Adulterio

Páginas309-330
ADULTERIO.
_
ADULTEii
i
o.-El
acto de una persona
- casada que violando la fidelidad con-
yu
ga
l, concede s us
favo
res á otrn per-
s
on;.1
; ó
el
acceso carnal q
ue
un hombre
casado tiene con otrii que no sea su~
mujer legítima, ó
una
casada con otro
hombre que .no sea su marido.
'--
Escriche, Dic. de Leg. y Juris. pal.
Adulteri
o.
No se puecle
p1·o
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Cl'imin.al1nen -
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El
a
dulte
ri o sólo se castiga
cuando
ha
siclo
consu
ma
do; pero
si
el co
nat
o
con
stituy
e otro delito, se castig
ará
con
la
pen
a seiia l
ada
ú éste. · .
Arts. 820 y 824 del Código
Pend.
'
i ·N las épocas primitivas del mundo, los hombres que
+ aún no
se
constituí~n
en
sociedades verdaderas y re- ,
gularizadas, sino que c~da uno con
su
familia levantaba
un
albergue donde guaTecerse
en
l
a~
espesuras de los-
bosques y vivían al
ni-
ye
l de los animales, sintieron
la
ne
' cesidád de
hallar
siempre y
en
todas
partes
á donde fue-
sen, .el abrigo de sus semejantes. De esta reciprocidad
de sentimientos que los hombres comenzaron á expe
ri
-
men
ta
r con el aislamiento en que vivían, nació la hospi-
talidad, que vino á
ser
una
especie
de
dogma sagrado,
y:
_
\
308
naci6 también el principio
d~
la
sociabilidad, que vino
ser
á su vez
una
ley
imperiosa, que
tendía
á agrupar
á_las
familias y constituir los
pr
imeros
pueb
los que se
"r
virían
h1ás
tarqe
como base y fundamento de poderosas nacio-
nes.
El
principio de la hospitalidad en todos los antiguos
pueplos, vino á hacer que el huésped fuese ácogido con
cariño, respeto y alegría, como al mensajero de la dicha .
.
De
aqui y
en
cambio, el deseo vehemente de complacerlo
.con verdadera solicitud. ·
Esta
solicitud obligaba al marido
á
éeci.er
su
lecho y su mujer al extranjero, á cuya acción
se
prestaba
docilmente la/esposa, contribuyendo por
su
parte
al acto
mis
delicado y exquisito de la hospitalidad.
De
esta
costumbre
impuesta
por el deseo de la reci-
procidad, nació el adulterio; pero el adulterio autorizado
_ por
la
costumbre misma; por el principio religioso nacien-
-
te;
por laidea de la sociedad que comenzaba á germinar
e
ntre
los hombres de
To
s pueblos antiguos.
Más tardé, cuando los grandes fenómenos de· la natu-
raleza; comenzaron á derramar el t~rror
entre
los pobla-
dores
d~
la
tierra, y eón ese
terror
surgieron tambié~
las r(;)ligiones primitivas
para
tributar
culto á las divinÍ·
dades creadas por la fantasía acobardada del hombre,
la
prost,itución '
d'e
las hijas y de las ·mujeres, entregándose
los ídolos y
á'
los sacerdotes de éstos, di6
una
nueva
faz al adulterio, la faz sagrada, aquella que nacía del de- .
seo de aquietar
la
ira
de los dioses por medio de la ofreri- ,
·
da
de l a
,v
irginidad de la doncella y del
pudor
de la mu-
jer casada.
, , I
Pe-ro
no sólo· se sacrificó
el
pudor de las casada¡, o be-
deciendo las id~as más absurdas del pagani
smG
, sino
que
/
/

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