¿Ucrania dividida?

AutorM

Resumen

El presente artículo analiza la construcción histórica de la nación ucraniana, así como los procesos que, de acuerdo con el autor, hoy en día configuran una Ucrania dividida. La cristianización de esta nación, las invasiones mongolas y la presencia de los rusos como vecinos inmediatos determinan en gran medida la identidad cultural y religiosa de los ucranianos, la cual no es uniforme. No obstante, es hasta la integración de este país a la URSS que las fragmentaciones al interior de Ucrania comienzan a manifestarse de manera más intensa, ya que al interior comienzan a perfilarse dos tendencias que hasta la fecha se mantienen: los antirrusos y los prorrusos. Al contar con un territorio con un alto contenido de recursos energéticos (hidrocarburos y energía nuclear), la importancia estratégica de Ucrania se incrementó de manera importante durante la Guerra Fría, por lo que, al independizarse de la URSS en 1990, este país se convirtió en una importante pieza del tablero mundial. Por esto, el juego político interno ha visto numerosos partidos políticos disputarse el poder y el control de la producción de los energéticos, arrastrando a la sociedad en general a una fragmentación que obedece a la dicotomía de la Posguerra Fría en los países del otrora bloque socialista: ¿prooccidente o prorrusia?

Abstract

This article analyses the historical construction of the Ukrainian nation, as well us the processes that, according to the author, structure today's "divided Ukraine". The conversion to Christianity, the Mongol invasions and the presence of Russia us an immediate neighbor determine to a great extent Ukrainians' cultural and religious identity, which is not uniform. However, it is until Ukraine's integration to the USSR that the divisions within this country start to show intensively, due to the emergence of two tendencies maintained nowadays: anti-Russian and pro-Russian. Counting on great amounts of energetic resources in its territory, such as nuclear energy and hydrocarbons, the strategic importance of Ukraine increased significantly during the Cold War and, when it obtained its independence from the USSR, it became an important piece of the world's chessboard. For this, the internal political struggle has seen several parties disputing political power and the control of the energetic production, dragging society in general to a fragmentation which obeys to the post-Cold War dichotomy in the former socialist countries. Pro-Russia of Pro-West?

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La conversión

Debió ser doloroso para el príncipe Vladimir I de Kiev abandonar a sus cinco esposas y 800 concubinas para casarse por el ritual de la Iglesia ortodoxa con Arma, la hermana de Basilio II, emperador de Constantinopla. Esto ocurrió en el año 988 y, según algunos historiadores, implicó el inicio de la cristianización de lo que actualmente conocemos como Rusia y Ucrania. Sin embargo, se conocen otras cuatro versiones de las razones por las cuales Vladimir decidió bautizarse y promover la conversión de su pueblo al cristianismo.

Una de ellas sitúa la estética antes que el amor. El líder decidió cambiar de religión (no hay historiador que puede explicar el por qué de su deseo) y envió comisiones para informarse sobre el judaísmo de los kazares, (1) el islamismo de los búlgaros y el cristianismo de los bizantinos. Erigió este último cuando sus embajadores, después de visitar la Hagia Sophia en Constantinopla, le informaron lo siguiente: "no sabíamos si estábamos en la tierra o en el cielo, pues en la tierra no existe tal belleza y esplendor (...). Jamás olvidaremos semejante belleza". (2)

La segunda versión afirma que no fue ni el amor ni la estética, sino la presión de su abuela lo que llevó a Vladimir a su extraña conversión. Una vez muerto el abuelo de "quien gobierna el mundo" (significado literal de Volodimir), su viuda, Olga (ahora "Santa Olga"), influida por los evangelizadores, fue bautizada en la fe ortodoxa. La ceremonia se realizó en Constantinopla en el año 957.

Otra versión considera que la conversión de Vladimir ocurrió de manera natural. Además, afirma que dicha conversión no tuvo la relevancia que muchos historiadores le atribuyen. En el año 870 el patriarca Photios de Constantinopla envió misioneros a Rusia y comenzó así una lenta y difícil evangelización. De hecho, cuando Vladimir fue bautizado, sus súbditos tenían relaciones cotidianas con Bizancio y la cristianización estaba muy avanzada, en especial en las ciudades y en los alrededores de Kiev. La conversión sería así el efecto y no la causa de los vínculos de Kiev con la cristiandad. (3) De tal suerte, había en Ucrania monjes ortodoxos antes de la conversión de la nación y, según algunos historiadores, son el origen de la civilización rusa. (4) De acuerdo con esta versión, los eslavos, ya desde el siglo VII, habrían comenzado a cristianizarse como respuesta ante la insistencia de los misioneros musulmanes y ortodoxos. Erigieron el cristianismo pues, debido al frío, les parecía insoportable el Islam por su prohibición de beber vino.

Finalmente, tenemos la versión que afirma que detrás del bautizo se encontraba el cálculo político. Volodimir o Valdimar, príncipe escandinavo, comprendió lo conveniente de una alianza militar, económica y política con Bizancio. Kiev no tardó en percibir las ventajas de tener nuevos amigos, sobre todo en materia comercial. Lo mismo ocurrió para los habitantes de Rus pues, inspirado en su nueva religión, el príncipe abolió la tortura y la pena de muerte.

