Políticas públicas y parteras empíricas. Una reflexión sobre el sexenio 1970-1976

AutorMaría Luisa Quintero Soto/Carlos Fonseca Hernández
Páginas491-507
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ROSA MARÍA VALLES RUIZ*
Políticas públicas y parteras empíricas.
Una reflexión sobre el sexenio 1970-1976
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS con perspectivas de género en México
tienen una historia reciente. De hecho, el concepto perspectiva
de género se ha adoptado apenas en los últimos dos sexenios. Sin
embargo, existen programas en México cuyo origen se ubica en la
década de los veinte, del siglo XX. Estos programas con diferentes
nombres, han tenido el sello distintivo del género, considerado
éste como una categoría social desde la cual se enfocan las carac-
terísticas de los seres humanos, según su sexo, es decir, hombres o
mujeres. Entre estos programas existió uno en la década de los
setenta implementado por la señora María Esther de Echeverría y
que persiste en la actualidad dentro de los programas del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS): el Programa de Parteras Empí-
ricas. ¿Cuáles fueron las características de aquel programa? ¿Cuá-
les sus alcances?
El panorama de la salud reproductiva en México en el inicio
del sexenio 1970-1976 era desalentador. Las características de la
época determinaron en gran medida que se decidiera establecer ese
programa dentro de la política pública de salud. Existen numero-
sos testimonios que dan cuenta que en un principio el programa
tuvo numerosos obstáculos pero que, dadas sus bondades, no sólo
se estableció sino continuó y superó la duración del sexenio.
* Licenciada, Maestra y Doctora en Ciencias Politicas y Sociales con Orientación en
Ciencias de la Comunicación, por la UNAM. Profesora en la FCPyS de la UNAM.
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¿CUÁL ERA LA SITUACIÓN EN AQUELLA ÉPOCA?
LA PRIMERA causa de muerte para la mujer estaba relacionada con
complicaciones del embarazo, parto y puerperio.1 El 50 por cien-
to de las muertes maternas eran por hemorragias del embarazo y
del parto, seguido de las toxemias del embarazo y del puerperio,
sepsis y aborto. El 50 por ciento restante correspondía a otras
complicaciones del embarazo, parto y puerperio sin que se mencio-
ne complicación.
De acuerdo con una lista detallada de causas para 1970,
1,984 de las 3,050 muertes maternas ocurrieron durante el parto,
lo que equivalía a 65 por ciento.2
La mortalidad por aborto correspondía a 20 por ciento de la
mortalidad materna en la Ciudad de México en comparación con
ciudades como Santiago, Caracas, Cali, Ciudad de Guatemala y
San Francisco quen la que esta proporción era superior a 30 por
ciento y Lima, Sao Paulo y Riberao Preto, donde era inferior a 20
por ciento.3
El censo de 1970 consignaba que un total de 50,328 mujeres
contaban con tres hijos, antes de los 14 años de edad.4
Además, la situación en el sector rural era alarmante y precisa-
mente en ese ámbito el sector más desprotegido estaba integrado
por las mujeres campesinas. Al inicio de los años setenta, la mi-
gración del área rural a la zona metropolitana, no tenía preceden-
te. Se estimaba que en los últimos 10 años había sobrepasado 3
millones de personas.5 Era evidente el desfasamiento de la eco-
nomía del sector rural. El saldo del sexenio diazordacista era de
agudización de la pobreza en el campo y de beneficio del desarro-
llo nacional para la gran empresa privada, nacional y extranjera
la pérdida de poder del Estado frente al capital nacional y extran-
jero, y la ineficiencia demostrada por tal instancia en el desem-
1 Pedro Ojeda Paullada (coord.), Situación de la mujer en México, México, Programa del
Año Internacional de la Mujer, p. 18.
2 Ojeda, op. cit., p. 82.
3 Idem.
4 Ibidem, p. 19.
5 Bertha Lerner y Susana Ralski, El poder de los presidentes, México, IMEP, 1976, p. 425.

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