Reincidencia

Páginas404-419
REINCIDENCIA.
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En
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pa-
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diligencia
formal
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cri-
birá el i·e
o,
si
supi
ere.
Arts.
29 y
21-8
del
penal.
l;ros
-estudios que la medicina
ha
hecho acerca de la
l;-
. + cura en sus diversos origenes y manifest.aciones, nos
revelan hasta qué punto es necesario el reconocüniento
de todo
crimiJ?-al,
hecho, en todo caso, por
l'os
médicos-
legistas; porque si de este reconocimiento se desprende
que el agente de un delito, no
lo
.,
consumó con delibera-
ción punible,
no
podrá ser castigado, ni tampoccz lo
será
en caso de reincidencia, cuando existan. en el agente
las
406
mismas
condiciones morbosas que 'concurrieron á la per-
/
petración
del
primer
delito, motivando
el
impulso
para
realizarlo. 'Sin
este
reconocimiento previo, se viene al
absurdo
de aplicar
una
ley
penal al que no cometió
un
crimen con verdadera intención dolosa,
-y-
con ese absur-
do; se viene
también
á castigar
en
un
inocente la mag-
ni
t
ud
de
un
delito que no le es
imputable.
La
medicina nos demuestra que, cuando en el cerebro
humano, se
deteniüna
el
aumento de volumen
en
las dos
r'egiones marginales de
un
lado,
ya
sea
el
derecho 6
ya
el
Ízquierdo,
la
región contraria permanece
en
condicio-
nes
normales, y así se
ha
observado
en
los cerebros de
ci~rtos alucinados é hipocondriacos sometidos al análi0
sis científico.
En
estos casos no
hay
carencia de inteli- \
gencia ni de acción, ni
aun
de discernimiento; mas ape-
sar
de
ello, los que
pa
.decen ese desequilibrio, tienen
· repetidas alucinaciones; dualidad de facultades que no
tiene
"mas explicación que
el
desequilibrio
en
el conjun-
to
la
'unidad cerebral. Por
otra
parte,
este
desequili-
brio puede no
ser
permanente, pues existen estados
16-
cido~ y estados de demencia que varían
en
la época de ·
su
per?lanencia, y en estos estados psicopáticos transi-
tor-ios, no
es
extraña
la lucha del enfermo
para
oponerse
á
la
su'.gestión
que
lo domina cuando
ésta
aparece
en
el
peri_odo
de alucinación. '. ·
·
Los
extravíos del ·juicio son lógicos y · bien deducidos;
Pero 'el falso elemento recibe ·
SU
· orio-en de Ún vicio en 'la
. o
percepción de las impresiones· exteriores, q
ue
da conse-
-eutivamente margen á éoncepciones falsas.
Cuando las ·alucinadiones activas se desarrollan en la
Jntimidad del fuero
i1
1terno, y h
ac-en
que el ,individuo
..
'
407.
atacado de ellas escuche vo~es amenazantes, ó percibe
apariciones aterradoras, · se pone en· conmoción toda
su
actividad, produciendo este estado de eretismo morbo.so,
deduccion·es racioi;iales, instintos de defensa que obligan
al que, los sufre á prove(;lrse
de
armas para rechazar su-
puestas agresiones. En estos casos está avocado al cri-
. -.
men: llega á perpetrarlo; y la
ley
cae rigorosa sobre
un
sér irresponsable de sus actos, bajo el supuesto de 'ver en
el
agente del delito
un
criminal conciente bajo asp'ectos.
todos de ·
una
verdadera criminalidad. Y dec(mos bajo .
todos aspectos, porque no carecienclo de inteligencia
el
alucinado
aun
so .el dominio . de la alucinación,
usa
de
todas . las precauciones precisas . y apar~ntemente con-
cientes, para llevar á cabo la perpetración del hecho dé-
lic
tu
oso; precauciones que, sin
ser
conocida
causa del
impulso, lo hacen aparecer como
u,n
' verdadero criminal.
Los impulso~ que
domirra'.ll
en
·
1a
locura pueden se
con.cientes ó
p.o
serlo.
En
el.primer caso,' el enfermo tie-
n~ el convencimiento perfecto de sus actos: !os estima;
los aprecia; pero no'puede
resistirse~
realizarlos, porque
parece que
uua
fuerza
superior-y
tal es en verdad
el
1poderío, de
un
cerebro
afectado-lo
impele á ellos, sin
que
la
resistencia más vigorosa de
su
parte
· pueda im-
pe:dir que se . verifiq~eni Así,; se
ha
obser;ado, que
el
enfermo grita, corre, roba,· asesina, etc.,
si,J1
qüe
pueda
oponerse á la
reaJizac.ió11
de e~tos hechos .
. Las manías inconcjentes impulsivas hacen más. te.rri-
ble
al sugeto 'que
la
s experimenta
ya
no sólo
paia
mismo sino · pa
ra)as
personas que lo rodean, aquellas
que por
una
predestinaéión fatal llegan á codocarse á
su
.
a!~ance, y aqueUas cont ra las que
ha
sentido ó .siente
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un momentó ' dad
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Efrtas
formas de manía , subagnda,
ent
fa
lip'errianfa
;;
a
ng
ustios'a (im'pul
si
ón
al
s'uicidfo
),
1 en la lipeman ía
c6n'
estupor
· y, muchas' veces, ·
eri'
~
la
\epilepsia l ~
rv.
