Agradecimientos

AutorSamuel Schmidt
Páginas15-16
Samuel Schmidt
15
Agradecimientos
Son muchos los cómplices voluntarios e involuntarios en la tarea de reexionar
sobre la realidad, en especial aquellos que estando lejos de las inuencias nefastas
del interés egoísta te ayudan a ver las cosas con otra perspecva.
Un ingeniero neoyorkino frente a mi análisis pesimista sobre México –que
no ha cambiado mucho- me dijo que todos los sistemas enden a la estabilidad
y bien que tenía la razón, solo que depende en que condiciones de estabilidad,
México en realidad, en contra de la profecía marxista de que una crisis deniva
destruirá al sistema, vuelve a la estabilidad pero cada vez en peores condiciones;
en este libro exploraré porque aunque las cosas se deterioran incesantemente
no termina por haber una explosión social, y hasta falló la esperanza de muchos
de que se cumpliera el ciclo de las revoluciones centenarias (1810, 1910, 2010).
Mucho le debo al Ing. Elliot Shapiro por sugerir que siempre hay más de una forma
de ver y analizar las cosas, cosa que demostró Graham Allison con un libro brillante
sobre la crisis de los misiles en Cuba (Essence of decision), Kurosawa en Rashomon
y la fabula hindú de los ciegos que van a ver a un elefante1.
Muy presente esta Antonio Hermosa cuya pasión por los clásicos me ha
ayudado a poner mi análisis en otra perspecva. Se sabe a Maquiavelo de memoria
y ha indicado lo funesto que es reper a ese autor sin haberlo leído, me dice en
una conversación interneca “Tú sabes que la gente lee a los clásicos de oídas;
y como normalmente no los oye ni siquiera por primera vez, incluso la primera
1 Cuatro ciegos van a ver a un elefante, cuando se reúnen para describir lo que vieron, el que vio la trompa dijo que el
elefantes es como una gran serpiente, el que vio el trasero dijo que el elefante es como una gran vasija, el que vio la
pata dijo que es como un gran tronco. Hay otra versión que dice que el que tocó la pata dijo que el elefante era como
un pilar; el que tocó su cola dijo que el elefante era una cuerda; el que tocó su trompa dijo que era como la rama de un
árbol; el que tocó la oreja dijo que era como un abanico; el que tocó su panza dijo que era como una pared; y el que
tocó el colmillo dijo que el elefante era como un tubo sólido. Todos los vieron y lo compararon paradigmáticamente,
todos dijeron la verdad y sin embargo no coinciden.

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