La democracia secuestrada. Actores sociales y representatividad en México

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AutorHenio Millán
CargoDoctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana. Profesor investigador de El Colegio Mexiquense
Páginas165-204
165
Perfiles Latinoamericanos
40
Julio/diciembre 2012
La democracia secuestrada. Actores sociales
y representatividad en México
Henio Millán Valenzuela*
Resumen
Escasa representatividad y modernidad son dos causales del abstencionismo y del nivel
de apoyo que los mexicanos suministran a la forma en que se ejerce democracia. Ambos
dan origen a dos conflictos. El primero es el más importante y manifiesta un reclamo
generalizado, pero diferenciado, hacia la clase política por mayor representación. El se-
gundo conflicto refleja una pugna entre actores sociales por el proceso de modernización
mexicano. Así, la pugna por la representatividad oculta una lucha para que la élite po-
lítica abra el Estado para que esos conflictos se expresen y se diriman. La metodología
utilizada consiste en ecuaciones logísticas nutridas con una encuesta levantada quince
días después de la última elección federal.
Abstract
Low representativeness and modernity explain electoral abstention as well as the level
of support Mexicans give to democracy. I argue that both raise two conflicts. The first
one is the most important and reflects a generalized, but differentiated, claim on the part
of citizens for better representation. The second one points to disagreements regarding
the Mexican modernization process. Therefore, behind the struggle for representation
in Mexico lies the demand for more openness from the State in order for these conflicts
to be expressed. These arguments are supported by a quantitative analysis comprising
logistic equations and a survey conducted fifteen days after the federal election of 2006.
Palabras clave: democracia, representatividad, abstencionismo, actores sociales, moder-
nización, México.
Key words: democracy, representation, abstentionism, social actors, modernization,
Mexico.
* Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana. Profesor investigador de
El Colegio Mexiquense.
AR T Í C U L O S
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Introducción
El abstencionismo es uno de los fenómenos que nos sorprenden cada
vez que inspeccionamos las cifras electorales. En el caso de México, esa
sorpresa es mayor porque la participación electoral ha mantenido una ten-
dencia decreciente, que parece ajena o indiferente a la forma que asume el
régimen (autoritario o democrático) y, sobre todo, porque se produce des-
pués del triunfo de una larga lucha histórica orientada al sufragio efectivo
y a la limpieza electoral, que fueron identificados como la esencia misma
de la democracia. Esta identificación fue forjada históricamente, porque en
el pasado autoritario aquella encontró en la falta de respeto al voto libre y
efectivo uno de sus principales obstáculos; el fraude siempre fue un expe-
diente disponible para garantizar la continuidad del régimen y la hegemonía
de un partido político. Por eso los aspectos medulares que condujeron a ese
logro se centraron en la esfera comicial: incorporación de partidos proscritos
a la contienda; financiamiento preponderantemente público; traslado del
arbitraje de las disputas al Poder Judicial, lejos de la mano del Ejecutivo;
ciudadanización de los órganos encargados de organizar elecciones y de
garantizar su efectividad y limpieza, etc.
Si la lucha histórica por instaurar un régimen democrático ha sido
larga, a veces cruenta y, sobre todo, orientada a —e identificada con— la
efectividad del sufragio y la limpieza comicial, ¿por qué los ciudadanos
se retiran tan tempranamente de las urnas, una vez que las instituciones
federales han logrado garantizar esos atributos, y después de que la socie-
dad mexicana ha pagado altos costos —de toda índole— para lograrlos?
Gráfica 1. Participación electoral en México: 1991-2009
Fuente: Elaboración propia con datos de ife, Sistema de Consulta de la Estadística Electoral, http: //www.
ife.org.mx/documentos/reselecsiceefindex.html.
%
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009
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La pregunta es relevante, porque un comportamiento electoral de esta
naturaleza puede marcar negativamente la calidad de la democracia mexi-
cana, en la medida en que constituye un aliciente para que ésta se estan-
que en la esfera electoral e interrumpa su avance hacia un funcionamiento
institucional estable y orientado a las libertades y la igualdad de la ciuda-
danos (Morlino, 2005), así como hacia el control sobre sus representantes
(Schmitter, 2005). En segundo lugar, porque sin esa democratización del
Estado es muy probable que la élite política permanezca indefinidamente
desvinculada de los ciudadanos.
Salazar y Temkin (2007) encontraron que el abstencionismo en las elec-
ciones de 2003 era un síntoma de la desconfianza ciudadana en las institu-
ciones, en virtud de que en esos comicios se registró un cambio de signo
en la relación usualmente directa entre educación y participación electoral,
que postula la teoría de los recursos (Verba y Nie, 1972). Su sólido análisis
apunta en la dirección correcta: no sólo se aleja de la tentación de atribuir
ese comportamiento electoral al beneplácito de los electores con el sistema
político, como llegaron a sugerir algunos enfoques (Jones, 1952), sino que
descubre en él un síntoma de descontento con las instituciones que, en los
hechos, definen la operación de la democracia.
Sin embargo, el análisis debe ser complementado. Por un lado, porque
no permite distinguir si esa insatisfacción es con la democracia o con la
forma en que es operada y alimentada por la clase política mexicana. La
mayoría de las instituciones evaluadas por los autores son herencia del
pasado autoritario y no propiamente de la democracia. En esta medida,
no es posible dilucidar si la abstención manifiesta un descontento con este
régimen o con aquel legado que, como han demostrado Davis y Coleman
(1983), ya se registraba antes de la transición. Tampoco nos habilita para
saber qué se le reprocha a la democracia: ¿que no se haya desprendido de
dicho legado (“la democracia cambia poco o nada las cosas”)?, ¿o su irrup-
ción ha generado un nuevo tipo de descontento?
El objetivo de las líneas que siguen es responder a estas preguntas. Más
específicamente: por una parte, me propongo encontrar una explicación
al abstencionismo en un contexto democrático que —como el mexicano—
simboliza el logro histórico de muchas generaciones, incluida la que ac-
tualmente la vive, la goza y la padece; por la otra, busco determinar si
tal contexto puede ser asumido como un factor de descontento, no con la
democracia, sino con la forma en que es ejercida por la clase política que
la opera; me propongo, por último, desentrañar cuáles son los principales
reproches que le dirigen los actores sociales.

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