La suerte de la fea, la bonita la desea. Estereotipos femeninos y masculinos en la televisión mexicana

AutorMaría Luisa Quintero Soto/Carlos Fonseca Hernández
Páginas249-267
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AZUL KIKEY CASTELLI OLVERA*
La suerte de la fea, la bonita la desea.
Estereotipos femeninos y masculinos
en la televisión mexicana
INTRODUCCIÓN
EN LAS SOCIEDADES ACTUALES la escuela se ha visto superada por
los medios de comunicación, los niños pasan alrededor de
7 u 8 horas en la escuela pero pasan más tiempo en contacto con
los medios, escuchando música, viendo videos, series, caricaturas,
películas, etcétera. La televisión se ha convertido en la nana de
muchos niños y a través de ella también aprenden las construccio-
nes sociales en torno a lo que es ser hombre y lo que es ser mujer.
La producción televisiva mexicana se enfoca en gran parte a la
industria telenovelesca, la cual tiende a repetir una y otra vez el
cuento de la cenicienta con todo y estereotipos, tal es el caso de
la telenovela “La fea más bella”, elegí ésta para realizar un esbozo
de la transmisión de los estereotipos femeninos y masculinos que
presenta, pues ha resultado ser un éxito a nivel nacional.
No necesitamos educación,
No necesitamos control de pensamiento,
Ningún sombrío sarcasmo en el salón de clases.
Maestros dejen en paz a los chavos.
No queremos ser otro ladrillo en la pared.
[PINK FLOYD]
* Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma del Estado
de Hidalgo, titular de la materia “Taller de Guión” de la carrera de Ciencias de la Comuni-
cación.
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LA SUERTE DE LA FEA, L A BONITA LA DESEA 251
LA ESCUELA TRASMISORA DE CULTURA SEXISTA
LA ESCUELA es considerada como el principal agente socializador
de los niños y niñas, ésta viene a complementar las enseñanzas
familiares. Dentro de lo que se aprende en la escuela hay que
considerar también los papeles genéricos que corresponden a
cada cual, sin bien no es la principal encargada de transmitirlos
pues como lo menciona Macías Santoyo, la realidad escolar se
presenta como objetivada desde antes que el ser particular inter-
venga en ella y se la apropie de acuerdo con su propia historia y
la de los demás (Macías Santoyo, 1997: 39).
De acuerdo con lo anterior cuando un niño o niña ingresa a la
escuela ya viene cargado con una gran parte de la educación sexis-
ta debido a enseñanzas familiares, sin embargo, la escuela tiene
una fuerte responsabilidad en torno a esto. Desde que se ingresa
a una escuela formal se aprenden parámetros que van definiendo
lo masculino y lo femenino, por ejemplo; se asignan uniformes que
son obligatorios para el ingreso del alumno o alumna a la institu-
ción, las niñas deben usar falda y los niños pantalones, con esta
condición se empieza a reafirmar lo aprendido en casa.
El proceso de enseñanza-aprendizaje de contenidos escolares
desencadena inevitablemente entre los y las participantes del
mismo, la puesta en escena de aprendizajes con relación a
una cultura sexista adquirida fuera del ámbito escolar propia-
mente en la familia y en la sociedad en general (Macías
Santoyo, 1997: 39).
Ahora bien el problema no es que hombres y mujeres reco-
nozcan sus diferencias, sino la asignación de cualidades, deberes
y discapacidades que se otorgan a cada género y que no tienen
que ver con las diferencias biológicas, sino con las culturales que
permean en la sociedad.
En la escuela primaria, a través de la organización, el cur-
culum oficial y el currículum oculto, propician interacciones
que promueven la formación y asunción de una cultura sexis-

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