ád·a; donde no·
,ie
rev_ela
con frecuencifl.¡sino
por
impulsio
ne.s
bita~, é.imprevis
t,as
, ,
por
fl,Ctgs
homici
dass
ate
qta
dos s.
Óbre
la_s personas y las; cosas, sin
~~
plicac
ió1!-
-~;.
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·on~:
:v
sin, tiro~
r.:ªªs
.ib/.~
s.
J'.:
· -
,,
. ; . . .
~
;
La
marcha de estos prócesos msirbosos s~ caract:eriz a p
or
accesos
que se r
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te
f si,n cau~a a\,i:eciab)e
)a
mayor
parte
'
de
las ' veces.
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, •-tonvie
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espé-
-
ciales ·úe ,su ;evofocióñ, ·
la
ínsta,;ntan,
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da
d · de, su explosión,
cuando,
por
ej
empl
o,
' es·
una
, a!_ucinación.
tr
s1ns
itoi:ia;
q11
:~
habrá
dallo la 0on-
mocióp,. ? bien :cuando es un
áta
.que
qe
. epilepsiá
vertigi
qpsa, su-;
hre
pticiamente
aparecid
i:í
. También ·conviene r~cor
da
r
q!Íe
estos
procesos tienen tendencia'á repe'tirse , s'iguiendo
..;
Í~s mismas mani-
festáCiónes-pr'ímitivas, y que el ,it
~div
iduo ·que en· ~ n ¡,rim
er
accésó
t a manifestado te_ndencias homicidas,
estará
más ó menos inclinado'
en
los 'accesos sub~_iguient~s, á
caer
en ,las mism as 1
ir
~~ciones y ;á
sµfrir
idént
icas
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entac
i
on(;lS
¡ mor);
>0sas.
· , _
1:
~
'.
. "
La
quración de ·Jas manías impulsivás
"e
s
var
iable; he visto las
' ' ' ' > ) \ f i
,.-r
_ .
-tendencui.s al smc1dio, en u_n·c~so de manía post-puerperal, pers1s-
. (
4Ó9
tiren
el
estad
o
agud
clía
y noche,
durante
ün espacio
de
seis
se-
manas á dos meses.
La
enferma se curó
perfectamente;
otras
veces
las impulsiones se detienen en
una
primera
Umtativa
abortad
a, y
entonces cambian
de
dirección. :
Los accesos; de manías impulsivas, cuando s
on
convenientemente
seguidos y t
rata
dos, son suceptibles de debili t
ar
se i nsensiblemente:
Pe
ro
prec
iso es
decirl
o: en ·l
os
períodos de 'luc
id
ez subs
ig
uie
nt
es. q ue
no son; la mayoa de veces, mas que reri1isiones más ó menos
pro
-
long::idas, pers;ste desp s de l
os
accesos. cierto grado
de
entorpeci-
miento
inte
lect ual;. d e p
er
ve
rs n de car áct er, en vii'tud del c u
al
los convalecientes
per
manecen en un
esta
do de equilibrio instable.
y
jo la inminencia de un nuevo acce
so
.....
.
_,_._
El
mismo aut or
ha
blando de
-l
os
iitOü
rns '
de
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locu -
ra
ele
doble
fori
na
,
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d
i'ca;
:
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ula
1',
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esa así:
.
La
sint
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i1e
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a;
está, pues , esen-
cialmente
cáract
e
ri
iá:da: por u na fa
se
de depresión 'y
otr
a d e
e:s:c
i'.
tació
n,
sucediéndos
i3
entre
· y consti.tuyendo lin acceso mliy bien de-
ter
minado, al cabo del ·cual se es tablece un p e
od
de
calma
ba
s-
tante
prolongado.
· - ' ·
El período
de
depr
ee
i6n lipemaniaca se
presenta
con
diver
~os
n
'l
a~
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es
, que comehzr
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1· un. est
a:
do de apatrn, ó de inerci
á'
n1á s
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e
no
's acentuado, puede
llegar
· has
ta
· la fase d.
e!'
semiestup9r y
a
u~
de estupo r completo~ ·
"'
·
·.
La mayor
parte
de
lo
s enfermos, que
ee
,sienten bien la vísp
era
,
á consecuencia
de
uria noche
ae
insomnio ; son eón frecuencia
pre
sa
á la
mañana
siguiente de un
trastorno
cerebral
cuya
irnportancia
estiman muy bien. Caen como dicen, en melancolía; Entonces se
hacen táciturnos, indiferente
s;
se encierran en mism'os,
rehu
san:
do sali r , permañecen de buen
g1
1ado inmóviles y tranquilos.
Las
ocu- ·
paciones' habituales que el día ante~ les inquieta~an, les s
on
indi
fe-
rentes, están disgustados
por
todo y no desean mas que el aisla-
miento y la tranquilid ad. ;
. Al mismo tie
Ín
!)
