Presentación de los traductores

Páginas9-10
P r e se nta c i ó n de l o s t r a d u c to r e s
La no-violencia y los derechos humanos tienen una estrecha relación. No debe confundirse la
no-violencia con el pacifismo. En el primero hay acción, en el segundo hay pasividad.
La promoción de los derechos humanos exige acción. La injusticia que se encuentra frecuentemente,
si no es que en todos los casos, como componente de la violación de los derechos humanos demanda
una reacción por parte de los testigos.
La no-violencia es una filosofía de la vida que tiene sus orígenes en todos los sistemas de sabiduría
que ha producido la humanidad desde Buda y Jesucristo hasta nuestros días. Las libertades que
proclamaba Buda seis siglos antes de nuestra era ya son una declaración de los derechos humanos;
el capítulo quinto y los siguientes del Evangelio según San Mateo, llamados El Sermón de la Montaña,
también lo son. El carácter religioso de la filosofía de la no-violencia sigue presente en la figura de Luis
décimo Rey de Francia que siempre actuó de acuerdo a este orden de ideas. Y llegamos finalmente a
Tolstoi, maestro de pensar de Gandhi, el practicante activo, no teórico, de la no-violencia activa.
Desde esos años de lucha por la dignidad del pueblo indio contra la ferocidad y el desdén del Imperio
británico, la filosofía de la no-violencia se ha desarrollado en muchos países occidentales. Existen grupos
dedicados a la formación y a la acción continua en este sentido, hay pensadores que reflexionan y
mejoran la formación y las tácticas no-violentas que permiten evitar la violación de los derechos humanos
y, más aun, su promoción.
El documento que presentamos a continuación es un conjunto de trabajos cortos, entrevistas, resultados
de observaciones, análisis de documentos o de realizaciones prácticas que pretende ser una guía para
educar en la no-violencia. Hay aquí un presupuesto:
la educación, en la mayoría de los casos, sea en la
familia, sea en la escuela, sea en cualquier otro lugar
donde se imparta, es violenta. Hay una manera de
invertir este proceso y lograr que la educación de la
infancia, sobre todo, se transforme de tal modo que
abra al educando hacia un nuevo modo de
comportarse, ante la sociedad y, a su vez, ante sí
mismo.
Educar de una manera no-violenta es despertar en el
niño y la niña su capacidad para ubicarse
adecuadamente en el mundo que lo rodea.
Observarán que la palabra "autonomía" se repite en
muchos de los artículos porque la educación es
educación a la autonomía del niño y la niña que debe
desprenderse de sus dependencias, de sus miedos,
de las coacciones de las que es objeto. La defensa de
los Derechos Humanos sólo puede darse entre
personas que han perdido el miedo, que piensan por
mismas y que actúan de acuerdo a su conciencia y
siguiendo un proceso estratégico y táctico, tal que
alcance el éxito que es la mayor justicia.
Para una educación no-violenta
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