Las relaciones exteriores de México

AutorSaúl Arturo Ramírez de Arellano Solórzano
Cargo del AutorAcadémico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
Páginas285-305

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Nuestro país se encuentra en una etapa de transformación. Si bien esta afirmación se puede aplicar a cualquier ente integrante de la comunidad internacional, derivado del dinamismo e interdependencia crecientes, en el caso de México es particular.

A menudo se cree que la política exterior no tiene vinculación con las medidas domésticas y que de ninguna forma se verán reflejados los beneficios de una política exterior responsable y congruente. Sin embargo, desde que un grupo se organiza políticamente y constituye una entidad estatal, el reconocimiento por parte de otros Estados se convierte en un aspecto fundamental que será determinante para su identidad. Es así como desde el origen de un Estado éste se basa en una compleja combinación de factores endógenos y exógenos. “En realidad esta idea de que el Estado tiene un interior y un exterior es sólo una imagen…”.263La política exterior, como parte de la política nacional, no sólo es una herramienta del Estado para proteger la integridad de su territorio y hacer prevalecer la soberanía nacional, sino también un medio para accionar mecanismos que influyan favorable-mente en la calidad de vida de la población.

En tal sentido, la política exterior y la política interna buscan en conjunción la prosperidad de los individuos y el derecho y la defensa de sus derechos fundamentales, para brindarles seguridad y desarrollo, ya que, aunque en ocasiones se pierde de vista, el fin de cualquier medida de gobierno es fomentar el bienestar de la población.

Por ello, no debiera de implementarse una acción interna sin que se acompañe de un plan para medir su impacto más allá de nuestras fronteras. Se parte del postulado que la política exterior es un instrumento necesario e imprescindible para promover el desarrollo económico de nuestro país y los cambios en las condiciones internas y externas de México deberían provocar cambios en la forma en la que se decide, planea y ejecuta.

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Al ser el principal actor de las relaciones internacionales, al Estado se asocia la posesión de una política exterior definida por Rafael Calduch como “aquella parte de la política general formada por el conjunto de decisiones y actuaciones mediante las cuales se definen los objetivos y se utilizan los medios de un Estado para generar, modificar o suspender sus relaciones con otros actores de la sociedad internacional”.264El maestro Rafael Velázquez señala que las consideraciones mínimas necesarias para elaborar una definición completa de la política exterior son las siguientes:

• la política exterior no es una serie de hechos aislados o de decisiones tomadas al azar. Es un proceso determinado por distintos factores, bases y fundamentos;

• varios autores coinciden en señalar que el eje articulador de la política exterior es el interés nacional (vitales y funcionales);

• la política exterior debe estar orientada por objetivos concretos que respondan a las necesidades internas más apremiantes y a las condiciones externas de un momento determinado;

• el establecimiento de objetivos que respondan a factores endógenos y exógenos es un factor relevante en la instrumentación de una determinada política exterior;

• toda política exterior tiene que estar sustentada en un plan que establezca las estrategias e instrumentos para coadyuvar al logro de los objetivos;

• la capacidad de negociación internacional determina en gran medida el alcance y eficacia de los Estados en el plano internacional, representando no un fin en sí misma, sino un medio necesario de la política exterior de cualquier Estado y,

• los Estados son las únicas entidades capaces de formular una política exterior, en virtud de ser actores más completos y reconocidos, jurídicamente, para actuar en el plano internacional.265El doctor Juan Carlos Pereira señala que la política exterior no puede reducirse únicamente al plano de la acción exterior del Estado, es decir, de su ejecución como lo sería la actividad diplomática o armada, sino que es necesario también contemplar la formulación, proceso de toma de decisiones y una acción de control de la ejecución de esas decisiones.266Las etapas básicas de toda política exterior son tres: elaboración, ejecución y control. La primera de ellas consiste en la interacción de los distintos órganos de la administración pública y grupos legislativos y sociales del Estado, los cuales con base en el interés nacional definirán los objetivos a alcanzar, así como los medios para llegar a ellos. Se trata del proceso decisorio.

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En cuanto a la ejecución, ésta se lleva a cabo a través de acciones sucesivas y previamente definidas y encaminadas a realizar la política exterior previamente definida. Se trata de una fase propia del Poder Ejecutivo del Estado y de sus colaboradores.

