Sociedades mutualistas en las legislaciones locales

AutorDaniel Ibarra Ponce
Páginas16-51
Sociedades MUTUALISTAS
OpciOnesjuliO 2011
16
JULIO 2011OPCIONES 17
INTRODUCCIÓN A LA NATURALEZA DE LAS SOCIEDADES
MUTUALISTAS
“Zarpamos del Perú (donde habíamos perma-
necido todo un año) hacia China y Japón, por
el mar del sur, llevando provisiones para doce
meses; tuvimos vientos favorables del Este, si
bien suaves y débiles, por espacio de algo más
de cinco meses. No obstante, luego el viento vino
del Oeste durante muchos días, de tal modo que
apenas podíamos avanzar, y a veces, incluso,
pensamos en regresar. Pero más adelante se
levantaron grandes y fuertes vientos del Sur, con
la ligera tendencia hacia el este, que nos llevaron
hacia el Norte; por este tiempo las provisiones
nos faltaron, aunque habíamos hecho un buen
acopio de ellas. Al encontrarnos sin provisiones,
en medio de la mayor inmensidad de agua del
mundo, nos consideramos perdidos y nos pre-
paramos para morir. Sin embargo, elevamos
nuestros corazones y voces a Dios, al Dios
que “mostró sus milagros en lo profundo”,
suplicando de su merced que así como en el
principio del mundo descubrió la faz de las
profundidades y creó la tierra, descubriera
ahora también la tierra para nosotros que
no queríamos perecer. Y sucedió que al día
siguiente por la tarde vimos ante nosotros
hacia el Norte, a poca distancia, una especie
de espesas nubes que nos hicieron concebir la
esperanza de encontrar tierra; sabíamos que
aquella parte del mar del sur era totalmente
desconocida, y que podría haber en ella islas o
continentes que todavía no se hubieran descu-
bierto. Por consiguiente, viramos hacia el lugar
donde veíamos señales de tierra y navegamos
en aquella dirección durante toda la noche; al
amanecer del día siguiente pudimos comprobar
con claridad que era tierra, en efecto, llana y
cubierta de bosque; y esto la hacía parecer más
oscura”. (www.formarse.com.ar, 22-Abr-2011,
y Cfr. Bacon, Francis, Nueva Atlántida, (Edición
de Emilio García Estébanez), Ediciones Akal,
España, 2006, pp. 175-176).
Más tarde, los náufragos reciben ayuda de un grupo
de personas que desembarcan de la isla y les ofrecen
quedarse en la de casa de los extranjeros, tomar pro-
visiones, asistencia para sus enfermos y reparación de
su barco. Debían anotar sus deseos y tendrían lo que
es humano darles.
Con estas escenas de la Nueva Atlántida, obra de
Francis Bacon, se alude al espíritu cooperativo y de
ayuda de los integrantes del Estado de Bensalem –como
se le conoce a la isla–, hacia los extranjeros cristianos
que no hubieran cometido crímenes.
La historia de la Nueva Atlántida, que según Platón
fue una raza esplendorosa, describe una ciudad ideal
de científicos consagrados a la investigación mediante
la educación y la salud, la búsqueda de la luz y el cono-
Daniel Ibarra Ponce
en las legislaciones locales
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cimiento; corresponde a un proyecto de la razón social,
política y científica, que es la idealización de una socie-
dad donde de la mano de la ciencia, reina la concordia
y la felicidad. (Por la representación aspiracional de
una sociedad ideal se le considera en categoría de las
utopías). Más adelante, en esa isla se invita a algunos
de los extranjeros a la Fiesta de la Familia en que el
Estado rinde y costea un homenaje a aquellos varones
que han hecho méritos en la tarea de la natalidad, que
hayan tenido más de treinta descendientes vivos. En
esa fiesta se lleva a cabo un consejo familiar, en el que
si hay alguna discordia o litigio entre sus miembros
se les aviene y aplaca. Si alguno de la familia está en
aprietos o arruinado, se toman medidas para que se
recupere y para que tenga los medios apropiados de
vida. Esto es, se ofrecen ayudas a los que están en
dificultades. Si alguno es esclavo del vicio o lleva una
vida poco ejemplar se le reprueba y censura. (Bacon,
Francis, Nueva Atlántida, [Edición de Emilio García Es-
tébanez], Ediciones Akal, España, 2006, pp. 90 y 196).
La alusión a la obra literaria de Bacon permite para
comenzar el estudio de las Sociedades Mutualistas, toda
vez que la naturaleza de estas organizaciones se relacio-
na con el espíritu de ayuda recíproca que pueden lograr
las personas mediante la búsqueda de la superación de
sus integrantes; la educación, alimentos, superación
de enfermedades, etcétera; y más aún, que es en la
familia donde podemos encontrar una de las primeras
semillas humanas de este sentimiento de solidaridad:
la mutualidad.
REGULACIÓN JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES MUTUALIS-
TAS EN EL ÁMBITO LOCAL
Las leyes de sociedades mutualistas corresponden
a una regulación específica en diversas entidades
federativas, que para nuestro análisis serán tratadas
las siguientes:
Baja California, publicada en el Periódico Oficial
del Estado de Baja California No. 37, de fecha
10 de diciembre de 1954, Tomo LXVII. (H.
Congreso del Estado de Baja California. http://
www.congresobc.gob.mx/legislacion/, Fecha
de consulta: 4-Abr-2011).
Ley de Sociedades Mutualistas del Estado de Baja
California Sur, publicada en el Boletín Oficial
del Gobierno del Estado de Baja California Sur
el 30 de Noviembre de 1988. (H. Congreso del
Estado de Baja California Sur. http://www.cbcs.
gob.mx/marco_juridico/D0679-1.doc, Fecha
de consulta: 4-Abr-2011).
Coahuila de Zaragoza, publicada en el Perió-
dico Oficial, el miércoles 27 de diciembre de
1950. (H. Congreso del Estado de Coahuila de
Zaragoza. http://www.congresocoahuila.gob.
mx/index.cfm/mod.legislacion_archivo/dir.
LeyesEstatalesVigentes/gen.zip/index.coah,
Fecha de consulta: 4-Abr-2011).
Nuevo León, publicada en el Periódico Oficial del
Estado de Nuevo León, de fecha 8 de Junio de
1949. (H. Congreso del Estado de Nuevo León.
http://www.hcnl.gob.mx/trabajo_legislativo/
leyes/leyes/ley_de_sociedades_mutualistas_
del_estado_de_nuevo_leon/, fecha de consulta:
4-Abr-2011. Última reforma publicada en el
Periódico oficial el 2 de noviembre de 1984).
Sinaloa, por Decreto número 129, publicado

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