Vivienda

AutorAbel Perez Zamorano
Páginas83-106
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De acuerdo con el artículo cuarto de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, que a la letra dice: “Toda familia tiene derecho a
disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos
y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo” (cursivas del autor);26 adi-
cionalmente, en un estudio sobre las condiciones de vivienda en todo el
país se señala que: “la vivienda es un indicador básico del bienestar de
la población, constituye la base del patrimonio familiar y es, al mismo
tiempo, condición para tener acceso a otros satisfactores” (Sedesol, 2005:
21). De modo que, tal como se mostrará a lo largo de este apartado, las
condiciones prevalecientes en la vivienda en la zona estudiada no alcan-
zan la calidad mínima para una vida digna de los habitantes. Ciertamen-
te, el derecho a una vivienda digna se encuentra consagrado en la Cons-
titución, pero en los municipios estudiados esto no ha pasado de
constituir mera retórica. La hipótesis central que guía este apartado es
que las condiciones de las viviendas en la Zona Oriente muestran el
mayor atraso respecto a los otros bloques de municipios estudiados. La
pobreza de sus habitantes se manifiesta notoriamente en la precariedad
de sus viviendas, tanto en su insuficiencia cuantitativa –hecho que se
pone de manifiesto en el hacinamiento–, como en su insatisfactoria cali-
dad; así lo confirma un reporte de UN-HABITAT al señalar que:
el grado de las insuficiencias en la vivienda está directamente correlaciona-
do con el grado de la desigualdad urbana. De esta manera, las peores zonas
marginadas se encuentran en las ciudades más desiguales […] donde la
tierra se encuentra monopolizada por las clases altas, las ciudades están
26 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, última reforma DOF (18/06/2008).
Capítulo 3
Vivienda
Abel Pérez Zamorano
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divididas físicamente en áreas pobres y comunidades cerradas. La existen-
cia de zonas marginadas es siempre el reflejo de pobreza urbana, pero la
intensidad de las carencias de la vivienda es generalmente reflejo de la desi-
gualdad urbana (UN-HABITAT, 2007: 1).27
Al igual que en apartados anteriores, la metodología seguida consis-
te en analizar indicadores fundamentales que permiten evaluar en can-
tidad y calidad el comportamiento del fenómeno, comparándolos en los
tres bloques de municipios. Los indicadores analizados incluyen dos
grupos: los que tienen que ver directamente con las condiciones físicas
de la vivienda: nivel de hacinamiento, materiales de construcción y do-
tación de servicios públicos, pero también los que se relacionan con su
entorno físico y social, como seguridad y trasporte; asimismo, en algu-
nos aspectos específicos resulta ilustrativo comparar al conjunto de la
Zona Oriente con otro municipio en particular, sobre todo aquel que
muestre los mejores indicadores en cada aspecto y represente el ejemplo
a seguir. Finalmente, en algunos casos resulta también de gran utilidad
incorporar referencias a la situación de la vivienda en otros países, a
manera de contexto y marco que permita dimensionar en su justa medi-
da nuestra realidad.
Este apartado comienza con un análisis de las políticas habitacionales
que han sido instrumentadas por el Estado a partir de 1925, año en que el
gobierno asume una posición activa en la articulación de políticas que
pretenden dar una respuesta a la creciente demanda de vivienda social
por parte de una cada vez mayor población urbana. Posteriormente se
aborda el acceso a la vivienda, destacando aquí los mecanismos mediante
los cuales se han constituido los asentamientos de la Zona Oriente. Ve-
remos cómo esto ha ocurrido sobre todo a través del acceso ilegal al
suelo, propiciado en parte por una legislación que abre la puerta al frac-
cionamiento irregular, siempre dañino para los más pobres y, por otro
lado, a la existencia de cacicazgos locales con fuertes vínculos oficiales,
27 The degree of shelter deprivation is directly correlated to the degree of urban inequities.
Thus the worst slums are found in the most inequitable cities. These are cities where the poor pay
more than the rich for land and urban services, where land is monopolized by the upper classes,
the cities that are physically divided into poor areas and gated communities. The existence of slums
is always a reflection of urban poverty but the intensity of shelter deprivation is usually a reflection
of urban inequity.

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