O,
se ·observa que en su fisonomía se verifica una .
modificación notable;
la
piel de la
cara
está
pálida, .isquernia~a,
fría
al tacto; las facciones es
tán
de
sc
ompuestas, ojerosas;
la
región par-
pebral sombreada,
la
mirada
mac
ilen~
·a,
la
·voz es débil, y
en
to.do
I
410
su porte, en sus , modales, -parecen
indicar
.un
abandono ó pérdida.
completa de
la
energía vital.
Si el acceso se prolo·nga,
la
depresión tiende á aumen,ta r y el en-
fermo cae en un estado de semiestupor más ó menos caracterizado, ·
con inconciencia más ó menos completa de todo lo que á su alrede-
dór
acontece.
Las
funciones orgánicas languidecen igualmeñt
e;
el
ap
etito llega
á s
er
nulo ó casi nulo; es nece sario
tener
muy
bu
en cuid ado de in-
sistir
reiteradamente
para
que la alimentación se
haga
de
una
ma-
.
nera
regular.
La
constipación, en gener~I, es muy tenaz y el
enma.
-
grecimiento es muy rápido.
Este estado·de depresión lipemaniaca puede
durar
más ó menos
tiempo, un día, dos día
s,
y con frecuencia
hasta
algu1Jas semanas • .
sin modificaciones muy aparentes.
I Cu~ndo
el
acceso lipemaniaco debe terminar, los enfermos empie- ·
zaQ
á tener ·cierta. conciencia de
lo
.que pasa. Salen como
,de
un
sueño prolongado; ensayan sus fuerzas; cuando el período de torpe-·
za ha sido corto, el restablecimiento es rápido.
En
otras
circuns-
tancias,
tarda
en presentarse y no tiene
lugar
' sino muy gradual-
)
mente. Poco á poco
entran
en posesión de sus fa~ultades; se levan-
tan,
se visten,
tratan
de salir y de seguir de nuevo el curso de sns-
ocupáciones. Al cabo de algunos días, á veces de algunas semanas,
el
nivel de, la actividad psíquica é intelectual se eleva progresiva-
mente y aun t!'aspasa en su cursa.
¡seendénté
el punto de _nivel fi.
siológico. Entonc
es
se revela ·una sér.ie de fenómenos de
otra
natu-
raleza, y se ve aparecer
un
periodo de excitación maniaca.
Esta exaltación pue
áe
variar
en
sui
..
manife.stacio,nes desde ·
1a.
simple exaltación de las facultades
hasta
la
vio'lencia extrema, pero
con más frecuencia tiene
el
carácter
y las diversas tonalidades
de
una simple exaltación funcional de. todos
los
sentimientos y faculta-
d~s Je! espíritu. Los sentimientos están más ó menos perturbados
é inclinados á la ex
tr
avagan
ci
a.
El espíritu está en perpetuo
tra:
bajo; los enfermos habl an
~o
n seguridad; su memoria le s proporcio-
na
imprevistas asociaciones de ideas . .
Juz
gan c
on
delicadeza
a-cer-
ca
d~
1o que á su alreded
or
sucede y tienen un carácter mordaz.
Al
mi
si:no
tiempsi se
trata
de mujeres, ; e nota cierta tendencia á
la
co
quetería y en algunas jovenes
1rn
:sta maneras
pr
ovocadoras. \
·1
41Í
Refieren conversaciones de naturaleza
erótica
, y aun á veces, se-
gún
se
ha
visto, hiicen demostraciones amorosas y se
entregan
al
primer
advenedizo.
En estas condiciones, también se observan perturbaciones nota-
bles en la dirección general de la vida _
privada.
· De ordinario, reservados y tímidos. se les ve, bajo el influjo de
la
base de éxcitación periódica, cambiar súbitamente de modares.
lnuevos proyectos, se lanzai¿ en
ave;tu
·
radas
empresas, no
dudan de
nada;
olvidan sin dificultad á sus parientes
para
entre-
garse
á nuevas relaciones que alientan sus extravagancias. De es-
te
modo pueden vivir en sociedad; lúcidos, se les toma en serio;
únicamente se dice que tienen un humor raro, que. están sujetos á
cometer exentricidades, á ·veces que se ocupan en quiméricas em-
presas, y se les tolera considerándolos corno originales é inofe~si-
vos; se les acepta tanto mejor en determinada sociedad, cuanto q~e
tienen momentos de' ext1:ema generosidad, en los cuales se
les
ve
hacer gastos inútiles y pa
ga
r generosamente cuanto
ctesea11
·. ·
En
.
otras
circunstancias, esta tendencia á la exhuberancia y á la gene-
rosidad,
da
'motivo á
otra
serié
de sentimientos: se ha,cen muy pron-
to pendencieros y agresivos. Están inclinados á abusar de
la
con-
fianza y á
robar
los objetos que apetecen,
ya
en
las
casa.s,
ya
á sus
amigos, sin tener en cuenta la falta de delicadeza en que incurren
y las inconveniencias que cometen. · f
• • • • • • • . • • • • • • • . • . • • • •
••
• ·, '
••••
•••••••••••••••••••
·•
••
• • • • I
Cuando
el
acceso
dl3
manía ha ,proclucido .su esfuerzo, el proc.
est>,
en cierto modo,
ha
llegado á
tu
último período. Los enfermos vuel-
ven poco á poco á una fase
tie
calma, que puede prolongarse más ó 1
menos tiempo y presentar el aspecto de una curación aparente.
