Un pseudoproblema para el minimismo.

AutorChaves Ruiz, José E.

RESUMEN: El objetivo principal de este artículo es contribuir al debate entre contextualistas y minimistas, mostrando cómo uno de los principales argumentos en contra del minimismo, que denominaré el "Argumento de la pérdida de generalidad de la noción de implicatura", descansa en una mala comprensión o en una simplificación del mecanismo de generación de implicaturas conversacionales.

PALABRAS CLAVE: lo que se dice, máximas conversacionales, contextualismo, implicaturas

SUMMARY: The aim of this paper is to contribute to the debate between contextualism and minimalism. I show that one of the main arguments against minimalism, which I called "argument of loss of generality of the notion of implicature", is based on a misunderstanding of a simplification of the mechanism of generation of conversational implicatures.

KEY WORDS: what is said, conversational maxims, contextualism, implicatures

  1. Introducción

    Hay algunas ideas que nacen siendo una revolución pero que con el tiempo acaban siendo, al menos en sus formas más generalizadas, una trivialidad ampliamente aceptada. Una de esas ideas es la que Grice propuso y que, grosso modo, consiste en el compromiso de que en lo que comunicamos podemos distinguir entre aquello que está de alguna manera sujeto a un código lingüístico y aquello que se debe principalmente a algún tipo de restricciones pragmáticas o principios conversacionales. El nivel de acuerdo empieza a descender cuando intentamos etiquetar esta distinción, aunque en este trabajo me ceñiré a la ya clásica denominación de "lo que se dice" para el contenido relacionado con el código lingüístico y "lo que se implicatura" para el contenido sujeto a restricciones pragmáticas. El verdadero desacuerdo aparece al intentar especificar términos tales como "estar de alguna manera sujeto a un código lingüístico" y "deberse principalmente a algún tipo de restricciones pragmáticas o principios conversacionales".

    Este desacuerdo ha generado un amplio debate entre los que entienden que la dependencia de lo que se dice con respecto a los códigos lingüísticos es bastante restrictiva y aquellos que consideran que el código es sólo uno de los factores que nos permiten determinar lo que se dice con una proferencia. A los primeros se le suele denominar "minimistas" y a los segundos "contextualistas".

    El objetivo principal en este artículo es contribuir al debate entre contextualistas y minimistas, mostrando cómo uno de los principales argumentos contextualistas en contra del minimismo, que denominaré el "argumento de la pérdida de generalidad de la noción de implicatura" (APGI, a partir de ahora), está basado en una mala comprensión o en una simplificación del mecanismo de generación de implicaturas conversacionales.

    La importancia de contrarrestar el APGI no radica únicamente en dejar abierta la posibilidad de algún tipo de minimismo, sino en el hecho de que este argumento constituye una de las principales razones a favor de nociones contextualistas de lo que se dice como la mantenida por Recanati (2004). (1)

    Con este objetivo en mente, en primer lugar daré una breve caracterización del debate entre contextualismo y minimismo para ubicar la temática de este artículo y comprender la importancia que tiene la delimitación de la noción de lo que se dice para cuestiones tales como la distinción entre semántica y pragmática.

    En la tercera sección expondré el APGI en detalle, atendiendo a la formulación más completa que ha sido desarrollada por Recanati, especialmente en el epígrafe "A problem for minimalism" en Literal Meaning (2004, pp. 10-13). Finalmente, en la cuarta sección, mostraré que las implicaturas conversacionales no sólo se generan por la burla de una máxima conversacional, sino que también se pueden producir cuando se deja de observar tranquilamente y sin ostentación alguna máxima conversacional. Estas dos formas de generar implicaturas conversacionales me permitirán explicar por qué dicho argumento no hace el trabajo que se supone que hace.

  2. Minimismo y contextualismo: una cuestión fronteriza

    Recanati divide la filosofía del lenguaje en dos grandes enfoques. El primero de ellos, denominado "literalismo" o "anticontextualismo", mantiene que las unidades más básicas portadoras de contenido proposicional son las oraciones con independencia del uso que los hablantes hagan de ellas. El segundo enfoque, denominado "contextualismo", mantiene que son los actos de habla los portadores de ese contenido proposicional. Para Recanati, tanto el literalismo como el contextualismo tienen diferentes variantes, dando cabida incluso a posturas intermedias que él denomina sincretistas. Son variantes del literalismo el protoliteralismo, el eternismo, el convencionalismo y los minimismos, mientras que el pseudocontextualismo, el composicionalismo pragmático, el enfoque de la configuración equivocada y el eliminativismo del significado lo son del contextualismo. En este trabajo me ceñiré al minimismo tal y como lo define Recanati. Antes, sin embargo, es necesario realizar un par de aclaraciones.

    En primer lugar señalar que la clasificación de Recanati no es la única disponible y tal vez no sea la mejor si atendemos a los últimos desarrollos del tema. En efecto, muchos de los autores que se declaran a sí mismos minimistas, autores como Bach (1994), Cappelen y Lepore (2004) y Borg (2005), no lo serían según esta clasificación. Estos autores encajan mejor en lo que Recanati denomina las posturas sincretistas y, por lo tanto, están ajenos a la crítica del APGI. En segundo lugar, y relacionado estrechamente con lo anterior, está la cuestión de quién sería un minimista según la clasificación que estamos usando. Trataré este tema una vez haya precisado a qué me refiero con minimismo.

    La concepción minimista, así como sus posibles variantes, tiene parte de su origen (2) en la interpretación clásica que se hace de la teoría del significado de Grice. En el marco griceano clásico, el significado del hablante se compone, desde el punto de vista proposicional, de lo que se dice y lo que se implicatura. (3) Así, en una proferencia como (1)

    (1) [Juan le comenta a Pedro que quiere raparse la cabeza, a lo que éste replica:] Yo tengo una máquina

    lo que se dice es que Pedro tiene una máquina cualquiera, mientras que se implicatura que esa máquina es de cortar el pelo y que Juan podría utilizarla (aprox.). La guía para delimitar los dos componentes del significado del hablante, en el marco griceano clásico, es que la noción de lo que se dice esté "íntimamente relacionada con el significado convencional de las palabras (de la oración) que [el hablante] ha proferido" (Grice 1975 [1989] p. 527). (4) Ésta es la razón por la que esta opción teórica se ha denominado "minimismo", ya que, en palabras de sus detractores, lo que se pretende es minimizar la distancia entre lo que se dice y el significado lingüístico de la oración proferida. (5)

    La generalidad de esta caracterización del minimismo podría hacer pensar que criticarla o defenderla en esta forma es poco más que inútil. De hecho, en la bibliografía encontramos que hay...

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