Población

AutorAbel Perez Zamorano
Páginas21-42
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Constituye una tendencia de toda economía capitalista en desarrollo la
reducción de la población ocupada en el campo y el consecuente incre-
mento de la dedicada a los sectores secundario y terciario; esto tiene
como consecuencia el incremento más o menos acelerado del crecimiento
de las grandes ciudades. Pero al capital no le interesa en absoluto atender
las necesidades de la gente, de todos los millones de hambrientos que sa-
len del campo y llegan a la ciudad en oleadas buscando sustento; se los
hacina en cinturones de miseria, sin servicios y, además, se hace negocio
con ellos, especulando con el terreno. Así, el hacinamiento urbano es con-
secuencia de la acumulación del capital, como señala Carlos Marx en El
Capital al abordar la relación entre la migración rural-urbana, la formación
de grandes asentamientos miserables en las grandes urbes y la pobreza en
que viven sus habitantes. En lo que hace a la transformación de los cam-
pesinos en proletarios urbanos y su desplazamiento a las grandes ciuda-
des, como una expresión de la acumulación del capital, Marx dice que:
Tan pronto como la producción capitalista se adueña de la agricultura, o en
el grado en que la somete a su poderío, la acumulación del capital que aquí
funciona hace que aumente en términos absolutos la demanda respecto a la población
obrera rural, sin que su repulsión se vea complementada por una mayor
atracción, como ocurre en la industria no agrícola. Por tanto, una parte de
la población rural se encuentra constantemente abocada a verse absorbida
por el proletariado urbano o manufacturero y en acecho de circunstancias pro-
picias para esta transformación (Marx, 1999: 544).
Por otra parte, el autor agrega que:
La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas causas que la fuerza
expansiva del capital. La magnitud relativa del Ejército Industrial de Reserva
Capítulo 1
Población
Abel Pérez Zamorano
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crece, por consiguiente, a medida que crecen las potencias de la riqueza. Y
cuanto mayor es este ejército de reserva en proporción al ejército obrero en
activo, más se extiende la masa de la superpoblación consolidada, cuya mise-
ria se halla en razón inversa a los tormentos de su trabajo. Y finalmente,
cuanto más crecen la miseria dentro de la clase obrera y el ejército industrial
de reserva, más crece también el pauperismo oficial (Marx, 1999: 546).
En estos términos enfoca la teoría marxista el fenómeno de la prole-
tarización de los campesinos y su concentración en las grandes ciudades
como necesidad del proceso de acumulación capitalista. En México, esta
tendencia se manifiesta en la descapitalización del campo, donde mien-
tras el Estado se retiró y dejó de invertir, el sector privado no ha llenado
ese vacío. La producción agrícola ha vivido en las últimas décadas una
verdadera crisis, provocando, entre otras consecuencias, un creciente
flujo migratorio rural-urbano. La fuerza de trabajo fluye de donde sobra
a donde falta, o se cree que falta, hacinándose como Ejército Industrial
de Reserva en la periferia de las grandes ciudades. La acuciosa investi-
gación realizada por Flor Pérez Hernández (2009), mediante encuestas a
los habitantes de la zona baja de Chimalhuacán, muestra claramente los
motivos de quienes emigran del campo hacia las ciudades, y luego de la
Ciudad de México a la zona conurbada del Estado de México, destacando
en ello la búsqueda de empleo en donde se concentra el capital, salien-
do para ello de las áreas rurales, donde éste se ha visto reducido.
En nuestro caso es claro que la zona urbana marginada de la Zona
Oriente es una enorme reserva de fuerza de trabajo a disposición de la
industria del Distrito Federal y los municipios conurbados del noroeste
del Estado de México. Se trata entonces de un fenómeno económico y
social de alcance nacional, de índole estructural. Los municipios pobres
del oriente del estado constituyen la energía humana que mueve a la
economía de la zona industrial del Estado de México en el Valle de Méxi-
co, pero, paradójicamente, no se les retribuye, dejándoles en la margina-
ción y la miseria. Son los olvidados de siempre.
El bloque de municipios marginados del oriente constituye un ex-
traordinario ejemplo de estas tendencias nacionales y de las políticas
seguidas durante décadas por los gobernantes. Particularmente impor-
tante en este trabajo es destacar el hecho de que lo que ocurre en la Zona
Oriente es la manifestación de tendencias muy profundas de la econo-

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