Tauroética de Fernando Savater: una aproximacion crítica.

AutorLlorente, Renzo
CargoEnsayo crítico

Resumen: En Tauroética, Fernando Savater pretende ofrecer una refutación tanto de los argumentos que se esgrimen para condenar (moralmente) las corridas de toros como de las razones que suelen aducirse para justificar una mayor consideración moral hacia los animales. Este intento de refutación se basa en varias tesis: los seres humanos no tenemos obligaciones morales con los animales, los animales no tienen "intereses", la argumentación antitaurina estriba en una equiparación equivocada de los animales con los seres humanos, quienes condenan las corridas sostienen una postura ética muy contradictoria y prohibir las corridas sería atentar contra la libertad personal. El presente ensayo proporciona un análisis crítico de estos argumentos con el objetivo de demostrar que son muy defectuosos.

Palabras clave: corridas de toros, derechos de los animales, intereses, libertades, obligaciones morales

Abstract: In Tauroética Fernando Savater airas to offer a refutation of both the arguments used to condemn bullfighting on moral grounds and the reasons that are commonly cited to justify greater moral consideration for animals. Savater's attempted refutation rests on a number of distinct claims: human beings have no moral obligations toward animals; animals do not have interests; anti-bullfighting arguments illegitimately equate animals with human beings; those who condemn buUfighting maintain a contradictory moral position; and the prohibition of bullfighting would constitute an unjust curtailment of personal freedom. This essay provides a critical analysis of these claims and demonstrates that all of them are in fact untenable.

Key words: bullfighting, animal rights, interests, liberties, moral obligations

I

Tauroética es un libro delgado, de menos de cien páginas impresas en una letra relativamente grande. A pesar de su escasa extensión y del hecho de que vaya dirigido al gran público, esta obra de Fernando Savater tiene objetivos bastante ambiciosos, ya que pretende ofrecer una refutación tanto de los argumentos que se esgrimen para condenar (moralmente) las corridas de toros como de las razones que suelen aducirse para justificar una mayor consideración moral hacia los animales no humanos. Por la importancia de estas cuestiones, por el estatus de Savater--sin duda el filósofo español con mayor proyección en los medios de comunicación y un influyente intelectual público--y por la actualidad del debate en torno al futuro de las corridas de toros, vale la pena analizar con detenimiento los argumentos presentados en Tauroética, y esto es lo que me propongo hacer en las líneas que siguen. Aunque a veces no resulta fácil desentrañar los razonamientos de Savater, hay varias tesis que sí se le pueden atribuir con cierta seguridad, entre las cuales están las siguientes: a) los seres humanos no tenemos obligaciones morales con los animales no humanos; b) los animales no tienen "intereses" en el mismo sentido en que los tienen los seres humanos y, sobre todo, no los tienen en un sentido moralmente importante; c) la argumentación antitaurina estriba en una equiparación equivocada de los animales con los seres humanos; d) los que condenan las corridas desde una postura ética pasan por alto formas de maltrato mucho más graves y, en consecuencia, sostienen una postura ética muy contradictoria, y e) no deberían prohibirse las corridas porque, al fin y al cabo, la afición a este espectáculo se corresponde con una preferencia personal dentro de un ámbito en el que el Estado no puede intervenir legítimamente. Ahora bien, las argumentaciones que Savater ofrece para defender estas tesis son muy poco efectivas y, por lo tanto, Tauroética no consigue ni rebatir los argumentos antitaurinos ni refutar los planteamientos favorables a la consideración moral de los animales, como en seguida veremos.

II

Empecemos con'las tesis relacionadas más directamente con las corridas de toros. Según Savater, "la única forma para que las comparaciones derogatorias de que se sirven los antitaurinos tengan validez es homologar a los toros con los humanos o con seres divinos, es decir modificar la consideración habitual de la animalidad". (1) Savater apenas entra en más detalle al enunciar esta idea--lo cual resulta curioso si tenemos en cuenta su importancia para todo el alegato en contra de los antitaurinos--; de ahí que resulte difícil saber por qué cree que una condena válida de las corridas nos obliga a "homologar a los toros con los humanos". Es cierto que la condena moral de las corridas más común presupone que los toros son seres sintientes y que, de esta manera, subraya, implícita o explícitamente, una similitud con los seres humanos; esto es, sin duda, lo que tiene en mente Savater al decir que "toda la argumentación de los antitaurinos [está] basada en la equivalencia implícita entre las 'torturas' que sufren los toros y los padecimientos humanos". (2) Sin embargo, si reconocer esta similitud equivale a "homologar" los toros con los seres humanos, se trata de una "homologación" trivial y--lo más importante--una homologación que casi nadie cuestiona. En efecto, el propio Savater reconoce que los animales son sintientes ("por supuesto, los animales sufren"); (3) por consiguiente, admite la misma "homologación" que critica. En fin, en la medida en que los argumentos antitaurinos se fundamentan en una "homologación" de los animales con los seres humanos, la "homologación" en cuestión es trivial, indiscutible y reconocida por el propio Savater. Por eso no se entiende por qué Savater considera equivocada esta "homologación", como sugieren tanto la frase citada como el libro en su conjunto. Tampoco se entiende por qué piensa que modificamos la "animalidad" de los toros al reconocerles una característica que de hecho poseen (y que tienen en común con los seres humanos). Una constatación objetiva de esta naturaleza en sí misma no basta para "modificar" la "animalidad" de ningún animal--ni mucho menos "humanizar [...] a las bestias"--(4) y tampoco debería modificar nuestra percepción de su animalidad, a no ser, quizá, que esta percepción fuese errónea. ¿Acaso Savater cree que modificamos y humanizamos la naturaleza de los árboles al constatar que ellos, como nosotros, no pueden ni vivir ni crecer sin agua? Por otro lado, aunque la afirmación de que los toros son seres sintientes --y, repito, esto es lo que viene a ser la "homologación" que Savater censura--sí supusiera una modificación de la animalidad de los toros, parece ser una modificación que, como hemos visto, Savater acepta y, por lo tanto, no se entiende por qué la denuncia. Es posible, ciertamente, que Savater se refiera sobre todo, si no exclusivamente, a una homologación moral derivada de esta homologación fisiológica, pero si esto es lo que realmente está criticando, Savater no hace más que presuponer algo--la ilegitimidad de una homologación moral--que se debe demostrar, es decir, da por sentada justamente la tesis que tiene que defender (y que de hecho no defiende coherentemente, como veremos más adelante).

Consideremos ahora la segunda tesis de Savater relacionada directamente con las corridas de toros, según la cual los que condenan estos espectáculos desde una postura ética pasan por alto formas de maltrato mucho más graves y, por lo tanto, defienden una postura contradictoria e incoherente. Esta tesis se desprende fácilmente de...

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