Poeta por necesidad

AutorAndrés Henestrosa
Páginas192-194
192
ANDRÉS HEN ESTROS A
poética precortesiana, ya afirmada por Vigil, pero negada por los otros dos
sabios maestros. Pasados los años, Castro Leal se atreve, sin discutirlas, contra
aquellas negaciones y no resiste al impulso de incluir uno de los cantos de Ne-
zahualcóyotl, traducido libremente por José Joaquín Pesado, ya no como una
mera concesión, sino como el resultado de un convencimiento. Y este hecho
representa, quizá, el más destacado avance que se ha operado en el ánimo de
Antonio Castro Leal: ha logrado apartarse de los prejuicios que en otra hora
le impedían aceptar que más de un matiz del alma india había logrado filtrar-
se, como la “Vieja lágrima” de Urbina, en el alma de los poetas que vinieron
después. Muy lejos se encuentra ya don Antonio de aquel ánimo que lo llevó
a calificar desdeñosamente la célebre composición de Ignacio Ramírez “Por
los gregorianos muertos” que no encontraron sitio entre Las cien mejores poesías
(líricas) mejicana s, “porque afean un sinnúmero de nombres propios insonoros”,
pero de la que recordaba tres tercetos y la cuarteta finales, igual que ahora
recuerda, pero despojado ya de aquel juicio, si cierto, innecesario, y que sólo
pudo ser formulado para señalar de alguna manera la oposición que inspiraba
el Pensador, más que el gran poeta que fue siempre Ignacio Ramírez.
Hoy como ayer, una devoción se salva, la que profesó siempre Castro Leal
a Pedro Henríquez Ureña, hombre de espíritu sereno y claro, y de notables
conocimientos sobre nuestra literatura. Las otras apenas si se las advierte en
el Prefacio –sereno y maduro– con que ahora presenta nuestro autor la cuarta
edición de Las cien mejores poesía s líricas mexicana s.
3 de enero de 1954
Poeta por necesidad
La publicación de la Antología de la poesía mexica na moderna por Antonio Castro
Leal ha traído a mi memoria el nombre de un poeta injustamente olvidado,
no digo que por él, sino por todos nosotros, Miguel Othón Robledo. Un olvido
que crece de punto si recordamos que en la Antología de referencia han en-
contrado un sitio algunos nombres que, más allá de toda querella, apenas si
han establecido contacto con la lírica mexicana. Y esto más: allí se encuentran
poetas de escasa producción, algunos a tal extremo que no han trascendido
al libro. De estos era Miguel Othón Robledo, quien al morir, me figuro que

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR