De Sandino a los contras. Formas y prácticas de la guerra en Nicaragua

AutorGilles Bataillon
CargoÉcole des Hautes Études en Sciences Sociales. División de Historia (CIDE)
Páginas9-37
9
D.R. © 2014. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. México, D.F. ISSN: 0185-6286.
TRACE 66 (Diciembre 2014): págs. 9-37 www.cemca.org.mx
De Sandino a los contras
Formas y prácticas de la guerra en Nicaragua1
Gilles Bataillon2
École des Hautes Études
en Sciences Sociales
División de Historia
(CIDE)
Resumen: ¿Cómo interpretar las guerras civiles
–Somoza/sandinistas; sandinistas/contras– en
la trinchera de Nicaragua entre 1978 y 1987?
Mientras que la mayor parte de los análisis
destacan los “bloqueos” sociopolíticos internos
y el rol de las intervenciones extranjeras, se
analiza aquí dichas guerras, inscribiéndolas en
un continuo junto a los otros enfrentamientos
armados que marcaron el siglo XX nicara-
güense. Anclar estas dos guerras dentro del
“tiempo largo” de la violencia nicaragüense
permite enseguida comprender cómo, a lo lar-
go de todo el siglo, la violencia fue una moda-
lidad de acción legítima y codificada, y cómo
ésta permitió al mismo tiempo el surgimiento
de nuevos actores sociopolíticos y, también,
su legítimo acceso a los recursos económicos.
Se describe después cuáles fueron las formas
de estructuración interna de dichos actores y,
en seguida, la “cultura política” en que se ins-
cribió esta sucesión de acciones bélicas. Se
interroga finalmente sobre el vuelco ocurrido
al término de la confrontación entre contras
y sandinistas a partir del mandato de Violeta
Barrios de Chamorro.
Palabras clave: sandinistas, contras, FSLN,
Nicaragua, guerra.
De 1978 a 1987, la vida política nicaragüense estuvo marcada por el predominio de enfrenta-
mientos armados. El país conoció en efecto dos guerras civiles. La primera opuso desde 1978
hasta julio de 1979; al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el Consejo Superior de la
Empresa Privada (COSEP), el Partido Conservador, social cristianos y comunistas, y sindicatos de
todas las filiaciones políticas; contra Anastasio Somoza Debayle y sus partidarios; finalizando con
la derrota del dictador. La segunda enfrentó entre 1982 y 1987 al nuevo Estado dominado por los
sandinistas frente a una nebulosa de opositores: la Contra, integrada por disidentes del sandinismo,
por antiguos partidarios de Somoza y por la organización indígena de la Costa Caribe. Estas dos
guerras, se tradujeron en enfrentamientos particularmente cruentos entre los grupos armados y
la población civil jamás fue protegida de la crueldad de los diferentes clanes combatientes, todo
lo contrario. En cada una de estas guerras civiles se vio a las partes implicadas hacer un amplio
Abstract: How are we to interpret the civil
wars –Somoza vs Sandinsitas: Sandnistas vs
contras– which have struck Nicaragua from
1978 to 1987? While most analyses put the
stress on internal socio-political “deaddlocks”
and the part played by foreign interventions,
the aim here is to reinstate these two wars
in Nicaragua “long term” cycle of violence
enables to understand how violence could
become, throught the 20th century, a legiti-
mate and codified way of action and how it
made it possible for new socio-political actors
to emergeand to gain legitimate access to
economic resources. The article then moves
on to describe how these actors as well as
the “political culture” of this series of war
episodes was internally structured. Finally,
the article looks into the changes which have
taken place since the end of the contras/
sandinistas confrontation and during Violeta
Barrios de Chamorro’s mandate.
Keywords: sandinistas, contras, FSLN, Ni-
caragua, war.
Fecha de recepción: 24 de mayo del 2014 • Fecha de aprobación: 17 de septiembre del 2014
Résumé : Comment interpréter les guerres
civiles –Somoza/sandinistes ; sandinistes/
contras– dont le Nicaragua a été le théâtre
de 1978 à 1987 ? Alors que la plus part des
analyses mettent l’accent sur les « blocages »
socio-politiques internes et le rôle des inter-
ventions étrangères, on analyse ici ces guerres
en les réinscrivant dans un continuum avec les
autres affrontements armés qui ont marqué
le XX siècle nicaraguayen. L’ancrage de ces
deux guerres dans un « temps long » de la
violence nicaraguayenne permet ensuite de
comprendre comment, tout au long du siècle,
la violence fut une modalité d’action légitime
et codifiée et comment celle-ci permit de tout à
la fois l’apparition de nouveaux acteurs socio-
politiques et, ce faisant, leur accès légitime à
des ressources économiques. On décrit ensuite
quelles furent les modalités de structuration
interne de ces acteurs, puis la « culture poli-
tique » dans laquelle s’inscrivit cette succes-
sion d’actions guerrières. On s’interroge enfin
sur le basculement qui s’est fait jour lors de la
fin de l’affrontement contras/sandinistes et lors
du mandat de Violeta Barrios de Chamorro.
