La reinserción social de los presos en México

AutorJosé Zaragoza Huerta
Páginas38-39

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Pretender conocer y explicar lo que sucede diariamente en el interior de las cárceles mexicanas resulta muy presuntuoso (al menos para quien escribe esto), toda vez que no podemos hablar de un mundo que no conocemos a profundidad y al cual sólo nos hemos acercado en nuestra calidad de investigadores; no obstante, quienes nos hemos dedicado a estudiar dicha temática concebimos que las prisiones son un mal necesario y no existe hasta ahora alguna alternativa que las sustituya (García Valdés); por ello es importante buscar soluciones que permitan eficientar su funcionamiento, procurando ser lo más objetivos al hacerlo.

Para abordar la cuestión de la función resocializadora de los internos que cumplen las prisiones, debemos considerar un enfoque externo y otro interno, para posteriormente proponer ideas que permitan optimizar el sistema penitenciario mexicano.

Enfoque externo

Para la autoridad gubernamental la política pública carcelaria no es tema prioritario. Lo anterior puede corroborarse al analizar lo dispuesto por las diversas normas carcelarias que prevén una serie de institutos que, en la mayoría de los casos, no operan porque no se destinan los recursos económicos indispensables para su funcionamiento. Un ejemplo es el denominado Patronato para Liberados, que en la realidad es letra muerta, toda vez que en la mayoría de los estados no existe, con lo que se deja en el abandono a quien ya cumplió su sentencia y vuelve a la libertad. Así podemos añadir las comunicaciones telefónicas, las visitas del exterior, los permisos de salida, etcétera.

También debemos señalar que la Carta Magna mexicana despoja de sus derechos a quien se le instruye un proceso penal —en nuestra opinión, constituyéndose en una flagrante violación al principio de presunción de inocencia—, prerrogativas entre las que destacan los derechos civiles y políticos. ¿Qué sucedería si los internos (penados y preventivos) mantuvieran su derecho a votar, como sucede en países como España? Quizá habría más atención a este sector minoritario de personas que, en un momento determinado, podrían "elevar la balanza" hacia un lado u otro. Piénsese que la población carcelaria en México oscila en unas 400,000 personas que bien podrían decidir una elección federal, estatal o municipal.

Por otro lado, desde la perspectiva de la sociedad, quienes se encuentran en las cárceles del país son personas que ya no tienen ninguna posibilidad...

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