¿Soy tolerante?

Páginas15-16
¿Soy tolerante?
Muchos conflictos se originan por la intolerancia. La intolerancia en ocasiones
lleva a negar, evitar o callar al otro, a anular e impedir aquello con lo que no se
coincide, que es contrario a lo que se piensa o que molesta.
¡Basta decir que nos hemos vuelto hasta intolerantes a la lactosa!
Lo cierto es que no habría intolerancia si todos fuésemos iguales, porque
tolerar implica sufrir o permitir con paciencia algo con lo que no estamos de
acuerdo, esto implica forzosamente que haya diferencias.
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los hombres son
iguales en dignidad y derechos; sin embargo nadie puede negar que existen
diferencias de todo tipo, desde físicas, culturales e ideológicas.
Y aunque hemos asociado dichas diferencias con el conflicto o enfrentamiento
entre dos posturas opuestas, lo cierto es que las diferencias nos permiten
distinguirnos unos de otros y conservar una identidad individual o colectiva.
Si no fuéramos diferentes, es claro que no conoceríamos la pluralidad, la
diversidad, o la abundancia de criterios, pensamientos, ideas, posiciones,
metas, percepciones que tanto enriquecen la vida colectiva e individual de cada
uno de nosotros.
¿Cuántas veces una buena idea sale de las opiniones de todos tus cuates, de
lo que aportan y que tú nunca hubieras considerado? ¿Cuántas veces no has
juzgado a alguien por ser diferente y al poco tiempo cambias tu opinión con
sólo darte la oportunidad de hablar con esa persona?
¿Ves? Si en algo estamos de acuerdo: no necesitamos ser tolerantes, porque
no implica esfuerzo.
Pero cuando soportas intencionalmente algo que no compartes ni aceptas, ahí
hablamos de tolerancia. Es decir, el respeto nace de forma espontánea. La
tolerancia en cambio, exige un aprendizaje y un esfuerzo que implica anteponer
la razón y la convicción a los impulsos destructivos o aniquiladores de aquello
que no compartimos o hasta detestamos.
También hay que entender que la tolerancia no es excluyente de la asertividad,
es decir, de saber disentir y expresar con lo que uno no está de acuerdo, así
como buscar nuevas formas de llegar a arreglos, tales como el diálogo abierto,
el debate, la comunicación no violenta, la mediación, la negociación, entre
otras.
En este sentido, podemos disentir, reprochar, atacar las medidas, conductas e
ideas, pero siempre respetar al ser humano. La tolerancia es un ejercicio
recíproco; es decir “Yo tolero y soy respetuoso, entonces merezco el mismo
trato de los demás, aunque ellos no estén de acuerdo conmigo”.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR