Racionalismo y retorica en Filodemo de Gadara.

AutorBraicovich, Rodrigo
CargoEnsayo critico

[Rationalism and Rhetoric in Philodemusof Gadara]

  1. El racionalismo epicureo y su base cognitivista

    ?Defendia Epicuro una concepcion cognitivista de la accion humana? Y, si es asi, ?compartieron sus discipulos esa concepcion? En terminos generales, parece existir un consenso algo extendido entre los especialistas en tiempos recientes en el sentido de que ambas preguntas quiza deberian recibir una respuesta afirmativa dado que las fuentes que se conservan tanto de Epicuro como de Filodemo y Lucrecio parecen evidenciar, de modo directo o indirecto, la presencia de una concepcion cognitivista de la accion humana. (1)

    La evidencia que podria presentarse para defender la lectura cognitivista del epicureismo es compleja: en primer lugar, ninguna de las obras y fragmentos epicureos conservados aborda el problema del cognitivismo en forma explicita; en segundo lugar, tampoco se han conservado textos epicureos que desarrollen en forma sistematica una teoria de la accion especifica;2 por ultimo, los pasajes que suelen presentarse como pruebas a favor del cognitivismo epicureo proceden con frecuencia del De rerum natura de Lucrecio o del De ira de Filodemo, esto es, de obras escritas cerca de dos siglos despues de la muerte de Epicuro. En suma, esto significa que la pregunta acerca de si Epicuro defendio o no una posicion cognitivista de la accion humana suele responderse con base en evidencia indirecta (puesto que ninguna obra aborda el problema en forma explicita) y en buena medida recurriendo a obras alejadas en el tiempo de la fundacion de las primeras comunidades epicureas. (3) ?Es esto suficiente para cuestionar la solidez de la lectura cognitivista del epicureismo? Creo que no, y mi razon fundamental es doble: en primer lugar, porque, por escasa que sea, la evidencia textual que aborda en forma relativamente directa el problema de la teoria de la accion humana parece favorecer con claridad la lectura cognitivista; en segundo lugar, porque la ausencia relativa de una teoria explicita de la accion se compensa ampliamente con la dimension terapeutica que el epicureismo otorgo tanto a la produccion escrita como a las practicas dialogicas que se desarrollaban en el seno de las distintas comunidades epicureas. En otras palabras: aun si consideraramos que las fuentes que se conservan son insuficientes para responder la pregunta sobre el cognitivismo epicureo, la estructura argumentativa que presentan las obras epicureas que tenemos no posee sentido mas que si suponemos que presuponen una concepcion cognitivista de la accion humana.

    Ahora bien, ?en que consiste esta concepcion y que consecuencias posee para la definicion de la tarea filosofica? En pocas palabras, podriamos resumir la concepcion cognitivista con la idea de que toda accion humana es el producto de la presencia en el alma del agente de la nocion de que dicho curso de accion es el mas conveniente o deseable. Segun esto, la causa de que un individuo no alcance el telos ultimo al que sus acciones apuntan (la eudaimonia) consiste en la presencia en su alma de opiniones erroneas--opiniones de indole muy diversa y que abarcan desde concepciones erroneas acerca del verdadero significado de ciertos fenomenos meteorologicos hasta atribuciones equivocadas de valor a ciertos bienes externos (tales como el dinero o las posesiones materiales)--. Es preciso resaltar que no es necesario que dichas opiniones hayan accedido al nivel de la conciencia plena para fungir como causas de nuestras acciones, y las razones por las que decido seguir cierto curso de accion en lugar de otro pueden ser plenamente inconscientes. (4) En consecuencia, la tarea especifica de la filosofia, y es aqui donde la matriz terapeutica y psicagogica del epicureismo se revela en toda su extension, consiste en desterrar dichas opiniones del alma del individuo (5) recurriendo a medios racionales para reemplazarlas con ideas verdaderas (o, por lo menos, con ideas positivas--desde una perspectiva pragmatica--).

