La política en la Universidad

AutorJorge Cuesta
Páginas808-813
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Jorge Cuesta
LA POLÍTICA EN LA UNIVERSIDAD
HACE pocos meses, en dos artículos publicados en El Universal, me permití
censurar algunas ideas que tiene el licenciado don Vicente Lombardo Tole-
dano sobre la universidad, por lo poco universitarias que son; porque, con el
pretexto de servir a la universidad, en realidad están deseando su ruina. Esas
ideas han tenido fortuna; ya no únicamente del licenciado Lombardo Tole-
dano; ahora son, además de propiedad de otras encumbradas personas, el
dogma o cial de la universidad y, si hemos de dar alcance al reciente “Con-
greso de Universitarios”, una casi  losofía, cuando menos, del sector de la
actividad universitaria de la nación allí representado. Parece pues, que mi
censura resulta ahora infundada, puesto que la universidad encuentra su ley
y su prosperidad en las ideas que, según esa censura, no la conducen sino a
su corrupción y a su ruina. Estaría dispuesto a reconocerlo así y pedir excu-
sas al licenciado Lombardo Toledano y a las autoridades que son el eco o la
propia sustancia de su voz, si la primera evidencia que salta hoy a los ojos no
fuera la de la corrupción y la ruina de la universidad.
A juzgar por el desarrollo del aludido congreso, su objeto no fue otro
que el político de hacerlo pronunciar esa profesión de fe, gracias a la cual,
mediante una maniobra que representaba sus  nes como estrictamente
académicos, se crea a la universidad un compromiso de orden político. Esa
profesión de fe, según como reza, es una profesión de fe socialista. Su res-
ponsabilidad es, por tanto, exclusivamente política; pero esto no obsta
para que deban esperarse de ella las más graves consecuencias universita-
rias. Sin que ignoremos las políticas, son las universitarias las que nos in-
teresa lamentar.
Desde el punto de vista del socialismo, nada puede sucederle peor, para
sus  nes revolucionarios, que convertirse en la doctrina o cial de una aca-
demia; allí, sencillamente, su revolución se acaba. Sin embargo, si este he-
cho, en el que no se llega a saber cuál de las dos se mani esta en realidad,
una corrupción del socialismo o una corrupción de la academia, tuviera
como efecto sólo ese de, anulando su sentido revolucionario, matar al socia-
lismo en la academia por inanición, no sería tan grave, pues, si el socialismo
es efectivamente una acción vital y revolucionaria del pensamiento, con ir a
buscar su alimento en otra parte se salva de la muerte que le prepara la uni-
versidad. Pero si la universidad se queda dentro de la universidad sin ali-
mento, no creo que se encuentre fuera ninguna otra oportunidad de vivir;
ahora, si, todavía quizá podría tenerla en algunas escuelas libres; pero es ab-

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