
que
en
el
ór
.den material, como dice Renan,
no)rnh
dado
con-
tingente
valioso á.
la
civilizacion.
'.
En
Egipto
el comercio·
estuvo
al
principio
embara
zaJ.o por el mismo derecho civil y reli
ioso__:
"la
mezc
la de los
preceptos
jurídicos, morales i religiosos, la
rigida
ins-
titucion
de las castas,
el
absolutismo del soberano
debían
producir
el
reglamentarismo
del trabajo, la exclusion de ciertas personas
de
determinados
oficios,
la
desigualdad
en
las obligaciones,
las
nume-
rosas prohibiciones derivadas de
la
supersticion que
imp
edían
el
mo-
vimiento
de
la
propiedad
...
'.
.....
Las
leyes sobre los deridores refle-
jan
en
los
primeros
tiempos
la
ferocidad
de
la
época prehistóFica: el
-
que
no pctgaba
su
deuda
era
adjudicado á
su
·acreedor, y
en
tiempo
de
Boccoris
esta
era
la
regla
de los contratos. Los
datos
que
tene-
mos
sobre ellos nos los
presentan
envueltos
en
multitud
de
fórmulas
religiosas y civiles.
Parece
que el
interes
del
mútuo
llegó á alcan-
zar
en
tiempo
de·Boccoris,
una
tasa
elévadísima, pues
este
rey
or-
denó que no
pudiese
exceder el
interes
de
un
30
por
:iiento y
que
no
se pudiesen
cobrar
intereses compuestos; y
aunque
bajo este mismo
r
ey
no fué
permitido
que el deudor fuese adjudicado
al
acreedor, fué
siempre
permitido
que
por
vía
de
contrato
un
hombre
se )liciese es-'
clavo
de
otro
hombre.
Por
lo que
hace
al
comercio
internacional,
la
envidia
ó ce
de
que
otros poseyesen los
frutos
de la
cultura
eg
ip-
cia,
implantó
en los primeros tiempos
un
verdadero aislamiento
co-
mercial. DióSículo
cuenta
que
bajo
Psamético
todo
navegante
extranjero
que
abordaba
á puertos egipcios
era
cond
e
nado
muer-
te
ó á esclavitud. Solo posterio
rm
onte y poco á poco
füeron
permi-
tidas
algunas
vías
de comunic·acion
para
la
im
portacion, pues las
zados,
ni
espírit
u
público,
ni
nada
q
uerecuerde
la
ciuda
'd
griega,
nada
tampoco
que
recuerde
la
.monarquía
abso
l
uta
del
Egipto
'Y
de
la
Persia.
Las
cuestiones
de
aris-
tocracia,
democrac
ia,
de
feudalidad
que
encierran
todo
el
secreto
de
la
historia
para
los
puebl
JS
indo-europeos,
no
tienen
sentido
para
los _
semitas."
(L
'Histoi1'
dii
peuple (l'Isi·ael.)
El
historiador
i\íeyer
dice
tambien:
"Gran
sobriedad
-
de
racioci-
D;iO,"Vivo
.es
píritu
de
observacion;
inteligencia
calculadora
ateiüa
siempre
á
la
práctica,
dominando
absolutamente
los
engeñdros
.cUda
fahtasía
,y,
contraria
á
todo
vuelo
dema
'
si
ado
independiente
del
espíritu
·á regiones .poco
conocidas;
ta-
-les sorr los
rasgos
.
caractl)rístiscos
de
los
árabes
y los fenicios,
de
los
hebreos y
los
as
irio
s. . ,

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