-:~
Muy extenso sería seguir al
autor
citado
en
el brillan-
te
estudio d~l cual hemos .entresacado los párraf9s
q1;1e
preceden,._ y ¿quién después de
habEJr
_leído
las líneas
.-
ap.-
1teriores podrá condenar á
un
criminal por reincídente
. sin previo
exa1?1
en 'pericial
de
sus
: facultades
me1:1tales?
, La locura de doble forma _tiene en cqntra d~l
q1;1-e
1a
sufre-, que su~ nfanifestaciones
pueden
sef
atribuidas á
\ \
.
.
412
genialidades 'del individuo; d,e; i
tal
mod0 que éi ,e.n el ·pe
:.
.
ríodo
in
ofensivo se -
ca:
liftca al súge
to
oomo dotado de un
carácter
raro, cuando ese perío
c;
lo de
ex:
_altación
so
rev'ele
'.
con 'consecuehcias
ele
crimina1idá'
c1,
se
calificará d e cr
i-
' ' ' .: . ,, J ' '
minal al individuQ; y si cesando la e.-altación, el enfer-
mo vuelve ú u
na
fi2Be
de calm a , y
pas
ada
ésta
torn
a el
acceso· y con él
la
· realización
de
·
\111
nu
e
vo
delito de
' ig
ua
l na
tural
eza al
antes
'com
et
icl
o,
se
le
'
tendrá
como
l;e
incid
ente
, cuando
si
bie~ _se _
mi
~'
Q
e;
r'osponsable.del
primero
de
sus actos; ni
_lo
es sin
dud
t1 algun~, del s.
e~
.
g-u
ndo, y · de
loti
posteriores que ·
re
alice.
Cuántas
veces
hombre delinque sin intención dolo-
sa, 'nos lo demu
estra
n las cons1deraci
o:nes
anteriores.
· I ' ' . . \ .
su
pu
esto que el_ indiYiduo p
uede
robar
, injuriar,
matar,
.
etc
., en el período de exaltación,
sin
que
dur
_an
te
éste,
·
tenga
conciencia de sus actos
en
c
uanto
á la criminali-
dad que
lo's
revis
te
. Así, también , el
hom
br
e
puede
rein-
cidir en
la
comisión de
un
delit
o,
con absoluta irrespon-·
sab~idad
de s:u parte.
·.
' ' ' .
..
No
basta
formular la l
ey
y sancionarla bajo el concep-
to
de· que es · justa, .es 'taP1bién necesario av
er
iguar ,
en
qué casos es
justamente
aplicada ;- y :para elfo és
ind
is-
pensable, es incuestionable
la
ob.servaci6r1 diéa.
cfo
'las
facultades de todü
':
individuo que, aislado,
lJ.aya
~gád
o
á
la
perpetración de
UI_].
. delito ó siqµi
era
á poner .los me-
dios
pai.·a
realizarlo. · : · ·
,,
·
:J
, .
·s~n-~l estudio · y éf reco~ocimi~ntp indicado, se-
incu-
:
_
rrirá
e~.
la
r.eprensible, falta de aplicar
~l
rigor
1_a
jey,
castigando s.in coliciencia
perfecta
de
que
eJ
.ap~rente
áutÓr
de.l
delito qu~
se
p~ne, es i:esp9,nsable ,
~le
su
:f~lta.
Lós avances
de
. la ciencia
médi,~~
.respect~
at
,
estudio
. ,
,
/
413
de
l est?,d_o. ce-
re
braLdel
:q.qm
qre, ,son.
ta
n,
notabl
es ,
ya
, que
l_
á,
jl
v i~
pru
de~c
ia¡
:
debqi
bu
,scar,_
su
, conpurso
para
ap
l
icar
·
la l
ey
propia, ·actecuada-y,regula-rmen½e, sin que s.u ri
go,r
punitivo
caig.'1
de.igual 1i;anera
139bre
del
que
.en
realidad
es acreedor
~l
castigo, que,sobre
d_pl
que,
por
razó,n
el~
un
estado morboso q
ne,
le
jmp6me
impulsos criminales,
llega á
la
consumación del hecho reprobado sin concien-
cia
de
su
s actos, sin
int
ención do\osa,
y,
,
sim1do
por
lo
mismo, compl
ot3:me
n~e
irrespon·sable de
sus
hechos.
~
·
1J
~
principio de derecho
natural
de
don.de
toma
en
parte
su objeto la justicia·, nos dice: jus suum
c1dqw1;
fri
-
buendi~
6, lo que es igqal: dar á cada-uno su d_
e1'
echo,
lo que,
es suyo, lo qúe
le
pertenece, ó aquello
;i
que se
ha
he-
cho aci:eedor; , como1
al ciu
cla
dano los der
ech
qs
y
prerro
-
gativas .que
la_
Nación le · debe:
corn
,o á
ésta
los que le
son de9idos pqr aquél;
a)
propietario
de
irna cosa,
la
co-
sa misma, 6 al acreedor á. un castigo, la ,
pena
que mere-
ce; pero
en
e~te
últ
i
mo
ca;s,o
, el principio
de
derecho se -,
mal
ame:nt@
aplicado, no
será
prin.cipio
de
estricta jus-
ticia , si con an
te
1aci6n á la aplicación
de
¡a
pena, . no.
