Los Presentes de Arreola

AutorAndrés Henestrosa
Páginas369-371
su idioma nativo, ni más ni menos que ocurriría si no la hablara, pues es cosa
observada que las distintas modalidades del español de México vienen de las
lenguas indias locales, más evidentes mientras más universalmente se hable el
idioma indio. Esta total identificación con las cosas de Yucatán lo convierten
en el escritor representativo de su tierra en los días que corren.
Nada extraño, por todo eso, que los escritores yucatecos, los lectores de
la Península que toda es tierra yucateca; que las instituciones culturales, así
las oficiales como las privadas, se apresten a celebrar el cincuentenario del
matrimonio de Antonio Mediz Bolio con Melpómene. Pues, en efecto, ahora
cincuenta años –para ser exactos en noviembre de 1905– fue llevada a la es-
cena en la ciudad de Mérida, en el Circo Teatro de Yucatán, Al ma Bohemia,
dentro de aquel movimiento que iba a crear una manera del teatro mexicano:
el teatro regional yucateco, estudiado con tanta autoridad por Ermilo Abreu
Gómez, que fue uno de sus paladines. Los actos de homenaje a Mediz Bolio
se iniciaron el día 2 de este mes de febrero, en la capital de Yucatán, de acuer-
do con un programa que incluye lo mismo conferencias sobre las diversas faces
de su personalidad literaria: poeta lírico y poeta dramático; prosista exquisito
que escribió esa obra maestra de temática indígena, L a tierra del faisán y del
venado, que como autor de las letras de dos de las canciones más yucatecas de
cuantas registra el cancionero local: “Caminante del Mayab” y “Yucalpetén”.
Como últimos actos, un recital con sus mejores poemas y la representación de
la comedia en dos actos, El verdugo, estrenada en 1910.
El poeta está de plácemes. Y con razón. Pero también lo están las letras
mexicanas. Es siempre un buen signo que un pueblo se reúna a aplaudir a sus
poetas y escritores, porque al fin y al cabo sólo así se tiene a los que lo sepan
interpretar y devolver en verdad y en belleza, todas esas cosas que un pueblo
inventa y viven en espera del artista que las cuente y las cante.
5 de febrero de 1956
Los Presentes
de Arreola
Cuando hace algunas semanas escribí una revista de las letras mexicanas du-
rante el año de 1954, por la premura con que dicha revista fue escrita, así como
porque no se trataba de reseñar la producción literaria de un año en toda su
AÑO 1956
ALACE NA DE MINUCI AS 369

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