    El consenso amplio entre los especialistas en relacion con la adecuacion de la lectura cognitivista para el caso del epicureismo no debe confundirse con una aceptacion pasiva y acritica: por ejemplo, D. Konstan y D. Armstrong han expresado su preocupacion de que el enfasis en la dimension cognitivista de la teoria epicurea de la accion pueda conducir a un acercamiento peligroso con el cognitivismo estoico. Por un lado, Armstrong insiste (contra las lecturas de R. Sorabji, J. Annas, M. Nussbaum, Ph. Mitsis, J. M. Rist y T. Brennan) en el hecho de que la terapia cognitiva epicurea no tiene por objetivo suprimir la totalidad de los estados emocionales del individuo: como senala correctamente, aun cuando el placer y la verguenza o la ira son, en efecto, estados emocionales, ello no impide que esas emociones ocupen un lugar constructivo en el camino hacia la eudaimonia (cfr. Armstrong 2008). La critica de Armstrong es, hasta cierto punto, demasiado general, pues al menos Mitsis y Brennan quiza rechazarian que su interpretacion del epicureismo pueda clasificarse (como hace el propio Armstrong) en terminos de "antiemocionalista". Aun asi, su advertencia merece tenerse en cuenta: es cierto que el "antiemocionalismo" y el cognitivismo son dos doctrinas conciliables, pero son logicamente distintas, y la coincidencia de estoicos y epicureos respecto de la segunda de ellas no implica en absoluto una coincidencia en cuanto a la primera. Que esto es asi se vuelve particularmente claro, por ejemplo, cuando atendemos al De ira de Filodemo, el cual no aspira (como el De ira de Seneca) a exponer la multiplicidad de razones por las que la ira debe evitarse por todos los medios, sino mas bien a senalar que existen ciertas circunstancias en las cuales la ira (la "ira natural") se encuentra plenamente justificada. Esta diferencia se debe, en pocas palabras, al hecho de que mientras que el estoicismo considera los estados emocionales esencialmente negativos, los epicureos consideran que solo ciertas pasiones (tales como el temor a los castigos divinos, el deseo insaciable de riquezas, etc.) deben suprimirse. (6)

    Por su parte, D. Konstan nos ofrece una interpretacion que parece alejarnos mucho de la lectura cognitivista tradicional al senalar que las dos emociones (pathe) basicas de la psicologia epicurea (a saber, el placer y el dolor) son instintivas y a-logos, porque, a diferencia de otras emociones, no implican proceso racional alguno (cfr. Konstan 2006, pp. 200-202). No obstante, cabe advertir contra Konstan que esta observacion no pone en absoluto en riesgo la matriz cognitivista, pues el placer o el dolor que se experimentan ante determinado acontecimiento son un efecto de la accion y no su causa. Es cierto que el calculo hedonistico se funda en la consideracion del placer y el dolor que una decision habra de producir en el agente, pero es justo la consideracion (racional) del placer y el dolor la que entra en juego en tal calculo y no el placer y el dolor en cuanto sentimientos irracionales. (7)

    Dicho sea de paso, esta aclaracion resulta util al momento de evaluar la adecuacion de la propuesta de V. Tsouna de caracterizar la posicion de Epicuro como un "cognitivismo moderado" (moderate o mild cognitivism; Tsouna 2007, pp. 25-27) en funcion del hecho de que incorpora en su analisis la dimension puramente afectiva o no racional de la accion humana (aun de la accion virtuosa). Cabe responder a esta propuesta en terminos analogos a las objeciones de Konstan, esto es, que el hecho de que cierta concepcion de la accion humana sea cognitivista no implica que la conciba como absolutamente carente de elementos no cognitivos o no racionales, pues todo lo que el cognitivismo propone es que dichos elementos no poseen un papel causal primario en la accion. En otras palabras, una posicion cognitivista no reduce el alma a un conjunto de proposiciones; lo que hace es afirmar que nuestras acciones y decisiones son el resultado de la interaccion entre esas proposiciones--pero esa interaccion causal puede acompanarse de una infinidad de elementos no racionales o tenerlos como efecto--. Es cierto que la lectura de Tsouna adquiere sentido frente al "cognitivismo radical" que supuestamente defiende Crisipo, quien en su discusion con Zenon habria propuesto considerar las pasiones no como los acontecimientos afectivos (expansiones, contracciones, etc.) que se producen en el alma como consecuencia del asentimiento a ciertos juicios erroneos, sino como los juicios mismos. Ante este panorama, aceptar la existencia de una dimension doble en los estados emocionales (una cognitiva y otra no cognitiva) parece representar una concepcion ciertamente "moderada" de una posicion cognitivista. No obstante, el problema reside en que la identificacion directa de las emociones con ciertos tipos de juicios es exclusiva de crisipo, y no poseemos pruebas de que la haya defendida ningun otro estoico. Mas aun: como han senalado con frecuencia los comentaristas, es muy probable que esa identificacion nominal entre pasion y juicio haya representado una mera estrategia retorica de crisipo para enfatizar el caracter necesario de la relacion causal entre nuestras creencias y nuestras pasiones, y no la inexistencia de toda dimension estrictamente afectiva en los acontecimientos animicos. No sugiero con esto que "cognitivismo" no sea algo mas que una mera etiqueta que utilizamos en forma arbitraria para clasificar una teoria de la accion; lo que intento resaltar es que la definicion del cognitivismo (a la Tsouna) como una concepcion que elimina por completo todo elemento no cognitivo vacia de miembros el conjunto y lo vuelve irrelevante.

    Si las observaciones anteriores son correctas, el panorama que se abre ante nosotros respecto de la interpretacion cognitivista del epicureismo parece relativamente claro, al menos en cuanto al nucleo basico de dicha interpretacion, a saber, la teoria epicurea de la accion. Sin embargo, y como veremos en las...

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