Violencia doméstica y negociación de conflictos conyugales en comunidades maya-mam de Guatemala

AutorAndrea Álvarez Díaz
Páginas65-85
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D.R. © 2010. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. México, D.F. ISSN: 0185-6286.
TRACE 57 (Junio 2010): págs. 65-85 www.cemca.org.mx
Violencia doméstica y negociación de
conflictos conyugales en comunidades
maya-mam de Guatemala1
Andrea
Álvarez Díaz
Resumen: Analizar los conflictos familiares
que reproducen la violencia doméstica, en
contextos indígenas, implica asumir una po-
sición no idealizada de la cultura, y una valo-
ración y reconocimiento de diferentes formas
de relación y construcción de ser mujer y de
ser hombre. En este sentido, el artículo busca
revisar posiciones esencialistas, sean éstas de
género o étnicas, problematizando nociones
tales como la de complementariedad de
género, y su reapropiación emancipatoria por
parte de las mujeres maya. Se revisa entonces
elementos conceptuales que sostienen las
prácticas socio-culturales en torno al esta-
blecimiento del matrimonio y de la familia
en la sociedad maya-mam de Guatemala, y
los conflictos conyugales que se han descrito
tanto en el espacio intra-doméstico como
extra-doméstico. En un segundo momento, y
asumiendo el enfoque de negociación de
conflictos, y de cooperación en las relaciones
entre hombres y mujeres (Agarwal), se descri-
ben espacios comunitarios situados fuera del
ámbito doméstico, que afectarán el poder de
negociación de hombres y mujeres al interior
del espacio doméstico en la resolución no
violenta de los conflictos conyugales.
La primera imagen que tendemos a representarnos visualmente, cuando hablamos de “violencia
doméstica”, es la de un varón que ejerce violencia física sobre una mujer. Así tendemos a este-
reotipar y a simplificar la complejidad del fenómeno de la violencia doméstica, sin considerar
sus múltiples manifestaciones, tales como las formas de violencia psicológica y emocional, de
tipo económico y patrimonial, y las manifestaciones de violencia en la intimidad sexual. Esta
imagen simplista de la violencia doméstica tampoco nos permite visualizar a los diferentes
Abstract: In order to analyze family conflicts
that reproduce domestic violence, one needs
to assume a non-idealized notion of culture,
and an assessment and recognition of different
forms of relationship and construction of being
female and being a male. In this sense, this
article intends to revise essentialist stands,
whether ethnic or gender, problematizing
notions such as gender complementarity, and
their emancipatory appropriation by Mayan
women. In so doing, conceptual elements
that sustain socio-cultural practices of build-
ing marriage and family in the Mayan Mam
society in Guatemala, are re-examined, as are
the marital conflicts that have been described
both in inter-domestic and in extra-domestic
environments. In a second step, the approach
of conflict negotiation and cooperation in
men-women relationships is adopted in order
to describe community environments beyond
the domestic sphere, as they affect the nego-
tiating power of men and women within the
domestic space in non-violent resolution of
marital conflict.
Résumé : Dans les contextes autochtones,
l’analyse des conflits familiaux qui reprodui-
sent la violence domestique doit se faire en
adoptant une position qui évite le risque
d’idéaliser la culture. Il est toutefois nécessaire
de valoriser et de reconnaître les différentes
formes de relations qui s’établissent entre hom-
mes et femmes dans des contextes culturels
différents. Ainsi, cet article a pour objectif la
critique de certaines positions essentialistes,
qu’elles soient de genre ou d’ethnie, à travers
la problématisation de concepts telle la com-
plémentarité de genre, en considérant la
réappropriation que les femmes mayas font
de cette notion. Nous reprenons donc les
éléments conceptuels qui servent d’appui aux
pratiques socioculturelles, tel que l’établis-
sement du mariage et de la famille dans la
société maya-mam au Guatemala, ainsi que
les conflits conjugaux qui ont été décrits dans le
domaine intra-domestique et dans le domaine
extra-domestique. Ensuite, nous décrivons les
espaces communautaires extérieurs à l’espace
familial, qui affectent le pouvoir de négocia-
tion homme-femme à l’intérieur de l’espace
domestique, dans le cadre de la résolution
non-violente des conflits conjugaux. À cette fin,
nous adoptons une approche de la négociation
des conflits et de la coopération dans le cadre
des relations de genre (Agarwal).
