Acoso. ¿Denuncia legítima o victimización?

AutorAlejandra Silva Carreras
Páginas71-71

Page 71

Marta Lamas, Fondo de Cultura Económica, México, 2018

Los movimientos feministas en contra del acoso y la violencia sexual han adquirido relevancia en el discurso político e institucional, tanto en México como en el mundo. La corriente estadounidense #MeToo, que denunció un cúmulo de acusaciones de acoso sexual contra Harvey Weinstein, fue el punto de partida que dio voz a innumerables mujeres.

Si bien es cierto que existe un fenómeno de violencia y machismo —sobre todo en México—, también lo es que el discurso del acoso ha caído en el exceso de proteger a las propias mujeres de su emancipación para “encadenarlas mejor a un estatus de víctimas eternas, de pobres cositas bajo el control de demonios falócratas”, como lo denunciaron en la revista Le Mode distintas escritoras, artistas y psicoanalistas francesas.

A partir de esa discusión Marta Lamas analiza el discurso del acoso para exponer que actualmente no todas las denuncias que se han dado a conocer son parte del fenómeno, sino que éste es confundido con el libre ejercicio de la sexualidad, tanto femenina como masculina, lo cual genera un naciente puritanismo que confronta a los sexos e instaura una nueva violencia simbólica, donde la mujer se transforma en una víctima eterna del hombre.

En su libro Acoso. ¿Denuncia legítima o victimización?, Lamas escribe: “En la actualidad, la confrontación feminista en las guerras en torno a la sexualidad se ha agudizado debido a la gran influencia que tienen las governance feminist que comparten la perspectiva de las dominance feminists […] Estas activistas de alto nivel intervienen en las decisiones gubernamentales y en la construcción de leyes nacionales e internacionales […] Han logrado diseñar e instalar protocolos de criminalización de la violencia sexual y denuncian los efectos negativos de esta tendencia feminista, que guía sus intervenciones políticas […] Así se va extendiendo paulatinamente esa nefasta suposición de que todas las mujeres son víctimas en potencia y que todos los varones son perpetradores potenciales”.

La autora reconoce que el machismo en México es una terrible realidad. Pero su objetivo no es analizar los fenómenos de desigualdad que imperan en el país, sino atender al discurso y a la construcción de una idea que termina por transformar el problema del acoso en un constructo hegemónico de poder que reduce la sexualidad y las dinámicas sociales a un simple acto de explotación. De ahí...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR