Tortura: la violación más artera a los Derechos Humanos

AutorLuis Antonio Hernández Sandoval
Páginas165-166
Centro de Estudios 165
La práctica de la tortura es históri-
ca y cambiante, practicada tanto en
tiempos de paz como de guerra. En
franca reacción inercial, la huma-
nidad cometió uno de los peores
equívocos: convertirla en institu-
ción, es decir, en un instrumento
reconocido y tolerado por el Esta-
do (véase la Inquisición), si bien en
la actualidad es negada, prohibida y
nadie se atreve a admitirla de for-
ma of‌i cial, su justif‌i cación durante
mucho tiempo, legitima ahora su
constancia en la clandestinidad.
Ese es el precio de idear una solu-
ción fácil -producto de un prejuicio
o el desconocimiento- derivándose
un fenómeno que es la esencia de la
tortura: la violencia.
En la actualidad, los torturadores
son funcionarios del Estado, sean
judiciales, policiales o penitencia-
rios, militares o servicios de in-
teligencia, y hasta profesionales
(médicos), sin olvidar que también
la delincuencia organizada y el nar-
cotráf‌i co estilan aplicarla, además,
los particulares que se adhieren a
un servicio público, (parapoliciales
o paramilitares) son frecuentemen-
te utilizados por permanecer en el
anonimato y actuar en total impu-
nidad. Quien tortura se ha vuelto
experto en victimar a personas que
se involucran en cuestiones políti-
cas y bélicas (periodistas, luchado-
res sociales), no obstante, el centro
de atención es la víctima involucra-
da en delitos comunes.
El sistema penal inquisitorio de
México ha favorecido que la tortu-
ra sea un instrumento fundamental
del proceso penal: su práctica es
realizada por sujetos que se dejan
llevar por su ineptitud y la rutina,
careciendo de cualquier formación
investigadora, para aliviar esta in-
suf‌i ciencia recurren a la obtención
de una confesión de culpabilidad,
porque hasta una mentalidad ru-
dimentaria entiende que el siste-
ma aligera su carga si un hombre
reconoce ser culpable con su pro-
pia confesión. ¿para qué investigar
a profundidad si con una ‘sencilla
actividad’ se puede conseguir una
confesión de culpabilidad?
La incongruencia es que el Estado
se vuelve contra sí mismo, la tortu-
ra es un grave atentado contra los
principios de legalidad y de presun-
ción de inocencia, altera el debido
proceso y vuelve oscura la verda-
dera impartición y administración
de justicia. La tortura prejuzga, es
TORTU RA: LA VIOLACIÓ N MÁS ARTERA
A LOS DERECHOS HUM ANO S
Luis Antonio Hernández Sandoval

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