Prevención Social del Delito. Una mirada multidisciplinaria de la Seguridad Pública y la Justicia Penal

AutorPedro José Peñaloza
CargoProfesor de la Universidad Iberoamericana
Páginas40-44

    Ponencia del X Congreso Nacional de Prevención del Delito y las Adicciones, 25 de mayo de 2006, Colima, Colima.

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Un recorrido necesario
1. México en las coordenadas de América Latina

La problemática de la violencia y el delito en América Latina no es nuevo. Lo que resalta son algunos enfoques para enfrentar ambos fenómenos, es decir, desde una perspectiva democrática y de inclusión ciudadana.

Hasta la década de los 90, predominaba en la región una visión de la seguridad pública orientada exclusivamente al control de la criminalidad desde el ámbito de las policías y del sistema judicial.

2. Los datos duros y graves de América Latina

A fines del siglo XX, la violencia fue la primera causa de muerte en América Latina entre las personas de 15 y 44 años de edad.1 Aunque a lo largo de su historia ha experimentado sucesivas confrontaciones, en la actualidad nuestra región ha visto aparecer una forma particular de violencia: la urbana y delictual.

Es una violencia que se podría calificar de social, por expresar conflictos sociales y económicos, que no tiene su campo privilegiado de acción en las zonas rurales, sino en las ciudades, sobre todo, en las zonas pobres, segregadas y excluidas de las grandes ciudades, donde a veces se trasladan prácticas rurales a la vida urbana.2

El promedio de las tasas de homicidios en América Latina, entre finales de los años ochenta y principios de los noventa, fue de 22.9 homicidios por cien mil habitantes, es decir, más del doble del promedio mundial (10.7). La cifra regional fue superada con creces por las tasas promedio registradas en El Salvador (150), Guatemala (150) y Colombia (89.5) en el mismo periodo.

Sin embargo, hacia el año 2000 estas tasas habían aumentado a 30 homicidios por cada 100 mil habitantes en la región.3

Así mismo, el aumento del crimen y la violencia se ha concentrado especialmente en las áreas urbanas, en las cuales las tasas han aumentado más que en otras zonas de los países.4 (ver tabla pág. siguiente).

Un componente que no podemos dejar de mencionar, es el que se refiere al aumento de la violencia juvenil en América Latina. Los jóvenes aparecen como víctimas y como agresores de todas las formas de delitos violentos: Homicidio, asaltos, robos, violencia sexual, entre otros. Según información del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 1995 aproximadamente el 29 % de los homicidios en América Latina involucraban a jóvenes de edades de entre 10 y 19 años.5


Tasa de homicidio en las Américas 1990-1997
País 1980 1990 1995
Argentina 3,5 5,7 (1996) 4,8
Brasil 11,5 21,6 23,3
Canadá 2,0 2,0 1,7
Chile 2,6 3,1 (1994) 2,9
Colombia (1981) 37,268,7 60,8
Costa Rica 5,7 4,5 5,0
Ecuador 6,4 10,4 (1996) 14,0
El Salvador (1991) 43,5
México 19,9 17,2 17,1
Panamá 2,1 (1989) 15,4 (1997) 11,0
Perú* 2,4 11,5
Estados Unidos 10,7 10,0 (1997) 7,3
Uruguay 2,6 4,4
Venezuela 11,7 13,3 (1994) 16,8

Fuente: De Mesquita, Paulo. "Crime, Violence and Democracy in Latin American

3. Costos económicos del delito

Una de las principales preocupaciones por el crimen se justifica en los efectos que éste produce sobre la actividad económica y la calidad de vida de las personas que deben sostenerse por un reducido sentido de su seguridad individual y de sus propiedades.

Un estudio conducido por el BID estimó que los costos sociales del crimen en América Latina, incluyendo el valor de las posesiones robadas, equivalen a 168 mil millones de dólares anuales y re-Page 42presentan el 14.2% del producto interno bruto de la región.6


Tasa de homicidio en ciudades de América Latina
País Ciudad Año Tasa de homicidio
Argentina Buenos Aires 1998 6,4
Brasil Sao Paulo 1998 55,8
Río de Janeiro 1998 52,8
Chile Santiago 1995 8,0
Colombia Medellín 1995 248,0
Cali 1995 112,0
Bogotá 1997 49,2
El Salvador San Salvador 1995 95,4
Guatemala Cd. de Guatemala 1996 101,5
México Cd. de México 1995 19,6
Perú* Lima 1995 25,0
Venezuela Caracas 1995 76,0

Fuente: De Mesquita, Paulo "Crime, Violence and Democracy in Latin American"

En este cálculo, la mitad de los costos estimados son representados por los intangibles de la violencia, que incluyen los efectos del crimen sobre la productividad, la inversión y el impacto sobre el trabajo y el consumo.

Así, el fenómeno de la violencia y de la criminalidad de América Latina ocupa un lugar prioritario en el debate público nacional e internacional, por los significativos costos políticos, económicos y sociales que enfrentan los gobiernos, y porque es en sí, un serio desafío para la sustentabilidad de los gobiernos democráticos en la región.7

4. Una nueva mirada de la inseguridad pública

Dado que la criminalidad es un fenómeno heterogéneo que responde a procesos sociales complejos y multicausales, resulta difícil identificar él o los factores que expliquen su comportamiento. Es decir, requerimos aceptar que su estudio exige del auxilio del múltipies disciplinas.

5. La violencia

Junto con la inseguridad y como parte de un severo proceso de descomposición, la violencia se ha presentado como un elemento permanente en los...

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