~e
inyestiga el grado de responsabili
dad
, de
a.qu?
l
'1Í
,qui
en
,
~sa, p
e11;a
.se imp
on
e:. . ,
';,
> , ·, ;. . . , v. . .
La
re
a'l
ización
s;l
_e un hecho,cl1~
~11
inal. requiere, e:s:ige;
la
im
po
siqión· de una pena,
p_orque
la
pena
c
orr
ige y
¡n
·-
mi
e~c1a
· aJ deJipcu
~ri
te por el t~
n;:i
or, y
repara
la falt_a co-
met
ida; pero s i el
;q_
;ne la
s;ufr
e es ir-responsable del deli
to
q
1:
e se le ,
atri
J:
mye
, y aµn de
su
1
:e.
i
:qc
idenci~, l a ~correc-
cipn es
imp
psible
·.
co
mo}9 es
la
e1
mi
ep_da
;. porque el
-a
pa_
· ·
rnnte
crirti.inal
.1.;
ll?
· f_
q.
~~ ~ncp
.n
9ionte,
¡y
la · reparac
,n ,es
:ili
,v
,oria,¡ porqu
e.
;,
nad.ie, encpntra-vá apropia~o el qastigo
im pue~tqj í ~
'Il
irresponªal:;le
~
,
sus
A9
t.O
,
S,
901110 lo sería
~11
414
el
caso de aplicarlo á
un
niño 6 á
un
enajenado reconÓci-
do corno tal.
En
el
caso de imponerse pena al ·delincuen-
te,
la
sociedad se satisface,·
porq"Q.e
. ve que
la
falta~come-
tida
en
ella se .castiga; porque· espera
la
regeneración
del
delincuente por el dolor-y
elsufrimiento
padecidos;
1 porque ese mismo castigo
la
desagravia
hasta
donde es
posible el desagravio de
la
ofensa, del mal recibido; pe-
ro esa satisfacción .no e~iste,cuando
la
pena se impone
h un sér irresponsaple; porque entonces, ni el objeto. de.
ésta
se llena, ni la sociedad, h.umani,taria por misma,
puede
ver, sin reprobación, que el rigor punitivo
ele
la
ley
se aplica fodistinta, indiferentemente, al criminal
convencido
de
serlo lo mismo
que
al que no lo es.
Pu
clie
·,
décirs~ que si la justicia ve
un
delincuente
·
en
do.
ncle
tal
vez no existe, sqlo porque las circunstan-
cias
la criminalidad lo acusan criminal, así la sociel-
dad
puede ver lo mismo, siendo ent
para
ella
tan
satisfactorio, según se ·
ha
dicho, que se castigue al de-
lincuente positivo como al aparente.
Hayraz6n
en lo
\ .
dicho; .pero
la,
verdad es, qué de
uná
y
otra
falta, de
la
inconsiderada aplicación del ·Castigo y de · la
extra
viada
satisfacción social, sóÍb es responsabíle la
ley
misma, que
no ·asegura las .gárantías que debe otorgar al hombré, ·
según se haga acreedor ó
ú.
1a aplicación de·
una
pe~
na
por
la
culpabilidad de
cj_ue
séa convencido, ó por
la
.
inculpabiFdá..d que debe . concedérselé) ' · · ·
· En
el
caso de réincidencia, esa aplicación· es
tanto
mas
. . · 1
inconsid-erada .cuanto qué se reagrava
la
pena y
la
ea-'
gravación impide el benefi'cio ; la graciá>dehrtch1lto.
':
,,
,
Hemos vis'to
en
las .lí-neas
antes
;citadás\ y
qhe
.
tom'.a
;
. mos· del 'Dr. Luys, qüe la ·epilepéia '
larvada
-
· cual ,n:o r
se
-415
revela
con frecuen~ia sino
por
impulsion~s
súbitas
é
im-
previstas,
por
actos homicidas y
atentados
sobre
las
pe11sohas
y
las
cosas), que las
manías
impulsivas,
en
ge-
neral,
están
subordinadas . á
la
e-volución
de
procesos
primordiales que las dominan y de
que
no son,
en
cierto
'
modo, mas
que
un
episodio:
que
las manifestaciones
de
esas manías
se
realizan en los
hechos
reprobados dichos;
y que de esos actos no
pgeQ.E'
ser
r~sponsable
su
autor,
por
obrar
éste,
al
realizarlos,
en
virtud
del impulso mor-
boso recibido.
La
epilepsia
lúvada
es solo _
percep
tible
para
el
médi-
co, y esto, después
de
.
un
cuidadoso examen, de
una
ob-
. servacióll'
muchas
. veces
dilatada;
de
una
investigación .
ta
n nímia, que se remonta
hasta
los antecesores
del
en-
fermo.
Este
bajo el impulso
que
le
imprime
su
estado
morboso,
puede
delinquir, y el delito conspmadcJilo
hará
sufrir,
un
castigo inmerecido.
