Querido Moheno

AutorFélix F. Palavicini
Páginas55-60
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s el orador de combate.
Cuando defi ende una iniciativa o apoya un dictamen de
Comisión, agradando siempre, puede no convencer; pero
cuando impugna, cuando ataca, lleva al ánimo del auditorio
casi siempre, si no la convicción, sí el entusiasmo.
Es u n lab orioso. Su vid a pri vada e jempl ar le h a prop orcio -
nado ocasión de leer mucho y todo lo que aprende lo emplea
provechosamente.
Tiene excelente memoria.
Nadie en la Cámara posee como Moheno el instinto de
la oportunidad.
Cuando habla en serio, es ampuloso, exagerado, pero te-
merario.
Cuando emplea el estilo festivo, tan útil en los debates,
deja de ser “Querido” —dice Elguero— para ser “Temido”.
Elegante en la exposición, cumplido en los argumentos,
uido en el lenguaje, es, sobre todo, notable en la viveza de
la réplica; la réplica distingue a los oradores parlamentarios
de todos los otros.
Un sabio puede disertar largamente sobre determinado
tema, pero a la pri mera interrupción vacila , pierde la ilación y
hace incoherente su discurso; Moheno utiliza las interrupciones
QUERIDO MOHENO
E

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