La Suprema Corte de Justicia de la Nación
Autor | María del Refugio González |
Páginas | 77-77 |
77
El Mundo del Abogado
En fecha reciente, El
Colegio de México editó
un volumen más de su rica y
amplia colección Historias
Mínimas, dando a luz la acu-
ciosa investigación que rea-
lizó Pablo Mijangos y Gonzá-
lez sobre la Suprema Corte
de Justicia de la Nación; el
hecho es de celebrarse, no
porque careciéramos de una
historia de esta institución,
sino por las características
que tiene el texto recién edi-
tado, que resulta esclarece-
d e c decad
de las diversas etapas por
las que fue transitando el
Máximo Tribunal a lo largo
de nuestra historia.
El autor señala desde los
primeros párrafos la impor-
tancia de la Suprema Corte,
ya sea como contrapeso
efectivo de los otros pode-
res, instrumento legitimador
del autoritarismo en turno
y “siempre como referente
para dotar de uniformidad
y certidumbre al Derecho
nacional.” Aunque en sus
orígenes se concibió como
un tribunal especializado
en causas de naturaleza
edea aa Ma e
desde mediados del siglo
XIX la Corte se convirtió
en el órgano encargado de
interpretar la Constitución
y garantizar los derechos
fundamentales de los mexi-
canos. En un país de exigua
ecaca de deae
jurídico y pobre cultura de la
legalidad, podría pensarse
que se trata de una labor
poco relevante y que bien
podíamos los mexicanos ha-
ber vivido desde la Indepen-
dencia sin Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Pero la
investigación de Mijangos y
González muestra justamen-
te lo contrario; a saber, que
en cada periodo de nuestra
historia fue la Suprema
Corte la que proporcionó, a
veces en circunstancias muy
adversas, las herramientas
para hacer del sistema jurí-
dico un conjunto de normas
más ajustadas a los tiempos
que el frío texto de los orde-
namientos legales.
Con esta posición, Mijan-
deca bca e
a a aac
generalizada de que los
miembros de la Corte, como
todos los jueces mexicanos
a e e cdca-
dor, fueron, y quizá todavía
son, meros aplicadores del
texto legal; al contrario,
demuestra que en diversas
ocasiones las soluciones que
emanaron de la Corte crea-
ron una norma, particular
si se quiere, que permitía
la convivencia armónica
entre los miembros de una
República federal, en la que,
por señalar un ejemplo, la
Iglesia y el Estado eran com-
pletamente independientes;
o precisaron la diferencia
La Suprema Corte de Justicia de la Nación
Pab Ma Gáe E Ce de Méc Méc
entre la legalidad y la legi-
timidad de los funcionarios
designados para ocupar los
distintos cargos, cuestiones
de gran importancia.
El lector no debe
perder de vista el papel
que juega la Corte en el
entramado institucional del
Estado mexicano, ya que
sólo puede resolver los
problemas que llegan a su
seno. A diferencia de los
otros poderes, la Corte,
como cabeza del Poder
Judicial, debe esperar
a e cc e
diriman en otras instancias
para intervenir y ofrecer una
solución que aspire a “dar a
cada quien lo suyo”, esto es,
lograr la justicia entre los
miembros de la comunidad
que toca sus puertas.
El libro está lleno de
referencias históricas que
ee deca e e-
do que se está estudiando,
lo que invita al lector a
profundizar en las senten-
cias dictadas en las diversas
épocas y que permitieron el
desarrollo institucional del
país. Destaca los momentos
más luminosos de la historia
de la Corte, que marca-
ron época, ofreciéndonos
datos sobre algunos de sus
eb Iac Vaaa
por ejemplo, quien jugó un
papel capital para despoli-
tizar a una Corte que en su
seno llevaba el germen de la
política, ya que, conforme al
texto original de la Consti-
tución de 1857, la falta de
presidente constitucional
era suplida por la Corte.
Es de celebrar que Mi-
jangos y González se ocupe
de la Corte hasta tiempos
recientes, sobre todo su
conversión a tribunal cons-
titucional, y no se limite a
estudiarla como el Máximo
Tribunal que se consolidó
desde la segunda mitad del
siglo XIX. Hay que agradecer
al autor el lenguaje cuida-
damente llano, pues permite
al lego en Derecho disfrutar
el texto. Y, por último, hay
que invitar a los estudiosos
de las diversas disciplinas
a acercarse a esta rica y
multifacética Historia de la
Suprema Corte de Justicia
de la Nación.
María del Refugio González
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