A pesar de la fundación de las ciudades helenas del siglo II a.C. al norte del Mar Negro, la región siempre estuvo dominada por pueblos que pasaban, destruían y, en ocasiones, se asentaban. Los escitas y los iranios asimilaron elementos de la civilización griega y persa, pero en el siglo II a.C. los sármatas --provenientes de Irán-- los sometieron; en el siglo VI, los mongoles de Turquestán (ávaros) comenzaron sus campañas de devastación. Rusia no hacía más que ver pasar las tribus nómadas.

En el siglo VI d.C. llegaron tres oleadas de pobladores a Rus: los vikingos o varegos, provenientes de Escandinavia; los kazares, de Turquía; y los eslavos, de los Cárpatos. Los eslavos se asentaron, en principio, en el sur y el centro de Rusia, y con un gran ímpetu colonizaron el Cáucaso, Turquestán, los Montes Urales y Siberia.

Entre el Dnieper y el Caspio se instalaron los kazares. Construyeron Itil (la actual Astracán), su capital, junto al Volga. Estos extraordinarios jinetes y guerreros respetaban las religiones de los pueblos a los que sometían; erigieron el judaísmo para ellos mismos porque se sentían hostigados por los misioneros cristianos y musulmanes. Hacia el siglo VIII ya controlaban el comercio del Báltico y el Caspio. Pero en el siglo IX nuevas oleadas de nómadas, también provenientes de Turquía, arrasaron la civilización kazar. (5)

Aún en el siglo VI, los vikingos construyeron Kiev al lado del Dnieper. Según algunos historiadores, es justo este río el que divide, por el Norte, a Occidente de Oriente. (6)

En el siglo IX, los varegos ya controlaban Novgorod y su imperio era conocido como Ruso Ros. Llevaban a cabo intensos intercambios con la cristiandad oriental y con los musulmanes, y mientras el comercio decaía en el Mediterráneo por las pugnas entre el Islam y la cristiandad occidental, las ciudades rusas ascendían. Llegó el punto en el cual los kievanos creyeron poseer la fuerza suficiente para conquistar Bizancio. En el año 860, 200 naves vikingas atacaron Constantinopla. Fracasaron, pero Kiev ya controlaba un vasto territorio.

Entre los siglos IX y X, los príncipes Askold, Igor y Sviatoslav ensancharon el reino de Rus e intentaron en seis ocasiones conquistar Constantinopla, pues querían la salida al Mediterráneo. Los varegos eran un pueblo guerrero y comerciante. Fue en este contexto que Vladimir I fue bautizado. El arte, la cultura, el alfabeto y la moneda de Constantinopla pronto influyeron a la Rusia salvaje. Los rasgos escandinavos quedaron sofocados en la mezcla entre lo griego, lo bizantino y lo eslavo. (7)

Hacia el siglo XI, en el sur de Rus, los bárbaros cumanes, búlgaros, kazares, polovtsi y patzinakes convivían con 64 reinos. Entre ellos destacaban Kiev, Volhinia, Novgorod, Suzdalia, Riazán, Chernigov, Pereyaslav. Se había establecido una especie de feudalismo brutal, combinado con un próspero comercio y una incipiente industria manufacturera. Rusia, además de dividida, poseía líderes débiles y limitados por la Veche (la asamblea popular) y por un cuerpo de ancianos aristócratas.

Los líderes rusos eran aún demasiado salvajes para organizar un reino, por lo que dependían casi en su totalidad de la Iglesia ortodoxa para las cuestiones legales y de administración. Ellos crearon el Russkaya Pravda (verdad rusa), el derecho ruso, que es muy parecido al bizantino. Pero a los monjes no les competía organizar ejércitos eficaces y los príncipes se mostraban incapaces ante semejante empresa. Así, en el siglo XI, diferentes tribus bárbaras comenzaron a capturar y vender a los campesinos rusos.

En el año 1113 Kiev tuvo un respiro tras la revuelta de los pobres. Una asamblea popular erigió al príncipe Monomakh como gran príncipe de Kiev, quien consiguió la paz repartiendo privilegios entre los miserables y aboliendo la esclavitud. Pero al morir el príncipe retornó el caos. En el año 1169 la ciudad fue saqueada e incendiada, y estuvo a punto de desaparecer. En fin, en el siglo XII, Rusia sufrió más de 80 guerras civiles, 46 invasiones y 16 guerras entre estados de la propia Rusia --había 293 príncipes luchando por 64 tronos--. (8)

En el siglo XIII, los rusos sólo disfrutaron de pequeñas victorias, algunas de ellas magnificadas, como la defensa que Aleksander Neski hizo de Novgorod en 1240. Según la leyenda, Neski derrotó a los soldados suecos del papa Gregorio I cerca de la actual San Petesburgo, a orillas del río Nev. En apariencia, Aleksander se volvió demasiado poderoso entre la...

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