Sublevaciones de indios, africanos y españoles en el siglo xvi

AutorJuan Bosch
Páginas187-206
187
En las acciones de guerra que se produjeron en el Caribe entre indios y
conquistadores españoles hay que hacer distinciones. En cada territorio
los españoles comenzaron la lucha para lograr el dominio de las tierras
y de los indígenas que las poblaban; los indios, en cambio, combatían
en defensa de lo que les estaban quitando. Esa primera etapa no corres-
pondió a una determinada época; duraba más o duraba menos, de acuer-
do con las circunstancias de cada territorio; éste era pequeño y poco
poblado y su conquista se hacía con relativa rapidez; aquél era más vas-
to y sus pobladores eran más aguerridos, y su conquista llevó tiempo.
Pero es el caso que a esa primera etapa de guerras, y regularmen-
te después de una corta etapa de paz, le sucedió otra de luchas; éstas
se debían a que los indígenas se levantaban en armas contra el poder
español. Éstas fueron las que podemos llamar con propiedad las re-
beliones indígenas, es decir; las guerras de los dueños naturales del
Caribe contra los que llegaron de lejos a despojarlos y a someterlos.
En el lenguaje de hoy se llamarían guerras de liberación.
Desde luego, en la segunda etapa de esas luchas abundan episodios
que corresponderían a la primera. Esto se debe a que en medio de las
guerras de lo que fue la conquista propiamente dicha se produjeron
rebeliones en territorios que ya habían sido conquistados, por lo menos
en apariencia.
En algunas ocasiones las rebeliones de indios eran netamente indíge-
nas, pero en otras participaron negros esclavos; o sucedía lo contrario,
que los negros se rebelaban y se les unían unos cuantos indios. Los alza-
mientos de unos provocaban o estimulaban a menudo los de los otros.
Capítulo VI
Sublevaciones de indios, africanos
y españoles en el siglo XVI
Juan Bosch188
Aun a distancia de siglos puede notarse que en ciertos casos hubo
correspondencia, a veces estrecha, entre negros e indios sublevados.
Hubo también sublevaciones estimuladas por uno de los imperios con
el propósito de perjudicar al imperio que dominaba el territorio donde
se producía la sublevación.
Los esclavos africanos comenzaron a llegar al Caribe en época muy
temprana. Durante siglos se creyó que fue hacia 1510 cuando llegaron
a la Española los primeros esclavos negros, pero ya no hay duda de que
en el viaje de don Nicolás de Ovando –año de 1502– iban negros. Éstos,
como los que los siguieron en los años inmediatos, no eran en verdad
africanos, sino esclavos negros de los que había en España.
Parece que hacia 1503 ya se daban casos de negros que se fuga-
ban a los montes, probablemente junto con indios, puesto que en
ese año Ovando recomendó que se suspendiera la llevada de negros
a la Española debido a que huían a los bosques y propagaban la
agitación. Sin embargo, en 1515 el propio Ovando envió a la corte
un memorial en que pedía que se autorizara de nuevo la venta de
esclavos negros en la isla, a lo que accedió la re ina doña Isabel,
aunque con la aclaración de que no debía pasar a la Española “nin-
gún esclavo negro levantisco ni criado con morisco”. Según explicó
más tarde el licenciado Alonso Zuazo, juez de residencia de la isla,
en carta escrita en enero de 1518, “yo hallé al venir algunos negros
ladinos, otros huidos a monte; azoté a unos, corté las orejas a otros;
y ya no ha venido más queja”.
El indio y el negro se entendían bien no sólo porque ambos estaban
bajo un mismo yugo, padeciendo los males de la esclavitud, sino por-
que ambos tenían una conciencia social de tribu y un nivel cultural
muy parecido. Negros e indios eran cazadores, agricultores en terrenos
comunes, pescadores; sus religiones eran animistas; sus experiencias
acerca del hombre blanco eran parecidas, y debía ser también muy
parecida su actitud ante él, o bien de sumisión o bien de odio. El cruce
de negros e indios comenzó pronto en el Caribe, y a los hijos de las dos
razas se les llamaba zambos y se les trataba como a esclavos. El indio
y el negro se influían recíprocamente; se transculturaban, como dicen
los antropólogos y los sociólogos, y los dos tenían razones para rebe-
larse contra los amos.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR