¿Vamos a permitir que se desmorone el país?

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A la manera de Hugo Chávez y Evo Morales, a Andrés Manuel López Obrador no le interesa preservar las instituciones ni, menos aún, el Estado de Derecho. El quiere ser presidente y no descansará hasta conseguir su propósito, pasando sobre quien tensa que pasar. El mismo ha dicho que "esto apenas empieza". Sus colaboradores más cercanos lo respaldan: "Si López Obrador no es presidente en 2006, lo seré en 2007". Después de todo, la experiencia boliviana lo alienta: Evo Morales derrocó a un presidente tras otro gracias a las movilizaciones que emprendió. El tabasqueño tiene escuela

Su petición de que se cuente voto por voto no implica un ejercicio de transparencia, como podría suponerse en primera instancia, sino un desgaste institucional. Las "causales abstractas" que aduce a su favor -los electores del PAN fueron atemorizados-, también podrían ser usadas en su contra los electores del PRD fueron alentados por la esperanza. Por añadidura, el conteo que exige Lopez Obrador ya se hizo el 2 de julio y las irregularidades se subsanaron la semana siguiente.

Le preocupa otro conteo porque, seguramente, recuerda la experiencia de Tabasco, en la más reciente elección gubernamental, cuando el tribunal electoral determinó contar voto por voto después de una elección impugnada en que ganó el PRI. Apenas dio inicio el conteo, empezaron a desaparecer las urnas, lo que obligó a convocar a nuevas elecciones. Nada convendría más a la ambición mesiánica de López Obrador que el desorden Su consigna es "si no gano yo, no hay democracia".

La pregunta que tenemos que hacernos ahora los mexicanos -particularmente los abogados- es si el presidente Vicente Fox va a cimentar este escenario Cuando tuvo la oportunidad de frenar el problema en seco -el desafuero-, prefirió no hacerlo, asustado ante la gente que salía a gritar a las calles. Si hubiera leído a Maquiavelo, sabría que una guerra que se posterga no se evita: se recrudece Como hombre bueno que es, no quisiera acabar mal su sexenio pero, antes que un hombre bueno, es el presidente de todos los mexicanos y prometió cumplir y hacer cumplir la Constitución. Hacerlo no sólo exige anunciar las mejoras económicas -que sin lugar a dudas las hubo en su sexenio- y besar niños... Hay otras tareas menos gratas que también debe afrontar.

No se trata de lanzar al ejército contra las huestes de inconformes pero sí de contener la irresponsabilidad de algunos medios de comunicación que alientan el desorden y de...

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