Mots-clés : sandinistes, contras, FSLN, Nica-
ragua, guerre.
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llamado a la ayuda extranjera. Finalmente, los motivos religiosos estuvieron estrechamente im-
bricados en los motivos políticos.
Se ha propuesto dos interpretaciones para estas guerras. Una pone el acento en los factores
internos tanto sociales como políticos, la otra, subraya el papel decisivo de intervenciones ex-
ternas. La primera lectura, asociada al nombre de Edelberto Torres Rivas (1985,1986), insiste
sobre la desestructuración de las relaciones sociales inducida por el desarrollo socioeconómico
que experimentó Nicaragua a partir de los años sesenta. Ve en esos fenómenos el motor de los
movimientos reivindicativos y de las revueltas que se multiplicaron desde finales de la década.
Subraya también, el trastorno de equilibrios que imperaban al interior de las clases dominan-
tes, que favoreció la precipitación sin control de una tiranía incapaz de reformarse; y para los
años ochenta, a partir de 1982, la elección de la alternativa armada por parte de la “burguesía
opositora” a los sandinistas, quienes ocupaban el poder desde 1979. Estas explicaciones se
combinan con un razonamiento inspirado en el funcionalismo. Según esta propuesta de análisis,
los actores sociopolíticos fueron conducidos a “radicalizar” sus opciones, como resultado de
la incapacidad del “sistema político” de absorber las demandas provenientes de la sociedad,
tanto en la época de Anastasio Somoza como durante el periodo sandinista de Daniel Ortega.
Supone una incapacidad tal de los gobiernos somocista y después sandinista, de responder a
las demandas de actores sociales, no dejándoles más alternativa que adherirse a las opciones
armadas más radicales: el FSLN a finales de los años setenta, la Contra en el umbral de los años
ochenta. La otra interpretación, explica las dos guerras civiles como resultado del juego de riva-
lidades imperiales (Leiken, 1984). Como subraya Alain Touraine, la lucha armada dirigida por
el Frente Sandinista sería a partir de 1974 una “guerra de liberación nacional o incluso, una
guerra de creación nacional” (1988: 338). La guerra entre contras y sandinistas evidenciaría a
su vez, la voluntad del presidente Reagan y sus consejeros, de meter en cintura a una nación
aspirante a la soberanía plena y completa, en una zona que estaba bajo su control directo desde
inicios del siglo XX. Se oponen a este marco interpretativo aquellos que a su vez subrayan la
voluntad de expansión soviética en el “patio trasero” de la “república imperial” según la expre-
sión de Raymond Aron, a través de su apoyo a la Cuba de Fidel Castro (Cerdas, 1983, 1989).
Sin duda, estas explicaciones no carecieron de mérito al subrayar los fenómenos en el trasfondo
de estas dos guerras civiles. Las estructuras sociales nicaragüenses fueron claramente trastor-
nadas en el curso de dos decenios de modernización acelerada. Sin embargo, contrariamente a
lo que destacan las explicaciones dependentistas, estas transformaciones no condujeron sola-
mente al “empobrecimiento de las clases populares y su marginalización” y por consecuencia,
a su revuelta; se dieron a la par de la aparición de sentimientos de injusticia que jugaron un
rol decisivo en la movilización de amplios sectores de la sociedad nicaragüense, tanto desde
los enfrentamientos contra Somoza en 1979 como contra los sandinistas a partir de 1981.
De igual modo, si la tesis de la “radicalización” o la de los conflictos de poder entre un nacio-
nalismo emergente y las pretensiones imperiales de los Estados Unidos tienen en la evidencia
cierto fundamento, no obstante, no se sabría explicar estas dos guerras civiles nicaragüenses
solamente en términos de “bloqueo” del juego político o de lucha de “liberación nacional”.
Me propongo entonces tomar distancia de tales explicaciones para intentar otra interpre-
tación para estas dos guerras (Bataillon, 2008: 150-210). Al margen de sus especificidades
sociopolíticas, también parecen inscribirse en la continuidad de una serie de enfrentamientos
armados que han marcado la vida política de todo el siglo XX nicaragüense; enfrentamientos de
los cuales representan formas paroxísticas, constituyendo de este modo sin duda el terminus ad
quem. En efecto, lejos de ser momentos atípicos en la historia nicaragüense del siglo pasado,
estas dos guerras aparecen frecuentemente como la continuación o la reanudación de gestos,
cuyas primeras manifestaciones son atestiguadas desde principio del siglo con los enfrenta-
mientos entre liberales y conservadores, y particularmente durante el levantamiento de Augusto
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