~n
el período que sigue
.:y
.
durante
la
extinción de
la
pena,
se
determina
otro ata-
que, y
el
impulsó provenido
de
éste,
tiene
las mismas
~anifestaciones
que aq
l. y
ent9nces
el
criminal
(?)·
es
.
reputado
como reincidente y
le
es
impue,sta
la
reagra-
vación
de
pena
que las leyes sefi.alan
para
la
reinciden-
, cia.
Esto
es
injusto; pero
la
injusticia no depende
de
la
autoridad,
es
hija, sí, d~l vacío
que
se
nota
en
nu
t
stra
legislación penal,
en
la ,que,
apesar
de
las
muy
notables
obras
de
derecho 'y
de
medicfoa legal
que
se
han
escri-
to
recientemente, se
ha
procurado
elevar á
precepto
escrito
la
necesidad del reconocimiento
de
las faculta-
des m,ent~je~ :d_ac~~aqo aislado,
antes
d~ que, conven-
cido
de
su
delito,
se
,le ii#ponga
el
castigo . .
La
ley
~ctual ve p'
ura
y
simplemente
delincuentes
,
en
, 54
' '
.....
4:16
todos
los
· jI]dividuQs_,
conf
es
o~ ó, convicto~
de
un
q!:)lito
;
p
li;J
ro l
Jlf
l~y no · s
,e
ha
p.ue,siJo
é
la c,o,nsiq.eraciqi1 .
rc
1e
que
ha
y co!lf sio:nes_
d:e
~elitos
que
no
de1
;JG
n,ser
"cr
~idas
por
mas
que.
las ap3:riencias
condenen
al confesante:
que.hay
conyiccione,s ~atales , porque
un
cúmulo
de circnnst
n:n
-
cias 'espantosas coadntvai1 para
acentuar
una
responsa
-
bili
g.ad
ü existen"-o; y ej0mplos de lo dicho ,, son los
dos
casos süruieutos:
' o
Ped
ro N .,
natup
il
de
~ilao,
horhbre
de
edad
madura
, sabe
_que
se
ha
cometido
el
asesinato
de
la
mujer A . O. Se en
t~ra
de
los porme -
no
n:)s
que el vulgo
tiene
respect
o del suceso, y se
presenta
aut:e )a
autori
dad
confesándose
autor
el.el
homicidio. E l
Juez
e
vacua
!as ci- ,
ta
s, prtactica las di
li
gencias uec~sariás al é
~c
larecimíe
nt
o d el hecho ,
y al
de
_
la-
respo ns
ab
ili
dad
del acusad
o,
y ¡ cosa
extrafütl
los
resulta
-
dos de' la
averiguación
c
onob
o
m ;el dicho
de
Pedro N. , y
éste
es
···
condenado á muc~te , y agotados los recursos legales, es
ej
ecutado.
'
Algun
os años deep s
apare
ce' el
YCr
dade
ro
aut
or del homicidio,
y entoncJ s se viene a l esclarecimiento
de
que
'-
Pedro
N. no fué el
au
t
or
del hecho que él mismo se irnp
ut
ára
. ¿liJra un loco?
Hll'.y'
que
cre~rlo así desde el
mo;11epto
en
que se
just
i
ficó
su
irresponsa~iiidaél
en
el aEesi.nato.
' i
\,
,
V
~~
~os
el otro caso·: ,•.
Jn
o.n
. ,G.utiérrez es convencido
de
un robo, su,s señas
per
sonales
coi~ci'
ct{an
· con. las '
de
uno de los asaltante~ con
,oc
ido
ca
sualmen te
por
m
¡a
de las personas robadaf.
No.
puede justificar en dónde es-
. n r ·
,.
l
.
tubo
Ja
noche del suceso, que n o
pa
en su casa. Al
aprehendérse
.
le
se' le
re
·coge
una
llave 'que se aviene á un a
cerradur
a de
la
éasa
asaltada,
. precisamente
la
de
la
·en.t
rada
dél
ja
r,d
í.n
por donde pene-
tr
aron
los l
ad
rone
¡i
.
Jua
n
Q-u
.t
iérre
z es cohclenado,,. y, no
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no
er
a
re
sp~nsable del d elito' que se l e imputó.r S~s señas personales
¡ . ' • •
..
.,_
.,
í
;.-,
' !
.•
ó coincidieron fatalmente
co
n las
qe
' uno
de
los a saltantes, ó
la
pe1
;-
$0Iia que lo denunció c
nio ·
tf)-1
se équivo'éó en ellas, en
virtud
de sti
imaginación
aturdida
·
por
el
sustó. ·
La
Ii
oéhe
la
pa
Gutiérrez al
J~d~, en,
~!
lecho, rnismó
de
:
una
mujer-cas~da que ,l.e,co~ce,dfa sus fa.
,,
41:7
v:ores,
durante
·
la
ausencia
del ,
ma
rid
o y
á,
l
a:
que -quiso des~
ubr
ir,
como
era
sil deber,
para
no
comprqmeterl
a . ..
L_
_a
ll
ave
,Ja
encóntró
tirada
en
una
calle
por
la cual
pasaron
sin.
duda
·
10s
.ladrnñes, · y
la
le
vantó.
He
aquí
un conjunto
de
c~rcnnstancias tristísim.as ,que
vi
-
nieron
á
hundir
en
la
desgr
a
cia
á
un
hombre
bueno,y
trabajad
or
y
honrado
. : . ,
·.
