Viajeros en México

AutorAndrés Henestrosa
Páginas399-401
sileños. “Las Casas habla siempre, no sólo en serio, sino con saña contra los
detractores del indio”, concluye Menéndez Pidal el párrafo respectivo. Es que
era (fray Bartolomé) el más agriado hombre del mundo. Por eso no despre-
ciaba el mundo, lo odiaba; por eso la despiadada censura de su nación, que el
español practica como ningún otro pueblo, escribe párrafos más adelante. En
lo cual creemos, aunque no por el mismo razonamiento, lleva toda la razón.
Mariano José de Larra, Ángel Ganivet, Joaquín Costa, por ejemplo, no creo
que odiaran a España, a pesar de la censura que ejercieron contra ella; sino por
el contrario, de amarla, se echaron contra ella por no ajustarse a lo que ellos
hubieran querido como patria. Pero dejemos esto y volvamos a las opiniones
de don Ramón. “Las Casas era un resentido, un asceta que no había alcanzado
el don principal del Espíritu Santo, la benignidad.
Usando de las crónicas y de las historias de la conquista de México, se
narra una vez más las crueldades indígenas, recargándolas de tintas horroro-
sas, que no hay por qué transcribir. “Guatimocín, joven bárbaro que ama y
exalta los horrores de la guerra, guerra de la edad de piedra, de la antropofa-
gia”, no puede con un centenar de hombres empeñados en elevar, de un tirón
hasta su cultura, millones de hombres que viven en retraso de tres mil años,
una poderosa barbarie, opina Menéndez Pidal.
Pero quizá fuera mejor, querido Cardona Peña, que leyeras ese artículo.
Lo puedes encontrar en el libro ya referido, de la página 91 a la 107.
17 de junio de 1956
Viajeros en México
Ya en otra ocasión he hablado de una biblioteca, que alguna vez formará Méxi-
co, en que se reúnan todos los libros que nuestra patria ha inspirado, a contar
de las primeras crónicas. En esa biblioteca ideal tendrán cabida no sólo los li-
bros señeros, escritos por viajeros y escritores ilustres, sino también de los
humildes, medianos y más chicos, que no hay libro suficientemente humilde
como para que en él no quepa una verdad, una noticia, una línea útil para
nuestra historia, nuestra mitología, nuestra fábula y leyenda. Uno de esos
libros será el Vi aje de Felipe S. G utiérrez por México, los Estados Unidos, Europa
y Sud Améric a, publicado por Filomeno Mata en 1885. Aunque muchos lo den
AÑO 1956
ALACE NA DE MINUCI AS 399

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