La revista Anáhuac

AutorAndrés Henestrosa
Páginas520-521
520
ANDRÉS HEN ESTROS A
a Don Goyo, El herman o asno, Al filo del agu a, y a tantos otros libros de primera
calidad, producidos durante los últimos quince años.
El concurso continental del INBA es sin duda el de mayor importancia que
se ha hecho en América. Contribuyendo a su seriedad está la lista de los es-
critores mundialmente conocidos a quienes se pedirá que formen parte
del jurado. El premio único puede decirse que equivaldrá a un Premio Nobel
dentro de las letras castellanas.
3 de noviemb re de 1957
La revista
Anáhuac
El día 15 de febrero de 1887, comenzó a publicarse en esta ciudad la revista
quincenal Anáhuac, como órgano del Ateneo Nacional Mexicano, fundado tres
años antes, en 1884. En torno a ell a se reunieron, ya como socios activos,
ya como socios honorarios, algunos de los más famosos literatos del tiempo,
así como las más fundadas esperanzas de las letras patrias. Entre los socios
honorarios destacan Vicente Riva Palacio, José Peón y Contreras, Guillermo
Prieto, entre otros; entre los escritores jóvenes Enrique Fernández Granados,
Agustín A. Muñoz, entre otros. Contó la publicación con la corresponsalía de
escritores españoles como Manuel del Palacio y Juan Valera.
Las tareas del Ateneo eran muy ambiciosas; celebraba sesiones dominicales,
organizaba ciclos de conferencias, veladas literarias en que se rendía homenaje
al saber, al patriotismo, a la abnegación y al valer de todos aquellos hombres
ilustres que constituyen el más digno blasón de que una patria puede con jus-
ticia enorgullecerse. En septiembre de 1884, es decir, apenas unos meses de
su fundación, el grupo instituyó una Academia en que los socios daban clases
gratuitas de artes y ciencias y a las que concurrían numerosos alumnos.
En ninguna de las cuatro entregas publicadas se consigna el nombre del
director o editor, pero suponemos que lo era León Campos y Junceda, quien
firma lo que puede llamarse el editorial o prólogo de la revista Anáhuac. El
artículo de Campos y Junceda es un florido elogio de la poesía, postergada
por muchos a favor de las ciencias, en un olvido de que si la una esclarece
el espíritu y lo enriquece, rectifica el juicio y le da exactitud y firmeza, la
otra lo adorna, lo pule y avalora sus tesoros, le da discernimiento y g usto,

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR