¿Un socialismo barroco?

AutorEcheverría, Bolívar

Los usos y costumbres del mundo intelectual y académico latinoamericano consideran de mal gusto reconocer en el coterráneo la capacidad de generar ideas propias, dignas de ser tenidas en cuenta críticamente, sea para desecharlas o para adoptarlas; desde el siglo xviii, entre nosotros las ideas de buena calidad sólo pueden ser artículos de importación. Por ello me extraña con halago que Samuel Arriarán opine que mi concepto de ethos barroco merece la pena de ser discutido. Por lo demás, le agradezco que, tras examinarlo, haya llegado a la conclusión de que "no todo en él es negativo".

La lectura que Arriarán hace de mis textos está guiada por una preocupación --muy compartible-- acerca de la medida en que una teoría como la del ethos barroco puede enriquecer el análisis sobre las posibilidades actuales de una transformación revolucionaria en la sociedad latinoamericana. con miras a un posible intercambio de opiniones en el futuro, quisiera por lo pronto presentar solamente las siguientes puntualizaciones.

  1. El concepto de ethos barroco hace referencia a una de las cuatro posibilidades que tiene el ser humano en la modernidad capitalista --la única "realmente existente"-- de elaborar una estrategia cotidiana de sobrevivencia que le permita soportar la enajenación, es decir, neutralizar la contradicción inherente al modo capitalista de la reproducción social. El ethos realista y el ethos romántico se basan en una disposición profunda a borrar o denegar la divergencia esencial entre el principio que rige la reproducción social en su "forma natural", como productora/consumidora de objetos concretos o con valor de uso, y el principio que impera en esta reproducción en cuanto productora/consumidora del valor capitalista o valor que se autovaloriza. Por el contrario, el ethos barroco, junto con el ethos neoclásico, se basa en una tendencia estructural a resaltar y advertir esa divergencia esencial. El ethos barroco sólo se distingue del neoclásico en que, a diferencia de éste, no se aviene con el sacrificio de la "forma natural" de las cosas o de su valor de uso en aras del valor económico capitalista, sino que se a ferra a él y lo revive en el plano de lo imaginario. De este modo, el concepto de ethos barroco se refiere a una versión del ethos histórico moderno que, combinada con las otras tres, y subordinante o subordinada respecto de ellas, puede encontrarse en cualquier situación concreta de la vida moderna capitalista.

  2. En principio, el ethos...

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