Canto II. Primaveral

AutorAndrés Henestrosa
Páginas267-268
[ 267 ]
1955
Canto II de Sixto Tlapanco
Quiénes fueron Tlapanco y Sánchez Santos no es cosa fácil de averiguar. En
efecto, no encuentro sus nombres en las publicaciones periódicas de fines
del siglo pasado. Sixto Tlapanco, autor de este Canto II, parece que no fuera
escritor, sino un mero aficionado, pero desde luego era hombre sensible, indio
mexicano por la doble razón de su apellido y de su traducción. En cuanto a
Francisco Sánchez Santos su nombre nos es más familiar, no sólo por haberlo
encontrado en algún periódico, sino porque nos trae a la memoria el de su
hermano, el famoso polemista Trinidad Sánchez Santos.
Si algún lector de estas Alacen as supiera algo acerca de ellos, ¿quisiera
transmitirnos sus noticias?
Canto II. Primaveral
Penetré yo, cantor, en aquellos múltiples vergeles; mansión muy alegre y de-
liciosa; allí llueve un rocío de rayos de sol, allí cantan armoniosamente los
pajarillos, y preludia su cantar el jilguero con espaciosa voz; sitio que regocija
a Dios Hacedor Supremo.
Allí escucho, yo cantor, el comenzar de un canto que ciertamente no se pre-
ludia así sobre la tierra, por su novedad en el cantar. ¿Oh! Allá dentro del cielo se
escucha bien al polluelo del primer jilguero que les dice a las múltiples aves de
variados colores y rico plumaje: allí tiene su morada el Hacedor Supremo.

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