[violencia doméstica, complementariedad, conflictos conyugales, relaciones de género, poder de negociación]
1 Este trabajo es parte de la investigación “Vivencias y significaciones sobre la violencia doméstica en comunidades
indígenas”, en curso, en el altiplano noroccidental de Guatemala, en el marco de la tesis para optar al grado de
doctora en antropología social, en el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA-UNAM), México.
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protagonistas que participan del proceso de producción de la violencia doméstica, ni de los
espacios extradomésticos en los que se reproduce. Esta tendencia a la simplificación del fenó-
meno de la violencia en la familia tiende a asociarse además a la búsqueda de una definición
de lo que es “la violencia” en términos universales, como si tal cosa fuese posible. Más que
otra cosa, desearíamos ofrecer una definición de violencia que abarcara todos los casos y
todos los aspectos de este complejo fenómeno. Sin embargo, la vía socrático-esencialista nos
lleva a un callejón sin salida, ya que la amplia variedad de usos del término violencia y sus
derivados, nos demuestra que no se trata de un término unívoco ni homogéneo (Jacorzynsky
2002). Así, para comprender de qué hablamos, cuando hablamos de “violencia”, tenemos
que referirnos a diferentes aplicaciones del término, observar el contexto de aplicación, enten-
diendo los contextos en que se emplea la palabra. Desgraciadamente para los esencialistas,
y compartiendo lo que señala Tomasini:
El concepto de violencia, es como muchos otros, un concepto de semejanzas de familias. Es
decir, el uso de la noción en un contexto determinado (e.g. el Estado) puede ser muy similar a su
aplicación en otro contexto (digamos, la escuela), pero ya no tan semejante a su utilización en otro
(verbigracia, el sexo), el cual a su vez se puede parecer más a la violencia en la familia que a
otro, por ejemplo, a la idea de violencia económica institucional. (Tomasini 2002: 24)
Violentas, por ejemplo, pueden ser las decisiones económicas de un gobierno que brutalmente
impone nuevos impuestos, inclusive después de llegar democráticamente al poder; violento
puede ser el chantaje de una esposa que impone condiciones humillantes sobre su ex esposo,
bajo la presión de los intereses de sus hijos en mente y la eventualidad de perder la posibilidad
de visitarlos; violento puede ser el director de una institución universitaria que somete a un
investigador a toda clase de presiones por el hecho de expresarse libremente y defender sus
principios; también recurren a la violencia una compañía bancaria y sus abogados al ganar un
juicio de desalojo y echar a una familia y sus pertenencias a la calle (Jacorzynsky 2002).
Siendo todos ejemplos de situaciones donde se ejerce la violencia, no es posible hallar
elementos comunes entre cada uno de estos casos. Sin embargo, es relevante analizar las
formas en que en los diferentes tipos de violencia tienden a relacionarse entre sí. Por ejemplo,
¿cómo es que la violencia organizada e institucionalizada que nace junto con el aparato estatal
centralizado, que promueve el desarrollo de la tecnología militar, las políticas expansionistas
y la conquista por medio de la guerra, se relaciona con la violencia que se genera en el seno
de las relaciones familiares? O, en el caso de los pueblos indígenas, ¿cómo es que la violencia
física, verbal y simbólica que opera a través del racismo institucionalizado y de las actitudes de
discriminación étnico-racial se relaciona con la violencia que se expresa en las familias mayas?
Evidentemente, este artículo no da cuenta de las respuestas a estas interrogantes de manera
cabal, sino que más bien estas preguntas se sitúan como telón de fondo a considerar, en el
abordaje de la problemática de la violencia doméstica, y cuyos elementos reflexivos estarán
presentes en el desarrollo de este trabajo.
Con todo, es necesario descartar explicaciones lineales que pueden resultar atractivas a la
hora de relacionar un tipo de violencia con otra. Efectivamente se tiende a establecer relaciones
mecánicas de causa-efecto entre una y otra, por ejemplo, entre violencia estructural del Estado,
y violencia del hombre hacia la mujer, o se tiende a establecer una supuesta continuidad entre
la violencia que ocurre en un espacio mayor (por ejemplo, la violencia delictual en la sociedad
nacional) y la que se desarrolla en el espacio más reducido, como expresión de la anterior
(en el espacio íntimo de la familia). Lo que podemos observar más bien es que los diferentes
tipos de violencia producen y son producidos en las relaciones sociales. Es decir, que si bien
las diferentes formas de violencia tienen un efecto de determinación y de construcción de la

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