,,
Pero
como este caso rno es apropiado á -lo que
ai~
tes
hemos dicho, léaae el siguiente :
Varios
la
bradores
asaltan
un
pequeño
c
arric
oche
eri
él
que
cami-
nan
un viejo ciego, ,su
hij3:,
mujer
,
de
alguna
.
edad
que se.
desmaya
·
en los momentos del asalto, y
una
niií.
a' a·e diez
os hi
ja
de
ésta .
Se consuma el robo:
lo
s
asa
lt
antes
huye~·: l as vícti'mas llegan á
Íug
ar
· pobla
do
y exponeR su queja ; y en las pesquisas hechas
apr
e-
henden á un l
ab
ador también, ajeno á
aq
ue
llos 1lugarei;;, cuyo domi-
cilio
no
puede
i~dicar,
lo
cua
l e s so
spec
hoso, 'Y q~ie.u con
ia
niayor
nat
uralÍdad
se
ni
ega
á confesar.se' co
;~
ut
or en, un ·hecho en el que no
ha
te
nido.
pa
rti
cf
pio. ' . .
;;
-¿Q
jn
dab
a ust
ed
haciendo
por
el
luga
r .en donde se· l,e e
ricon:.--
tró?
· · · . .
'--
· · · · , · ' . · · , . - · . ,
-S
eñor, me pa
seaba
.
i'
- ¿Se
paseaba
u
st
ed en ,un -
campo
a
rd
ien
tes
rayos
del sol? · ·
e
-Ah!
¡ ~eñor, !'me gu
sta
'eso.:, . , J
sin
.
atract
ivo y
ex
pue
st
o á los
j ) J
..
'
..
-
• ( '.i,l .
-¿
En
dónde
viv
e u sted?
~
.
,r,
.
~}
-No
fo
r
recuerdo.
·
',,
, · ! ; ,., 1 ;
-Quiénes
eran
los que con
usted
asaltai
·o
n al
anc
ia
n~A
.'
y á
sn
familia? , . ·
.,
'
~-
~No
io's cbnozco, señ.
or.
;,
, ,., . J
.,
.
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qué
se ocupa?
·~,
e-.
' ·'·
...:..soy
labr
a
dor
~ ; ,., '.
~-:
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us
te
d. que-~l robo
e~
un hecho
reproba
do ?
·:,
·i
-9r(19 .
quesí.
, . ·' , ,
.,.'.'.
.
_,,,
.
J:;.
, ¿Oómo
que
lo
cre
e
usted
y.
lo
ex
pre
sa con·
taUnd
ifer~ncia? ,
I
~seño
f J } o
nunéa
he
robád
~,
pero
~reo.
q~
'e ·
éí
'robo' es m1
alo ·¿uán~
do
Se
(lÍacJ
Sill
nec~sídad. , • >
••
' ·'
,.~,,
¡;'j
C.
•f
••(l.
k<
Í
L.
--"¿Qtiién.
Iehádichoá
·ústedseEo? ,
.u',:'
i
i-'
l ·
:'
.
\.
.,.
\
418
.
-El
cura
de mi pueblo cuando nos dice que el que roba
para
sa-
tisfacer su hambre no es ladrón.
-¿Dónde
es
st1
pueblo de usted?
-Señor,
no
lo
recuerdo.
A vueltas y
más
vueltas
en
el
interrogatorio,
el
pobre hombre
iba
á ser condenado por ladrón, cuando
se
presen
tan
los
miembros de
su familia: revelan la epilepsia de que padece: aclaran su inocencia
y el individuo
se
salva de una pena
qu
é ya pesaba sobre de él:
-:-
.
Ahora bien, en caso de reincidencia no imputable al
autor
de
un
hecho delictuoso por ser irresponsable del
hecho primo y de la reincidencia, 6 sólo de .ésta, el ma-
nicomio y el hospital · se cierran á
su
vista, y
la
prisión·
'abre sus
puertas
r ó la _tumba
su
seno silencioso y
obs01
1-
ro ara recibirl,o; la primera, como á uri sér desgraciado
que deberá habi_tarla ; la segunda, bajo el aspecto de
un
ajusticiado que se verá tendido sobre
su
fondo húmedo
y tenebroso,
hasta
que el trascur~o del tiempo vuelva
sus restos á la tierra.
' .
Es
e._sto
humano? ¿es esto racional? ¿es esto justo? N6,
y mil veces nó; la
ley
debe
~er
escrupulosa al aplicar
la
·
'pena, y deber de fa autoridad es, .ante todo, inves_tigar,
no si
hay
una culpabilidad aparente, stno una culpabili-
dad
efectiva. _ ' 1 · ' ,
Un
niño
comete
un
homicidio y por
su
fal_
ta
de dis-
cernimiento
la
ley
no
lo
castiga. '
Un
loco in~eliz
cuya
-locura no se trasparenta ante los ojos _ciegos
éle
la auto~
ridad, es deciarado -
re_sp<
:msable de sus actos, y se
le
,
condena. ¿Es esto justo? ¿Esto es racional? ¿Es esto
humanitario? Ñ9,
'y
mil
vec~¡;
iió
,. Y siempre que
la
ley
1 \ , l ! '
\ ,
\•
; 1 '
se aplique en las condiciones de no
spn;tet~r,
~n
tp,do
-~
ca.-
so al d'elincu&nte al estudio nrédico·-legah·
para
·
fi:j'ar
el
419
grado de expedición funcional de sus
facultades
menta-
les, la
ley
será-incompleta; no llenará debidamente
objeto que en tiene; y el que aparece 'a.elincuente, no
será' mas que víctima desgraciada de
la
falta
de
previ-
sión de
aq1+ella.
