La comunicaci ón política

AutorAquiles Chihu Amparán
Páginas17-32
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Capítulo I
La comunicación política
LA COMUNICACIÓN POLÍTICA
En sus inicios, el estudio de la comunicación política se enfo-
caba en la comunicación que establecía el gobierno con el
electorado, posteriormente se avocó al intercambio de discur-
sos políticos entre la mayoría y la oposición. Este campo se
amplió al estudio del papel que desempeñan los medios de
comunicación en la información pública y después a la in-
fluencia que ejercen sondeos de opinión en la vida política.
Hoy, engloba la comunicación en la vida política e integra tanto
los medios de comunicación como los sondeos, el marketing
político y la publicidad (sobre todo en los periodos electora-
les). Con Dominique Wolton (1998), podemos partir definien-
do a la comunicación política como el espacio donde se inter-
camb ian los discursos de tres a ctores: los polít icos, los
periodistas y la opinión pública a través de los sondeos. Brian
McNair (2003), define a la comunicación política como toda
comunicación acerca de la política. Ésta amplia definición in-
cluye toda la comunicación dirigida a actores políticos, por
aquellos actores no políticos tales como votantes y columnis-
tas de periódicos, y por último toda comunicación sobre esos
actores políticos y sus actividades narradas en las noticias y
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 Aquiles Chihu Amparán
editoriales. Todo discurso político está incluido en esta defini-
ción. Por lo tanto, al hablar de comunicación política, deben
tomarse en cuenta tanto las declaraciones verbales y escritas,
como los significados visuales y símbolos, es decir, todos
aquellos elementos de comunicación que constituyen una
imagen o una identidad política.
McNair también señala que el estudio de la comunicación
política debe enfocarse en la relación de tres actores: las or-
ganizaciones políticas, los medios de comunicación y los ciu-
dadanos.24 De acuerdo a este autor, las primeras, es decir, las
organizaciones políticas, comprenden a los líderes políticos,
actores que a través de medios organizacionales e institucio-
nales influyen en el proceso de toma de decisiones. Esta cate-
goría de actores incluye a los partidos políticos, como conjunto
de individuos reunidos en una estructura organizacional e
ideológica en busca de objetivos comunes. Los partidos, a
pesar de sus diferencias, comparten un compromiso con los
mecanismos institucionales, intentan convencer a la pobla-
ción de sus ideales y en periodos electorales someten a juicio
sus políticas que deben regirse por las reglas constitucionales
del sistema político en el que operan. Su funcionamiento de-
penderá básicamente de su habilidad para comunicarse con
aquellos que votan y los legitiman. Hay otro tipo de organiza-
ciones q ue son las públicas, éstas son organizaciones n o
partidistas con objetivos políticos (uniones comerciales, aso-
ciaciones profesionales) y no están identificadas entre sí ideo-
lógicamente pero sí mantienen semejanzas y rasgos comunes.
En estas asociaciones los miembros se unen no sólo para
resolver problemas comunes, sino para impulsar campañas
de cambio o para plantear el perfil de un problema público.
Los grupos de presión son una segunda categoría de actor no
partidista. Menos institucionalizados y más cerrados, en sus
24 Como se indica en el diagrama 1, que he tomado de McNair (2003).

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