La tercera y última etapa consiste en la evaluación de las dos etapas anteriores, persiguiendo con ello valorar los resultados, utilidad de los medios y pertinencia de los objetivos planteados. Asimismo, se determinan responsabilidades, buscando con ello evitar arbitrariedades y cuidar la legalidad de cada uno de los actos llevados a cabo.

Esta última fase se realiza prioritariamente por los cuerpos legislativos a través de interpelaciones parlamentarias, comisiones de investigación y otros instrumentos parlamentarios, pero también por medio de la intervención específica ya sea aprobando instrumentos internacionales celebrados por el poder ejecutivo, aprobando nom- bramientos diplomáticos, aprobando el presupuesto para el órgano ejecutor de la política exterior o bien, permitiendo la salida o entrada de tropas a territorio nacional.

De tal forma, se llega a la siguiente definición: La política exterior está conformada por aquellas conductas, posiciones, actitudes, decisiones y acciones que adopta un Estado más allá de sus fronteras, que se fundamenta en el interés nacional y en objetivos concretos. Dicha política se sustenta en un proyecto de nación específico y depende de la capacidad de negociación internacional del Estado. A su vez, la política exterior está determinada por los factores de situación tanto internos como externos.267Es así como diversos autores coinciden en señalar que la política exterior de un Estado no es resultado de hechos fortuitos ni de decisiones precipitadas, sino el resultado de la historia, localización geográfica, factores internos y externos, así como de los objetivos que se ha planteado ese Estado. De ahí que sea evidente que la política interna y la política exterior no son dos políticas públicas aisladas e inconexas, sino que ambas forma parte de un mismo proyecto de nación, sólo que en distintas áreas de gobierno que actúan de manera coordinada y complementaria.

Al ser el acontecer nacional la variable central en la formación de nuestros principios y doctrinas en política exterior, es necesario realizar un breve repaso por ese arduo y enriquecedor camino.

La política exterior durante los primeros años de vida independiente

Una vez conseguida la independencia nacional, el principal eje de acción de la política exterior de nuestro país lo constituyó la búsqueda de un reconocimiento internacional que le permitiera interactuar con el mundo. En 1821 se consuma la independencia de México y se establece el Imperio Mexicano, sin embargo, en 1822 con el regreso del absolutismo en España, fueron rechazados los Tratados de Córdoba que reconocían la Independencia de México y Fernando VII se negó a aceptar el trono del nuevo Imperio. Agustín de Iturbide fue coronado en mayo de 1822, creando la Comisión de

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Relaciones Exteriores de la Regencia del Imperio Mexicano bajo la dirección de Juan Francisco de Azcarate, el cual fungiría como el primer ministerio de relaciones exteriores del México independiente.

En 1824 tras la abdicación de Agustín de Iturbide se convocó a un nuevo congreso constituyente que convirtió a los Estados Unidos Mexicanos en una República Federal. Lucas Alamán ocupó el puesto de canciller durante este periodo de transición. Entre 1821 y 1836 México logró el reconocimiento de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España y la Santa Sede, además se estableció una alianza defensiva con Colombia. Sin embargo, los sobresaltos políticos y la inestabilidad económica del gobierno mexicano complicaron las cosas tanto al interior como al exterior. En 1835 se estableció el centralismo y se dejó de lado el federalismo. Este cambio le dio a Texas la excusa para independizarse. México enfrentó además la amenaza secesionista de Yucatán, Baja California y Sonora.

Con el precedente de la independencia de Texas, el cual dejó en evidencia la inca-pacidad del gobierno mexicano para defender su integridad territorial, el canciller de Francia, Louis Mole, exigió al gobierno mexicano el pago de 600,000 pesos a los comerciantes franceses establecidos en Veracruz, Puebla y la Ciudad de México. Incluyó ridículas sumas para la reparación del daño causado a un pastelero, lo que le dio el nombre al episodio militar como la “Guerra de los Pasteles”. Francia solicitó la exención de préstamos forzosos para sus súbditos y la firma de un tratado para permitirles el comercio de lujo al menudeo, reservado a los nacionales mexicanos. El cañonero L’Herminie llegó al Golfo de México iniciando el bloqueo comercial al puerto de Veracruz. En 1839 el ministro británico acreditado en México logró que las partes firmaran un acuerdo...

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