Que el reconocimiento de todo acusado aislado es
una
necesidad para la justa aplicación de la
ley
penal, es
un
hecho indudable; y_ de no
ser
asi,
la
aplicación de esa
ley s_erá brutal, ó por lo menos absurda ó inconsiderada.
En
ningún caso mejor que en el de reincidencia
ha
y.:
que fijarse en
la
necesidad del estudio médico-legal;
porqut, éstando avocado el que padece mentalmente á
comisión de un delito
durante
los períodos de,
la
k>tm-
ra
ó fuera de ellos, es
muy
fácil confundirlo
.con
1=1-n
cri-
minal endurecido·, siendo así que no es mas que
un
sér
desgraéiado, que al pad~cimiento físico que sufre,
aunU,
el
peligro de padecer una
pena
que puede
tal
vez privarlo
de
la
vida. ·
Ahora bien, no sólo las perturbaciones cerebrales pue·
den
dar
motivo á la comisión de delitos v á
la
reinci-
' j
...
..
....
dencia
e,n
ellos, tambiénJos defectos físicos-
pueden
con-
ducir á esas fatales conclusiones á seres que son irres-
ponsables-de sus actos. ·
Para
corroborar
lo
dicho, bas
ta
saber que
la
vista
pa
de.
ée
sus alteraciones, que
hay
personas que confun-
den los colores
-(
con la inejor buena fe, percibiéndolos de
una manera disti
nta
á la que tienen ·
en
realidad;
Bien sabiclo es que los colores adoptados
para
las
eYo-
lucionés ferrocarrileras son ·el rojo y el verde, usándose
también de lienzos blancos 'pára anunciar el fácil curso
por las vías. ' ·
J 1
..
420
No o
bsfante
1que esos colores són fáéiles de distinguir-
se
, cuando
la
condición:
de
los ojos es apropiada
re
la
con-
fusión
ele
aquéllos, el rojo apareceró.
verde
· y el
verde
bla
nco. , ·
Apropósito de lo dicho,
l?:~
aquí
un
caso de reinciden-
cia inculpable:
J ., M. es
un,
fogonero al servicio de una
eq1
presa fer roca
rr
il
era
:
falta
el
maquinista y se le
encarga
de
la
dirección de
la
máquina ,
que conduc~ un largo trerr,
d~
pa
,
sa
jeros. ·Emprende
la
marcha y
pa-
'
sa
·sin novedad las, primeras estaciones., Antes de-las
tres
ú¡timas
se ~re.se
nta
á s_u
;7
i
sta
~l \6uarda-1
vía y desplega
ba,nd~~/:1,
roja
para
deten'
er
el
tren
(urr puente de la vía habfa sido
arrebatado
por
im -
petuosa. corriente y
el'
pasoi
erá
iiup
Ósib
le).
:r.
M.
ve blanco el-lien -
zo y $igue ,su ,maréha ¡No
ha'y
novedad! le dice la
bandera:
el' guar,-
da~yí,a .grit:;i,, acci9na,. gesticula
hor~iJ;>le
y des,~~pera~a,rnenty
para
/ hacerse comprender, pero
..
. ..
el
tren
'sigue su marcha y
e/
maquin1sta
ri
'e de
16
-
qué
~l
llama '•i'a manio!:ira del guarrla-vfa.
,,
.
Llega
el
tren
al lugar del 'pelrgr'o: '
la
deténció'n
es
imposible, y l
a!
mole derconvoy
se
precipita
eri
' el abismo, salvándose 'milagrosamente·
el
fogoq.ero
J.
M.
Este
es convencid9 de ser
el
responsable de
la
c,atástrof$
y-.es
co~denad~;
JH\ro
, extingµiendo su
pena
:,
obtiene
el
;indulto de ella.
Co~vencido ,de que
la
~ulpa
do
aquel desastre Ji tuvo e l
guarda
-vía
· que presentó· á
BU
'
vista
la
bandera
blanca. solicit¡ 'su ingreso al ser-
vicio de
ofra
empresa:'
lo
'pbtiene;
'y'
pbco tiempo después 1
un~ m{eva
catástrofe
por
, ignal motivo,
lo
coloca en la condición de reincidente;
y
J.
M.
fué condenado y no mucho tiempo,despué,s ceg9. ,
Pai;a el· objeto. de estos
apuntes
baste
con· lo dicho y
·pasemos á
tratar
del
suicidio que,
aunque
no penado ·y
fuera
p0r
lo misrno de la índole de
este
libr'o', si es ma-
nifestación unas eces de la pÚversión individual y
otras
de
la
locura, perversión que
~a
ley
'debe"corregir
y1ocu-
ra
cuyo · desarrollo debe evitar,
estud
iándose al efec
to
los medios apropiados
para
ello.
/

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